III

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Dia 9 de expedicion.
Cerca de las islas del trueno.

El meridiam Crux. Uno de los siete terrores piratas, navegaba despacio, a ritmo muy lento y con las velas recogidas; por aquellos mares electricos, de los que se rumoreaba, que escondian el mismisimo averno.

El inframundo. El infierno. La muerte.

Esto era debido a las grandes y poderosas tormentas electricas, producidas nada mas y nada menos que por la Grandiosa; cuyo nombre esta prohibido pronunciar para muchos, pues segun ellos los podrian oir.

Y como no, aniquilar.

El navio se deslizaba por aquellas peligrosas aguas cambiantes. Cos sumo cuidado, entre neblina palida pero espesa y humo.

Humo proveniente de barcos a los que un rayo habia alcanzado.

Varios susurros, ya fuese de viento, de anguilas, o de peces eran audibles, todos en tension continua. A la espera.

Llevaban ya mas de un dia, segun lo que podian ver de luz, que no era mucha que digamos.

—Kazu.. mira alli- Escucho, detras de el estaba Tomo.

Habia pocos en cubierta, los necesarios. Iban de.. ¿Caceria? Algo asi. Necesitaban escamas de una serpiente blanca de mar. Una bestia salvaje, y muy, muy antigua.

Sus escamas atraian rayos, y se vendian por buenas cantidades, aunque su mayor urgencia, es que las que tenian de antes estaban demasiado usadas, y necesitaban nuevas para seguir cruzando aquellos mares electricos.

Miro donde le indicaban. Mucha electricidad en el mismo sitio. Rayos violetas y blancos, de un sitio a otro.
Y una figura alargada a medio sumergir.

Bingo.

Ambos hicieron señas a Beidou, la cual los alerto a los demas, ya lo tenian todo planeado desde hacia cosa de 4 dias.

Miles de rayos se acumulaban de forma salvaje delante, a poco menos de 50 metros.

Una bestia. Un monstruo. Una pesadilla blanca como nieve, llena de escamas plateadas y unos ojos azules. De un azul electrico profundo, con tonos turquesa y verdosos. Con el iris recto, llenos de electricidad.
Le recordo por un momento al ojo de Tomo. Que parecía llevar una tormenta interna. Capaces de hacer trizas un barco en segundos.

Sus colmillos eran tan grandes como el propio Kazuha. El Crux no era mas que una mota de polvo en la inmesidad del oceano en comparacion.

Un Quinoe. Un hijo de las nieves.

Beidou les paso en silencio sus respectivas espadas. Kazuha y Tomo desenfundaron.

Beidou y Tomo fueron a las puntas del barco, para redirigir los rayos, y Kazuha se dirigio al centro. Preparado. Listo.

El adversario rugio. Temblaron. Luego silencio.

La batalla comenzaba.

Piratas y ladrones || Genshin/- Kaedehara KazuhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora