5✟ Tentación ✟

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☽ 𝕱𝖊𝖑𝖎𝖝 ☾


Mi plan original en serio había sido burlarme de ella luego de que no pudiese morder a absolutamente nadie pero entonces había volteado para verla justo antes de morder a una rubia con senos increíblemente suaves -a veces mi elección se basa en eso solamente- y se veía tan abrumada por la situación, tan jodidamente frágil.

Mi puto plan se fue al carajo cuando mordí a mi presa y básicamente se la regalé. Claro que en ese momento una luz se encendió en mi cabeza y pensé que después de todo era parte del trato introducirla en este mundo, trato por el cual podía cobrarme su sangre cada vez que quisiera.

¿Si había mirado con detenimiento la escena de Quinn mordiendo y haciendo gemir a la rubia? Por supuesto. La nueva no tenía idea de lo que estaba haciendo y era obvio, pero consiguió transmitirle placer mientras la mordía y no muchos vampiros podían hacerlo hasta luego de años de haber comenzado a beber sangre. 

Me recuesto en el pasillo donde casualmente se encuentra el dormitorio de Quinn, trato de calmarme porque estoy perdiendo la cabeza ahora mismo. Quiero verla porque quiero cobrarme el favor pero tengo demasiada curiosidad por ver si algo cambia en ella, si su sangre sigue oliendo tan jodidamente deliciosa y si sus ojos siguen siendo verdes.

¿Por qué mierda sé el color de sus ojos? oh, claro. Porque no puedo dejar de pensar en ese instante en que ella me miró mientras mordía a la rubia, obedeciendo cuando le dije que mordiese. 

Maldita chica lista. Obedeciendo con total sumisión.

Toco la puerta y ahí está.

—¿Puedo pasar?—pregunto demasiado orgulloso de haberla sacado de la ducha.

Se hace a un lado algo avergonzada, la veo sujetando con más fuerza la toalla que la envuelve y tengo que contener una sonrisa burlona. 

—¿Viniste por eso?—pregunta y escucho su corazón acelerándose, porque es demasiado predecible cuando se pone nerviosa. 

Doy algunos vistazos a la habitación, su perfume lo impregna todo. Es algo parecido a la vainilla junto con caramelo, pero es suave y parece envolverme mientras me siento en su cama.

—Vine a probarte un poco—admito desviando mi atención a sus piernas. Sé que están algo húmedas y casi puedo sentir su cuerpo entibiado por el agua. No sé qué mierda me pasa con ella últimamente pero estoy seguro que un par de mordidas después dejaré de sentirme así—. Seré gentil, Quinn, lo prometo.

—Pensé que no ibas a ser un caballero conmigo, Felix—dice medio sonriendo y parece juguetona también. Parece que la sangre que ha bebido le está dando algo más de confianza o actitud, o quizás ella siempre ha sido así y ahora mismo puedo verla por mí mismo.

—Tienes razón, debí releer el contrato antes de aparecer—le sigo el juego y palmeo el espacio vacío delante de mí para que se siente de espaldas—. Ven aquí.

Quinn me mira un momento, parece tener miedo de cómo responde casi al instante y se sienta. Su peso ni siquiera se nota en la cama y es la primera vez que puedo verla casi sin ropa. Yo jamás le he dicho que iba a morderla desnuda así que me halaga un poco que sea su decisión quedarse así para mí.

Sus ojos siguen siendo verdes y como que me alegra un poco que no se hayan vuelto rojizos. No es que tenga algo en contra del carmesí sino que es moneda corriente en el Castillo y no querría verla igual a los demás.

Tiembla un poco y creo que le debo una explicación de lo que va a sentir. Porque si bien el veneno no le hará nada malo, seguramente sienta un ligero aumento de la temperatura y mucho más si la muerdo en zonas erógenas.

ᴀғᴛᴇʀ ʜᴏᴜʀs; [ғᴇʟɪx ᴠᴜʟᴛᴜʀɪ+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora