10✟ La calma antes de la tormenta✟

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☽ 𝕱𝖊𝖑𝖎𝖝 ☾


No sé por qué lo hago pero la llevo a mi cuarto, aunque podría haberla dejado en el suyo e irme de ahí, lo cual fue mi primer impulso. Pero hay algo mal en mí últimamente y quizás sea mi jodida verga hablando pero no quiero dejarla sola, no después de que muy probablemente se haya desmayado porque la mordí bastante.

Que me lleve el infierno si dejo de poder alimentarme de Quinn. Es mi nueva cosa favorita del mundo y para rematar sus senos cubiertos de sangre son preciosos.

Quizás me haga costado bastante no masturbarme en la ducha pensando justamente en ello, aunque traté de ser lo más rápido posible para que no despierte sola.

Es raro, la tengo justo a mi lado y no tengo idea de qué hacer con ella. Mi historial es bueno con las mujeres en cuanto a follármelas pero no tanto en lo que respecta a después. Mis dedos recorren un poco su hombro hasta su rostro y no puedo evitar notar mi mordida en su clavícula... justo sobre la que le hizo el jodido Vladimir.

Cuando lo tenga en frente le voy a sacar cada puta extremidad justo delante de Stefan y después le voy a sacar el cuello a mordiscos. La sangre de Quinn es mía, ella es jodidamente mía porque hicimos un puto pacto. Es sólo por eso, pero hasta que yo me aburra o ese estúpido trato que me propuso se caiga, yo soy el único que puede morderla.

Si ella está enterada de esto o no, no es mi problema.

—Tranquila, Quinn—le digo mientras noto que está abriendo los ojos y que quiere incorporarse sola. Una de mis manos se lo impide y la otra puede que la sujete un poco por la cintura para que no se esfuerce demasiado—. Necesitas comer lo que sea que los humanos americanos consuman, ¿McDonalds?

Parece ligeramente ofendida pero no tiene la fuerza para mandarme al demonio.

—Suena bien.


Cuando vuelvo del jodido McDonalds más cercano, Quinn está sentada sobre mi cama pero está recién duchada y se tomó el atrevimiento de ponerse una de mis camisas como si yo le hubiese dado permiso para tocar mis cosas.

Le queda bien mi ropa, eso es algo que no puedo discutir y quizás es por eso que cierro la puta boca y le entrego la bolsa de papel madera y su Coca Cola sin decir nada, dejándome caer sobre uno de los sofás de mi habitación.

—Renata mencionó que hay brujas involucradas en lo que pasó en El club y que por eso a Demetri les es difícil rastrear a los rumanos, ¿eso es cierto?

¿No puede aguantarse las ganas de joder mi paz mental? No sé qué tanto puedo decirle, después de todo Aro fue bastante tajante en cuanto a qué tipo de información darle. Nada que pueda ponerla en peligro pero... esta chica es como un letrero que dice "problema andante, patéenme el culo".

—Sí, lo es. No tengo idea de por qué están trabajando juntos pero parece que su trato sigue en pie porque nos es imposible saber dónde están. Incluso los Denali que nos odian están algo inquietos con esto de que los rumanos trabajen con brujas.

Quinn comienza a comer y de verdad espero que se concentre con eso y lo deje estar, pero claro que no lo hace y vuelve a mirarme con esa intensidad que me hace preguntarme hasta dónde quiere llegar realmente con esto.

—¿Acaso los Volturi también son enemigos de las brujas? 

—Somos enemigos de varias especies, varias generaciones y varias millones de personas en general, no tengo idea a dónde quieres llegar. Sabes que no somos precisamente amigables cuando hacemos que se cumplan las reglas.

ᴀғᴛᴇʀ ʜᴏᴜʀs; [ғᴇʟɪx ᴠᴜʟᴛᴜʀɪ+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora