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—¿Estás seguro de que quieres conservar los recuerdos? —Hyejin pregunta, ella está un poco aturdida. Sunoo realmente la sorprendió con sus extrañas decisiones.

Estaban en el jardín, el lugar donde todo comenzó, y ahora donde todo terminará. Cheonsa está de vuelta en su brillante forma de bola de luz.

—Sí, estoy seguro. —dice. De una manera egoísta, no quería recordarlos, no quería que atormentaran sus días. Pero eso es injusto para ellos: lo amaban, querían que se quedara con ellos, pero no pudo. Lo menos que podía hacer era mantenerlos en su memoria.


—Bueno, Kim Sunoo, estamos muy agradecidos por tu gran compromiso y trabajo para salvar estas vidas, para devolverles su propósito... aunque sea por un rato. —dice Hyejin, con una sonrisa lateral como siempre ha tenido.

Cheonsa no dice nada.

—Se te extrañará mucho. —agrega Hyejin antes de despedirse con la mano.







Es el sonido de alguien llamando a una puerta lo que despierta a Sunoo. Por unos segundos está confundido, respira con dificultad, no parpadea mientras mira fijamente el techo que tiene un cartel familiar. Es un póster de Pink Floyd, exactamente el mismo que siempre veía cuando se despertaba para ir a clases.

Los golpes en la puerta se vuelven más erráticos, una voz inaudible habla pero Sunoo no presta atención; en cambio, está sentado y mirando alrededor. Ve su mesa, llena de libros apilados, en el suelo está su "tarea" incompleta, que es una pintura en lienzo (un ramo de girasoles).

Está de vuelta.

—¡Sunoo! ¡Despierta! —la voz finalmente tiene sentido. Es Bahiyyih, su amiga.

—¡V-Voy! —Sunoo comienza a correr hacia la puerta. Cuando la abre, la ve, con su cabello corto, ropa demasiado grande y mirada irritada, se sentía tan bien verla después de tanto tiempo.

—¿¡Estás bien!? ¿Olvidaste que tenemos clase? —ella pregunta.

—Uhm... sí... me siento un poco enfermo. —miente Sunoo, lucha contra la necesidad de abrazarla ya que sabía que ella odiaba el contacto físico.

—¿¡Ah, de verdad!? ¿Cómo? ¿Por qué? —Bahiyyih se cree la mentira, siempre ha sido un poco fácil de engañar.

—No sé cómo. No iré a clase hoy... ve tú sola. —dice Sunoo rápido.

—Uh, está bien... ¿quieres que te traiga algo más tarde? ¿Sopa? ¿Té?

—¿Qué tal si cenamos juntos? Podemos pedir comida.

—¡Eso suena genial! —Bahiyyih dice en voz alta, dando un pequeño salto, sus ojos brillan con una idea. —¿Puedo traer a alguien? Quiero decir, hay alguien a quien quiero que conozcas.

Sunoo entrecierra los ojos, con las manos en las caderas.

—¿Alguien?


—Sí, uhm, estoy saliendo con alguien. —dice Bahiyyih con una pequeña sonrisa, avergonzado.

—¿¡Hiyyih!? ¿¡Estás saliendo con alguien!? ¡Y hace apenas un año hiciste un juramento de nunca tener citas porque es una tontería! —Sunoo comienza a reírse.

QuimeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora