Capítulo 4 🍒

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Caminó hacia mi, enojado y rojo como un tomate de la ira. Se que me dijo que no me separara de él por mí bien, pero su desconfianza y secretismo me tenían al borde de la locura, tenía que salir de mis dudas, pero ya me di cuenta que él tenía razón, hice toda esta película por nada. O eso creo. Con cierta brusquedad tomó mi mano <como si fuese de su propiedad>.

— ¿Que te dije? ¿Que estás haciendo aquí? — dijo cerca de mi oído con tono medio bajo para que las demás personas no viera que estábamos discutiendo.

—'Estoy conversando — no me gustaba que me hablara con mala forma, así que conteste con su mismo tono he ironía. Aún más enfadado me dijo que estaría en el jardín de en frente esperándome para hablar. Ni le presté atención, dejé que se fuera sin decir nada. Me sentía un poco culpable pero tenía que ponerme así ya que me ocultaba las cosas.

El intenso frío me estaba congelando la piel y los pulmones, mi respiración era agitada por, a demás de mi enojo, el frío. Mi vestuario exhibía grandes partes de mi cuerpo el cual eran los más afectados. Las manos me temblaban y mi quijada parecía castañuela en pleno flamenco.

Me distraje pensando, ni cuenta me di que Camilo seguía parado en frente mío esperando a que dijera algo. Salté en mi lugar al ver que lo dejé hablando solo. Simplemente y cortante terminé la breve conversación con un: fue lindo volver a vernos ahora tengo que irme. No se me ocurrió otra cosa, estaba concentrado en el regaño que me soltaría Marck.

Me di la vuelta dispuesto a caminar hacia Marck cuando irrumpen en mi miles de interrogantes:

¿De quien huía Marck?

¿De Camilo?

¿Porque huiría de la persona más mansa y tonta del mundo?

Sabía que nada ni nadie me respondería tales preguntas pero igual tenía la necesidad de preguntarmelas.

Ahí estaba Marck esperándome, su semblante bastante rudo y molesto. Se veía muy enfadado. Pero no perdía lo sexi, siempre pierdo si de resistirme a sus encantos se trataba. Mi preocupación disminuyó un poco su fuerza al verlo de esa manera, pero volvió justo cuando abrió la boca.

— ¿En qué estabas pensando cuando te dije que no te separaras de mi? — seguía hablando bajo por la misma razón de hace un par de minutos.

Me tomé mi tiempo en responderle esa pregunta. Analicé nuestro al rededor. No había mucha gente afuera, el ambiente se sentía tranquilo, la música se había trasladado de lugar hacia atrás, donde estaba la multitud disfrutando, así que se escuchaba un poco más bajo. Cuando por fin me decidí a responderle; sonó una especie de campana. Esto no se queda aquí, me dijo al instante de escuchar los ruidos.

No sabíamos que significaban esos sonidos, las personas que se encontraban en el jardín junto a nosotros se movieron en dirección a dónde estaba la música, la cual había dejado de sonar. Las seguimos buscando algo que no sabíamos que era en realidad.

Al pasar por debajo del gran marco de madera que daba hacia el patio trasero se encontraba el chico apuesto encima de un piano sosteniendo una copa de lo que parecía champaña. Parecía como si fuera a anunciar algo importante. Asi era...

– ¡La hora romántica ha llegado! Como prometí, a las doce de la noche se efectuaría el baile en pareja así que es el momento. Disfruten –

Aprovecha. Baile en pareja...

Comenzaron los nervios. Era el baile en pareja y solo tenía a Marck. Quería bailar con él, necesitaba hacerlo o me desarmaría de las ganas. El miedo se interpuso entre él y yo. Me apenaba mucho que no quisiese bailar conmigo y yo me le lanzara sin su conocimiento.

Sabe A CerezasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora