Prólogo 💎

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Ese día había amanecido soleado y sin nubes de lluvia. Parecía que sería un gran día. Nadie, absolutamente nadie, imaginaba cómo acabaría.

Ese día el equipo 7 no tenía nada por hacer, por lo que cada uno de sus integrantes decidió hacer lo que más le gustaba o le apetecía.

Hacía ya un año que Orochimaru había liberado a Mitsuki, quitándole el sello maldito de su propio corazón.

El peliazúl estaba sobre uno de los árboles que rodeaba al poblado de la aldea mirando el cielo, recordando el momento.

Boruto había tenido que ver en esa desición, debido a su gran insistencia con su libertad y el hecho de que el accionar de Orochimaru no era el de un padre.

Mitsuki se acarició el pecho donde solía tener dicho sello y sonrió al tiempo que cerraba los ojos. Las imágenes volvían a su mente como si hubiesen ocurrido tan solo ayer.

El rubio no quería saber nada con ese destino de su mejor amigo. Su querido amigo y compañero de equipo, al que le debía su vida misma por las incontables veces en las que estuvo en peligro, y de no haber sido por Mitsuki hoy estaría muerto.

Orochomaru sonrió al verlo gritar con intensa desesperación, recordandole a Naruto. Comprobó que su hijo Mitsuki estaría en buenas manos y aceptó obsequiarselo a ese rubio que brillaba como el sol.

Cuando el sello fue anulado y desapareció del interior de su cuerpo, el peliazúl se sintió más ligero comprobando que ahora su chakra fluía con mayor fuerza. Sonrió al comprender que aquello era la libertad.

Miró a su padre asombrado ya que jamás había creído que él llegase a liberarlo. Pero Orochimaru le dijo:

- Agradecele a tu sol, porque Boruto es tu sol. Yo también llegué a comprender eso. Eres una persona ya que dejaste de ser uno de mis experimentos. Tu hermano mayor Long tanpoco lleva ese sello ya que él también evolucionó hasta llegar a ser una persona. Claro que a Long le llevó más tiempo que a tí.

Las emociones desbordaron a Mitsuki debido a que ahora recién se sentía hijo verdadero de Orochimaru. Podía notar la gran diferencia. Su cuerpo al completo solo le pertenecía a él mismo.

- Ya hablé con Naruto y le envié todo sobre tí. Ahora los médicos de Konoha también podrán curarte Mitsuki. Sin embargo las puertas de éste lugar seguirán abiertas para cuando quieras volver hijo.

- Gracias padre, lo haré. Muchas gracias por todo.

Ahora, volvía al presente siendose renovado. Respiró aliviado saboreando su libertad con gran placer. Tantas cosas había aprendido desde que fue a Konoha y conoció a Boruto que el peliazúl se desconocía a sí mismo al recordar cómo solía ser antes.

-¡Hey! ¡Mitsuki! - la alegre voz de Boruto lo alejó de sus pensamientos. Lo contempló sonriendo, al tiempo que se incorporaba y de un salto llegaba a su lado.

- ¿Qué hay Boruto?
- Entrenemos juntos ¿te parece amigo?
- Si, suena genial - Mitsuki sonrió feliz también.

Así ambos se alejaron un poco del poblado y empezaron con el combate cuerpo a cuerpo.

Boruto se sentía feliz cada vez que luchaba contra Mitsuki debido a que le permitía seguir avanzando y descubriendo cuánto le faltaba para mejorar.

Además Mitsuki era muy habilidoso. Por supuesto que Sarada también lo era, pero ella últimamente solo sabía recriminarlo haciendolo sentir deprimido aunque no lo demuestre. Sin embargo su amigo Mitsuki era el único al que no conseguía engañar, y normalmente lo delataba.

El entrenamiento fue interrumpido por una explosición que ocasionó un gran movimiento sismico.

- ¿Qué fue eso? - quiso saber Boruto mirando en dirección a la aldea.

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