8✟ Algunos aliados ✟

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☽ 𝕼𝖚𝖎𝖓𝖓 ☾


Siento un sabor metálico en la boca mientras me despierto, creo que me desmayé hace un rato por un golpe pero no estoy muy segura. Se me agolpan demasiadas imágenes mientras abro los ojos y el piso está muy frío.

—Oh, mira esto Stefan, la princesa ya despertó— oigo esa voz burlona acercarse y logro enfocar mi vista en un punto, parece que sigo en el club aunque los sonidos de la pelea se oyen más lejanos—. Lo siento, princesa, no queríamos dejarte inconsciente pero creímos que eras otro miembro de la guardia.

La manera en la que me llama princesa hace que me de un escalofríos porque claramente hay demasiado odio en su voz. 

Un par de brazos me toman con fuerza por los hombros y me obligan a incorporarme, y con la vista algo borrosa veo a ese vampiro rubio ruso, corrección, según Felix ellos son del clan rumano. Oh mierda, ahí veo al otro vampiro un poco más robusto y quizás con la mirada un poco más cuerda que el que me está sosteniendo contra la pared.

—Esperen- esperen un segundo—logro articular casi sin voz y trato de tomar una bocanada de aire para hablar, mi corazón cargado de adrenalina—. Nos conocemos... nos vimos en el maldito juicio contra los Cullen... yo no soy su enemiga.

Vladimir mira de reojo a Stefan y ambos comparten una sonrisa que me vuelve a crispar. El agarre en mis hombros me duele y estoy segura que dejará marcas, además, aunque pudiese zafarme no hay manera de que pueda defenderme contra ellos. Mierda, debería haber entrenado aunque sea cinco minutos con Felix en lugar de tratar de follármelo.

—Te recordamos muy bien y vaya que nos tomó por sorpresa saber que eras la hija de Aro—no sé por qué la voz de Stefan suena incluso más teatral que la de Vladimir—. Por eso queremos que le envíes un mensaje a tu querido padre... en realidad no es nada muy complicado e incluso tú no tienes que hacer nada.

—Oh no, no, pequeña Vulturi tú sólo no mueras, ¿sí?—sigue diciendo el rubio mientras me presiona más contra la superficie de la pared detrás de mí y sé que va a morderme, no tengo idea de por qué lo sé sólo es mi instinto el que grita que estoy en desventaja y así sucede.

Siento una oleada de miedo que me paraliza y de pronto un horrendo dolor, sus colmillos se clavan totalmente en mi clavícula y suelto un chillido. Trato de zafarme de golpe, mi cuerpo al fin reacciona porque el dolor es demasiado y no sé cuánto tiempo pueda soportarlo sin perder la conciencia. Pero todo eso es en vano, sigue doliendo y para colmo mi sangre parece haber hecho su efecto porque no tiene pinta de que vaya a parar.

—No parece que la señorita quiera ser mordida, caballeros.

Una voz me saca un poco de las tinieblas porque en algún momento todo se había puesto negro, el agarre de Vladimir afloja un poco pero sigue clavándome a la pared aunque parece que ha dejado de morderme porque ya no siento que me estuviese ahogando.

—¿Qué mierda haces aquí Garret? Estás bastante lejos de tu clan en Alaska— Stefan se oye enojado y creo que se mueve, supongo que el tipo nuevo complicó las cosas... esperen un segundo, yo conozco ese nombre, también creo haberlo conocido en Forks.

Garret es el que se enamoró de la rubia del clan Denali. Mi mente brilla un segundo y abro los ojos tratando de enfocarme en él, Vladimir me suelta y no logro mantenerme en pie así que me caigo al suelo como si fuese un objeto.

—Créanme, nada me gustaría más que herir a Aro donde más le duele pero lamentablemente no queremos una guerra, así que les sugiero que se vayan de aquí antes de que Renata aparezca— debería ofenderme un poco ser un daño colateral pero ahora mismo estoy llevando mis manos a mi cuello porque siento que sigo perdiendo sangre—. Ah, y por si no lo mencioné antes, llegó la caballería pesada: Jane y Alec están aquí.

ᴀғᴛᴇʀ ʜᴏᴜʀs; [ғᴇʟɪx ᴠᴜʟᴛᴜʀɪ+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora