Sabe A Cerezas

Capítulo 7 🍒

Me brindó té caliente, estábamos en su casa, el frío en el exterior era increíblemente odioso. Ya eran más de las ocho de la noche y la oscuridad abarcaba casi todo el cielo. Nos quedamos toda la mañana y tarde junto al árbol de cerezas, fue bastante magnífico aquellas horas en aquel lugar junto a la persona que más amo en mi vida.

Hablando más a fondo sobre esto, mi cerebro aún necesitaba mucho más tiempo para procesar aquello. Si, aquello. El beso. Fue completamente impactante la manera, la forma y situación en la que se lanzó a besarme. No me lo esperaba, incluso lo veía imposible, aún no me lo creía. Fue espectacular sentir sus labios junto a los míos, su respiración junto a la mía y su rostro pegado al mío. Era todo un huracán de sentimientos y mariposas en el estómago, no sabía cómo reaccionar a eso, quedé inmovilizado, tieso, quieto, frío como una fija estatua de mármol. Pero feliz, contento y emocionado, sobre todo enamorado de aquel beso.

En serio, nunca creí que sintiera lo mismo que siento por él, aunque sólo fuera un beso insignificante, para mí era más allá que un simple beso y ya. Se sentía como tocar esas estrellas que nunca han sido avistadas, oler fragancias aún inexistentes, sentir sabores desconocidos y completamente nuevos, tan nuevos como el efecto del primer beso. Lastimosamente fue demasiado corto, no me dió tiempo a comunicarle todos mis sentimientos hacia él, que estaban más que claros pero igual necesitaba contarle más a fondo mis sensaciones al verlo, sentirlo, olerlo, tocarlo, escucharlo... Pero después de todo, ese beso breve satisfizo esa necesidad inmensa dentro de mi de dar un paso más allá que amigos o mejores amigos. Algo más allá de eso, aunque un beso no significa nada, yo tenía certeza de que este si, aunque no estaba completamente seguro.

Flores, blancas, rosadas, complementaban perfectamente ese momento. La corteza de los árboles crujientes, el aire una canción, y nuestras almas, aves libres sintiendo cada una de nuestras partes del cuerpo, unidos por un beso candente, caliente, impactante intensificando aún más mi atracción por él, ya no solo era un gusto, era un capricho. Por decirlo de alguna manera, ya era un vicio. El más satisfactorio y no me importa volverme adicto a él, solo se y quiero estar junto a Marck hasta los últimos minutos de mi vida, en cada momento concurrente, en cada instante perfecto.

Mis sueños con Marck estaban de primero en mi larga lista de deseos, por más que intentaba hacerlos realidad no pasaba absolutamente nada y ahora de repente me suelta un peso demasiado pesado en mi labios. Mi vida ha dado un giro de 360 grados, ha viajado entre galaxias y estrellas. Sentirlo, tocarlo, las mejores experiencias de mi vida, pero la gota que desborda el vaso de mi existencia, esa gota que me hace pensar completamente en un color rojo intenso es admirarlo en ropa interior. Su maldito cuerpo esta esculpido por dioses. Cada línea perfectamente definida de su cuerpo es una herida que se abre en mis pensamientos de deseo por iniciar esa llama de fuego ardiente entre nosotros; y agradezco a todo de este mundo por ofrecerme esos segundos de una sensación que en mi vida he sentido. Era más que deseo. Era pasión.

Pero, ¿Porque? ¿Estaría bien enamorarme de mi mejor amigo? Ya era bastante tarde como hacerme esa pregunta, prácticamente me siento un cliché romántico. ¿No que somos mejores amigos? Si, si somos, ¿a caso no nos podemos dar una oportunidad de amarnos? Somos personas, tenemos sentimientos, supongo que sean mutuos. Pero igual esa pequeña duda me retorcía el cerebro aunque evitarla con pensamientos positivos hacia Marck era fácil. Me distraían de mis dudas.

Tenía la necesidad de hablar de esto con Marck, si. Pero igual la presión y tensión que había dejado ese momento tan bello aún estaba quemando mis entrañas dejándome sin posibilidad alguna de tocar el tema. Era necesario, muy, necesario. Necesitaba saber que sintió al besarme, que sentía por mi, si de verdad le gustaba igual que él a mí. Pero como mismo necesitaba esto lo dejé atrás, evitando momentos y silencios incómodos.