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Jaeyun le ofrece su cama.

—Tengo insomnio, así que probablemente estaré despierto por un rato. —dice.

Sunoo simplemente la acepta, pero insiste en quedarse despierto con él, Jaeyun solo asiente.

Se sientan en el porche, observan el cielo estrellado mientras beben café con leche y mastican los brownies sobrantes.

—¿Crees en los alienígenas? —pregunta Sunoo, se acurruca más profundamente en la manta que le dieron. Hace mucho frío por la noche (lo esperado), pero es una temperatura agradable.

—Uhm, no, no creo que existan. —es la respuesta.

—¿Por qué no? Mucha gente cree que los extraterrestres existen porque no podemos ser los únicos en este universo. —razona Sunoo.

Jaeyun se encoge de hombros.

—En mi humilde opinión, si los extraterrestres existieran, ya se nos habrían dado a conocer, a menos que no les agrademos. —termina con una linda carcajada.

—Tiene sentido... no somos muy simpáticos. —dice Sunoo.

—Lo que sí creo es en universos paralelos, multiverso debería decir. Hay diferentes tipos de universos paralelos, ya sabes... teorías... nada está escrito, uh, lo siento, me estoy extendiendo. —Jaeyun se detiene.

Sunoo niega con la cabeza.

—Está bien, me gusta escucharte hablar.

El rostro de Jaeyun se calienta, trata de no ser incómodo.

—Gra-gracias.

—Parece que realmente te gusta eso. —observa Sunoo.

—Sí, en realidad me interesaba mucho la cosmología. Pensé que sería un científico o algo por el estilo... Quería respuestas, quería saber por qué el mundo necesitaba existir, por qué existimos. —Jaeyun exhala de manera cansada. —Pero la ciencia sólo puede responder "cómo", no "por qué". Así que recurrí a la religión en busca de respuestas, pero sus respuestas eran tan mediocres... el "Dios" del que hablaban parecía demasiado unidimensional y aburrido.

Sunoo asiente, en silencio por un rato.

—Los universos paralelos parecen ser plausibles. —dice.

Jaeyun asiente.

—Si es real, espero que nos encontremos también en los demás.

Sunoo sonríe, está a punto de asentir cuando nota algo. Una estrella fugaz pasa zumbando.

—¡Ah! —Sunoo se pone de pie, pisoteando el suelo. —¡No pude pedir un deseo! —dice con ira animada.

Jaeyun se ríe de él.

—No te preocupes, apuesto a que lo hiciste en un universo paralelo.






Sunoo se despierta en la cama de Jaeyun, no recuerda haber caminado hasta ella, así que asume que el otro lo cargó. Tontamente huele su camisa y el leve olor a vainilla lo golpea.

Está a punto de volver a caer sobre la cama porque le duele la cabeza por la falta de sueño, pero escucha las voces apagadas de Jaeyun y una mujer.

—Dayeon, por favor vete.

QuimeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora