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Barco Meridiam Crux, al mismo tiempo.


En joven peli rojo cuya capa blanca ondulaba con la suave brisa del barco, caminaba tranquilo por la cubierta del mismo.

Ingresó entre las paredes de los camarotes, colandose entre los pequeños espacios. El barco estaba casi desierto. Casi. Su capa blanca con delicados bordadas en dorado lo destacaba de los otros, pues eran negras por completo o con bordado de plata.

El era diferente, incluso entre los suyos. Escuchaba los latidos del contrario al otro lado de la puerta. Sabia que el estaba alli.

Su capitana, su amigo y la regente seguian en la isla, puede que ni siquiera sobrevivieran. No es como si le importara el destino de esos tres, pero tampoco podia decir que hiciera aquello con gusto.

Simplemente resolvio el caso equivocado en el momento equivocado. No era mas que un esclavo de todo este juego de Dioses. Una pieza mas en el juego de otros. Tuvo un remordimiento, leve. Se sintio culpable unos segundos mientras tomaba el pomo de la puerta, abriendola despacio. Sintio la respiracion del rubio al otro lado relajarse.

Abrio la puerta por completo. Encontrandose a un chico que no aparentaba mucha mas edad que el mismo.

Joven y ligeramente mas alto, tenia la espada enfundada y reposada en la pared, a su lado. Estaba sentado en la esquina derecha de habitacion, su cabeza justo debajo de la ventana de aquel camarote. Aun mantenia los ojos cerrados y su expresion relajada.

    -¿Era necesario tanto alboroto? Llevas tres dias siguiendonos. -Preguntó abriendo los ojos, incorporandose.

    -Me sorprende que lo notaras... ¿sabes porque vengo, no?

    -Eres el terror de millones de piratas. Lo que me pregunto es como acabaste asi.. - El pelirrojo se acerco mientras hablaban. Un movimiento, solo uno. No le haria falta mas. El rubio continuo hablando - ¿No, Shinkanoin Heizou, vampiro diurno?

Piratas y ladrones || Genshin/- Kaedehara KazuhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora