IX.

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El sonido aturdente le dejo los oidos pitando, la sensacion molesta, se sentia perdido, sordo, su vista nublada por las astillas y polvo. Veia un par de luces borrosas, rojizas..

Cerró los ojos, se sentia cansado.. ¿Por qué no dormir un poco..?

Solo habia ceniza, y humo, y.. ¿Que hacia en el suelo? Su espalda cruje, y se incorpora, o al menos lo intenta. Abrio sus ojos, recordando que estaba haciendo el alli. Hablaba con.. Oh dioses. ¡La reina!

En un intento en vano de enfocar su vista a su alrededor, vislumbró algo parecido a una cortina, que emanaba poder Geo, se alegro, notando que al menos, aún conservaba su visión elemental, a pesar de..

La cortina Geo era débil, lo cual le extraño. Sabia que ella era capaz de crearlas mucho más fuertes, que con su poder real no habría resultado heridos. Tal vez no era el único. Algo pasaba, algo malo, algo de lo que el viento trato de avisarle.

Escucho entonces voces acercarse, su cuerpo entumecido y su espada lejos de el, no podia irse ni moverse, el pitido persistente en sus oidos le quebraba la cabeza, a duras penas podia pensar con claridad, pero logro distinguir dos voces.

-El jefe.. enfadara.. dijo... chico albino...

-No.. "El que.. albino"

-¿Seguro..? Yo.. recuerdo.. electro.., este.. no.

-¡El.. Electro.. se... llevan.. compás.. nosotros.. este..

-No.. nosotros.. ellos.. distraen..

-¿No.. lo mismo...?


A penas los escuchaba, el shock poco a poco se le iba pasando. Ya completamente consciente, Kazuha invocó su espada, los golpeó a ambos en la nuca, un golpe fuerte y sordo, pero sin matarlos.

Por una mezcla de curiosidad y adrenalina, Kazuha les retiró las capuchas a ambos.

En cuanto el minimo rayo de sol tocó su piel, se hicieron cenizas. Descompuestos por completo, en una suave neblina de ceniza negra, mezclada con el polvo. El unico rastro de su existencia, no era mas que sus capuchas negras.

A su espalda, Ninghuan se levantaba, aun algo aturdida por la explosion. Con los ojos muy abiertos, ambos reprimiendo el impulso de correr por el panico.

Esos seres, fueran lo que fueran, no eran humanos.


El de ojos rubí, asintio y fue hacia ella, ayudandola cortesmente a levantarse, posteriormente a sostenerse. Ella pidio en un susurro, aun en shock, debil y aturdida por los miles de pensamientos que surgian por ambos seres desconocidos, y el ataque a su isla, que le pidio que la dejase alli, que ella ya se las apañaria sola. Pero Kazuha debia ir al barco, y rapido, a ayudar a los suyos.

Muchos gritos a su alrededor, gente corriendo, gritando y llorando, presas del panico. Humo, que le corroia los pulmones, mas sin embargo, lo que llamo su atencion, es que solo la zona cercana al puerto tenia caos. El centro de la isla estaba intacto..

Y eso era extraño. Sobre todo, porque toda victima que veia en el suelo y trataba de socorrer, no tenia ni una pizca de sangre en el cuerpo.

Y eso solo podia ser una cosa. Una leyenda urbana.


-Vampiros.- Susurró, la mujer, con los ojos desenfocados. Ella ya habia visto a esas criaturas antes. Esas capas, esos rostros. Y, por supuesto, esas cenizas negras como la mas oscura de las noches. - Ve a buscar a tu amigo- Dijo ella, recuperando su compostura. Debía encontrar a Beidou si o si. Cueste lo que cueste.

El de cabellos albinos, que habia rehusado de abandonar ahi a la regente de Euyil, asintió despacio, pero con seguridad. Saltó por los tejados, con algo de dificultad, el viento ya no respondia como siempre. Cada vez iba a menos. A peor.

Definitivamente; su mal presentimiento se cumpliria, solo que a niveles que no esperaba.

Piratas y ladrones || Genshin/- Kaedehara KazuhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora