Capítulo V

9 2 0
                                    


Capítulo V - The other womaaan

Lucy

El suave eco de las hojas de los altos y viejos árboles chocando entre sí, parecían quemar mis tímpanos como nunca. Cada pequeño movimiento entrando como alfileres a mi cabeza en lo que seguía buscando hallar un refugio en el bosque

Sólo están jugando.

Los zapatos de tacón escuchándose a lo lejos y sus voces cada vez más cerca. Mi respiración se cortó al dar un traspié y caer contra las ramas secas.

Debes ser más fuerte.

La mezcla de lágrimas, sudor y maquillaje cubriendo mis ojos debajo de la tela negra que los cubría. Ahogándome en ello, siendo imposible limpiarlo al tener las muñecas inmovilizadas detrás.

No es para tanto.

Aquella melodía volvía a sonar entre los árboles, reemplazando a sus risas y burlas. Como si el viento hablara por sí mismo. Sin dejar de sonar.

Solo son bromas.

Movía mi cuello al aumentar el volumen de la canción.

Estoy exagerando la situación. Mi mente me está jugando una mala pasada.

Sentí una lágrima rodar por mi mejilla, humedeciendo la piel a su paso, la cual se encuentraba helada, a pesar del clima primaveral, presa del nudo que en mi garganta se comenzaba a formar.

Estoy a salvo.

Solo es una broma más.

Estoy a salvo.

No debo preocuparme.

Estoy a salvo.

Solo es una broma más.

Estoy a salvo.

Me repetía la mayor cantidad de veces posible, percibiendo aquello como una afirmación pero sintiéndolo más como si tratara de autoconvencerme de ello.

Soy demasiado débil.

Giré el cuello a la izquierda al creer oír el cantar de un pájaro, siendo consciente que no es posible, gracias al aturdimiento que sufrían mis oídos. Los rayos de sol parecían atravesar la tela sobre mis ojos, al inclinar el cuello hacia atrás.

No me harán nada.

Una fina capa de sudor frío cubría mi nuca, tal como la piel en mis manos, las cuales amenazaban por arrancarse a sí mismas gracias a la desesperación que aborda mi cuerpo, la misma que trataba de esconder.

Estoy a salvo.

Cada vez perdía más la sensibilidad en las muñecas al percibir la poca circulación en estas, debido a la soga inmobilizandolas.

Muevo la boca tratando de humedecer mi lengua a raíz de las súplicas y gritos en broma que había dado hace unos minutos para que pararan.

Solo están jugando.

Se que obviamente no me harán nada.

Conozco como son.

Todo el mundo sabe lo buenas personas que son.

Esta solo es una broma más.

A pesar de ser consciente que no puedo hacerles lo mismo, puesto que una vez Alex me comentó que estuvieron en el mismo club y que su situación familiar era un infierno.

MENTIRAS BLANCASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora