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Narra Meg

Me fui corriendo, no sabia donde ir así que al final bajé. Y no paré hasta llegar a un árbol enorme. Sé bien quien es Alana Castillo, me han contado, he averiguado, lo sé todo. O casi todo. No estoy segura porque Sam reaccionó así al verla, pero sé que tiene que ver con algo que ella hizo, estoy segura.

No he parado de dar vueltas alrededor del árbol. Escuche un ruido de alguien corriendo así que me escondí detrás del árbol, cuando vi quien era salí y lo enfrenté. 

- Luke -dije llamando su atención, al verme note que se sorprendió.

- Meg... ¿Qué.. qué haces aquí? ¿Cómo estás? -dijo nervioso.

Me acerqué a él, lo tome de su camisa y lo estampe contra el tronco del árbol.

- ¿Cómo estoy? -grite- horriblemente mal, se supone que murió mi mejor amiga y vengo aquí para logre distraerme y de la nada te escucho hablar con una mujer que dice que busques al vago de tu compañero para que vigile a Molly, esta viva y me lo ocultaste -sentí mis ojos cristalizados pero no me importa.

- Yo... Meg... -intento decir Luke pero le empece a pegarle al pecho mientras lloraba, Luke solo me abrazó.

¿Qué me esta pasando? Yo no soy así. Me esta costando respirar. Empiezo a hiperventilar y a sudar.

- Tranquila Meg, es un ataquede pánico,  todo restará bien, aquí estoy para...

- ¿Mentirme? ¿Engañarme? ¿Traicionarme? En estos momentos te desconozco Luke. Te odio -susurre con mis ojos cerrados por lo que me estaba pasando y me alejé de él tan rápido como pude.

- ¡Meg espera! ¡Puedo explicarlo...! Solo confía en mi -me detuve en seco, no lo volví a ver cuando lo que pensaba salio de mi boca sin permiso alguno.

- Yo confiaba en ti, Luke -susurre sin poder evitarlo- pero después de esto no puedo seguir confiando en ti  -seguí caminando sin mirar atrás.

Luke me traicionó, me engañó y eso no tiene perdón, ¿ahora como podré confiar en lo que hace? ¿cómo podré confiar en él otra vez?

Narra Sam

- Entiendo, soy un extraño, no hay que hablar con extraños, no pasa nada, así las educaron -dijo el chico.

- Muy bien chico, suficiente actuación por el momento, no soy ingenua así que responde -dije arrinconandolo contra un árbol que estaba por aquí, el chico estaba asustado pero no lo demostraba.

- Esta es una posición un poco...

- Dile tu opinión a quien le interese y responde. ¿Cuál es tu nombre? -le puse mi brazo cerca del cuello evitandole respirar.

- Benja...

- Así que tu eres el famoso Ben, el vago de Alana Castillo -abrió los ojos asustado.

- No se de que esta hablan...

- No intentes negarlo Ben, yo ya te había visto, eras el enfermero que iba a ver a Molly cada cierto tiempo, no soy ninguna ciega. Tu estabas ahí. Quizás no sepas quien soy, pero te sacare de la duda, Ben, yo soy Sam -dije remarcando con último y pude notar que tenso la quijada- veo que haz oído de mi.

- Yo...

- Aguarda, todavía no termino contigo. Si quieres librarte de mi, vas a responderme a unas cuantas preguntas que tengo y luego harás exactamente lo que yo te diga que hagas, ¿Quedó claro, Ben?

- Si, quedó claro, Sam.

- Eso quería escuchar, ahora responde ¿Cómo conociste a Alana Castillo?

- Ella me contrato hace casi diez años. No respiro -susurro, le quite mi brazo del cuello, y lo senté.

- Si te mueves de ahí, te voy a agarrar y no quieres saber lo que te haré si eso pasa, así que hazme un favor y no te muevas, me pinte las uñas ayer como para ensuciarlas tan rápido.

Ben solo asintió varias veces.

- ¿Porqué te contrató alguien como Alana?

- Porque soy muy bueno, incluso uno de los mejores, en todo lo que tenga que ver con medicina y números de las computadoras, en el sistema, puedo hackear fácilmente y puedo localizar a personas u objetos extraviados. Pero mi área es la medicina, se operar yo solo si es necesario, atiendo partos, soy bueno salvando vidas. Soy buen samaritano.

- Esta bien, buen samaritano, ¿Qué haces con una mujer tan despreciable como Alana Castillo?

- Ella me contrató y paga muy bien por mis servicios.

- Debe haber otra razón aparte de la paga, la quiero oír.

- Es confidencial.

- Intentaré otra vez, pero quizás con un amigo -saqué un cuchillo de mi bota- sabes, tengo buena puntería. No quieres una demostración, créeme.

- Yo... -guardó silencio un tiempo, acerqué más mi cuchillo y se lo acerqué al cuello- a la hora de elegir trabajo ella paga muchísimo mejor que los demás. Era la mejor opción.

- ¿Y...?

- Y... al pasar el tiempo solo quedamos ella y yo. Todo empezó por culpa de mi papá, Alana termino en el manicomio.

- Continúa.

- Llegaron al hospital, ella y alguien muy especial para ella, las cosas no salieron como debían pasar, vio algo que la destrozó y...

- La otra persona murió.

- Se lanzó por la ventana y pues murió -dijo Ben- se suicidó.

- ¿Y qué tuvo que ver tu padre?

- Intentó salvarle la vida pero no lo logró y ella decidió ponerle fin.

- ¿Ella?

- Estaba embarazada, eran cuatro niñas y nacieron dos muertas, ella no sabia que dos estarían bien. Se culpaba por haber ido a quimioterapias tanto tiempo, no aguanto la culpa por la idea de dar a luz hijas muertas y termino suicidándose. Es todo lo que sé.

- ¿Piensas que me creeré esa trágica historia? ¿Y ahora qué se supone que me agrade esa señora? Es una amenaza andante. Mejor dime porqué la salvaste.

- Mi papá se siente culpable, así que juró serle fiel y seguirla siempre, él y sus siguientes generaciones.

- Hacer esto no tiene perdón.

- Sus métodos son cuestionables, si, no lo voy a negar, pero sus intenciones son buenas. Ella quiere salvar a Molly y en ese hospital solo estaba muriendo.

- ¿Sabes lo que me dijo la persona que me llamó al darme la noticia? -negó con la cabeza, tenía que saber más- dijo que dos chicas estaban en el hospital, que una de ellas tenía mi número agregado a número de emergencia, las dos habían dado a luz, sin embargo una había muerto y no me dijo quien era. ¿Crees que no me asuste por Meg? ¿Crees que no me sentí mal al saber que quien había muerto era Molly? Ella y Meg siempre fueron amigas, las mejores -lo agarré del brazo- y justo hoy escucho a hablar a mi peor pesadilla y a un novato diciendo que esta con vida y que un vago como tú la debe ir a vigilar -me limpie la cara con mi mano libre- así que esto es lo que harás.

El chico me veía asustado cuando lo apunté con mi pistola para que no intentara escapar mientras le decía que hacer.

- ¿Quedó claro?

- Si, quedó claro.

- Bien, si me traicionas te mataré, ¿Entendido? -solo asintió rápido- buena charla, adiós Ben.

Claro que no lo iba a matar si me traiciona, solo debo asegurarme de que tema de lo que le puedo hacer si me llega a traicionar. Pero si sí me traiciona se las verá conmigo, y nadie quiere ver eso.

Confía 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora