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Corrieron tomados de la mano como amantes prohibidos. Cuando finalmente se detienen frente a una tienda pequeña, Sunoo se acuesta dramáticamente en el suelo.

—¿¡Necesitábamos correr tan lejos!? —demanda, tomando una cantidad innecesaria de aire.

—Probablemente no. —responde Heeseung, colocándose junto al otro.

La noche era joven y el cielo todavía tenía toques de rojo y púrpura mientras las estrellas lo cubrían maravillosamente, pero la luna todavía era tímida para mostrarse.

—Oh, lo había olvidado. —Heeseung de repente exclama.

—¿Eh? —Sunoo gira la cabeza para mirar a Heeseung e inmediatamente siente unos labios sobre los suyos. Está confundido por un segundo, pero después de finalmente darse cuenta de que el más alto lo estaba besando, su alma casi abandona su cuerpo.

Heeseung se aleja antes de que Sunoo se desmaye.

—Tú... uh, lo pediste. —comenta Heeseung con una sonrisa burlona.

Los ojos de Sunoo se agrandan.

—Cierto, lo hice...

Están callados, Heeseung está tratando de parecer tranquilo pero un sudor nervioso corre por su espalda, traga saliva.

—Oye. —comienza Sunoo. —Eso fue un poco repentino... ¿quieres hacerlo de nuevo?

Heeseung se da cuenta de que él realmente no es el único confiado entre ellos, balbucea estúpidamente, pero logra avanzar para besar a Sunoo una vez más. Esta vez, el menor le devuelve el beso, sintiendo escalofríos y un poco de pánico.


—¿Ahora qué? —Heeseung pregunta después de un rato, sin esperar una respuesta.

Sunoo acaricia la alfombra como si fuera un ser que respira.

—¿Cómo llegaste aquí? —Heeseung quiere saber. —Hablamos ayer por teléfono.

—Uh, sí... ya estaba de camino en ese momento. Esto es una sorpresa, ya sabes.—Sunoo miente con bastante facilidad.

Heeseung lo cree, sonríe mientras toma la mano de Sunoo con fuerza.

—Tú eres... — todo lo que podría pedir, Heeseung se abstiene de decir. No quería parecer cursi o ir demasiado rápido.

No podían simplemente sentarse en la acera toda la noche, por lo que deciden tomar el tren más cercano para regresar. Mientras esperan en la estación, bebiendo gaseosas y comiendo chips de vinagre, Heeseung dice:

—Creo que mis padres me van a odiar...

Sunoo solo emite un sonido confuso a través de la lata de la que estaba bebiendo.

—Mis padres son extremadamente religiosos y estrictos... pero realmente no pensé que me encerrarían en mi habitación por gustarme de los hombres. —afirma Heeseung, su mano se mueve para alborotar el cabello de Sunoo.

—Incluso si no me odian, no quiero realmente tener contacto con ellos.

Sunoo asiente levemente, pero pregunta:

—Entonces, ¿Cuál es tu plan?

Heeseung se encoge de hombros, luciendo indiferente con una media sonrisa perezosa.

—Trabajo a tiempo parcial en la tienda de música, pero probablemente necesite encontrar trabajos adicionales, y también tendré que mudarme de la residencia de estudiantes de la universidad... Tengo un hyung con el que puedo pasar algunas noches. 

QuimeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora