| Sombras y tormentos |

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Camine hasta donde me esperarían Hanma y Sanzu al terminar mi actuación para regresar a casa, iba a paso lento vigilando de que aquel chico no me siguiera. Al llegar solo estaba el del mechón rubio.

- ¿Dónde mierda está Sanzu?

- Dijo que tenía que ir por pastillas felices

- Maldición, cada vez es más constante

- ¿Va a hablar con él jefe?

- Lo pensaré, me preocupa- suspire derrotado.

- Ya es un adicto, no va a parar

- No me importa si lo tengo que encerrar en el sótano, pero debo detener esta conducta

Hanma solo rio, sin decir nada más llegamos a nuestro vehículo. Aquellas manos tatuadas fueron más rápidas que las mías y abrieron la puerta para mí.

- ¿Desde cuando eres tan caballeroso?

- Con usted siempre- me guiño el ojo. - Con los demás nunca, son tan aburridos

- Este mundo es un asco

- Usted me entiende jefe

Al llegar a nuestro piso me fui directo a mi cuarto, no tenía ganas de hablar con alguien. Me tire a mi cama para admirar el techo, cada día me sentía más vacío, pero debía ser fuerte por ellos.

Tome mi celular y le mande mensaje a uno de nuestros contactos, necesitaba un acta de nacimiento falsa junto a un certificado de la secundaria, para que las fechas cuadraran. Al tener la confirmación lance mi teléfono lejos de mí.

- ¿Algún día seré libre? – me pregunte.

Escuche ruidos y me senté en medio de mi cama, mire a todos lados, aquellas sombras habían regresado. Las voces no tardaron en aparecer.

-Déjenme en paz, váyanse- susurre mientras me tapaba mis oídos.

Mi respiración se aceleraba con cada segundo que pasaba, lagrimas salían de mis ojos sin cesar. Necesitaba mis pastillas, intente levantarme por ellas, mis piernas no respondieron y me caí, me abrace intentando calmarme.

La puerta se abrió de golpe.

- ¡Take! - dijo asustado Koko, corrió hacia mi mesa de noche y saco del cajón un bote de pastillas. - Respira, te sentirás mejor pronto

Me ayudo a levantarme y colocar mi espalda junto a mi cama, sentía que me ahogaba. Destapo rápidamente el bote y saco dos pastillas, abrió mi boca para meterlas directamente hacia mi garganta, me estaba ocasionando arcadas.

-Resiste, no puedes vomitarlas- apretaba con su mano mi articulación de la mandíbula impidiéndome abrirla.

Las ganas de vomitar eran cada vez más fuertes, intente ser fuerte. Él me miraba directamente a los ojos, me pidió imitar su respiración y funciono, mi mente se fue aclarando.

- ¿Mejor?

- Si, perdón si te espante

- No pasa nada- se sentó junto a mí y entrelazo nuestras manos. - Aquí me quedaré

Asentí.

- Deberías retomar tus sesiones con la psicóloga

- No, no puedo arriesgarme de nuevo a que sepan quien soy

- Pero está mal que sigas tomando antidepresivos sin receta

- Lo sé- mire nuestras manos. - Ya estoy mejor, puedes ir a dormir

- No quiero dejarte solo

- Estaré bien- acaricie su mejilla con delicadeza y cerró los ojos ante mi tacto.

Criminal Love [DraTake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora