Capítulo 3 - Sé mi amigo, vamos a jugar

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Mi amada Bestia

Sé mi amigo, vamos a jugar

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Sé mi amigo, vamos a jugar


- ¡Cómo se atreve, está a dejar la mesa antes que nadie! – dijo exasperado.

Anya suspiró. Incluso un millón de disculpas no la llevarían a ninguna parte. La familia real era demasiado complicada para que la entendiera cualquier plebeyo.

Entonces una chica intervino.

-Ewen para...

Ella era la media hermana de Anya y la gemela de Ewen, la princesa Mina.

Haciendo una seña a su doncella para que se fuera, la princesa Mina miró a Anya en silencio.

En lugar del excesivamente emocional príncipe Ewen, a quien Anya podía leer fácilmente, la princesa parecía tener un desprecio mucho más arraigado en sus ojos silenciosos.

- Deberías parar ahora tambien... -siseo esas palabras. 

Un silencio incómodo pero poderoso se instaló sobre ellos. El príncipe Ewen cerró la boca y Anya también guardó silencio.

Los gemelos realmente no podrían haber sido más diferentes, en apariencia o personalidad; parecía imposible que tuvieran los mismos padres.

Mina miró a Anya, señalándola con un dedo con una sonrisa arrogante.

- Hermanita... Si una vez más insultas a la familia real, o incluso a Ewen, frente a mí, no voy a defenderte. Esta es la última vez que hago la vista gorda ante este tipo de perturbación desagradable y de poca elegancia.

Anya ya estaba demasiado cansada para preocuparse, tanto mental como físicamente. Sacudió la cabeza con un suspiro silencioso.

- Solo estaba caminando. Vine aquí y de repente me enfrenté a mi hermano enojado, pisando fuerte y señalándome con el dedo. No me clasificaría exactamente como una molestia desagradable...

Los ojos de la princesa Mina se entrecerraron. - ¿Estás insinuando que Ewen es el disturbio desagradable aquí?

Anya se quedó en silencio.

Ella conocía muy bien la respuesta. Aun así, se controló por temor a que los gemelos se enojaran nuevamente. - Qué extraños gemelos. Cada palabra que digo los enfurece y los pone a la defensiva. – pensó Anya.

Su comportamiento fue definitivamente una cuestión de buenos modales... Pero, bueno, el padre de Anya no era el mejor en educar a sus hijos sobre los modales.

¿Qué clase de modales manejaban los gemelos?, después de todo no sabía cómo se comportaba el emperador con sus hijos.

Mina pasó por el rostro inexpresivo de la chica con una mirada penetrante. Había una rabia fría destellando en sus ojos, como vio antes con Ewen, la princesa tomó nota mental del comportamiento sarcástico inusual de Anya, murmurando en voz baja:

Mi amada Bestia / Damian&AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora