»--CAPÍTULO 5--«

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Ya ha transcurrido un año desde que llegué a este mundo, aún no entiendo el por qué y cómo sucedió.

Gracias a la anciana Margot he logrado desenvolverme correctamente para evitar cometer errores durante mi estancia en éste lugar. Aunque...Ni siquiera conozco por qué yo, por qué me tocó a mi viajar siglos atrás...Es realmente extraño. Y todo por ese libro.

-<<¿Qué será de la vida de Nina y Lola?, ¿Me extrañarán?...Extraño a mi madre y a mi padre...>>-pienso para mis adentros mientras suspiro.

-<<Sé que me encuentro en el año 337 a.de.C en la Grecia Clásica>>- Ni yo me la creo, pero es así.

He intentado de todo para regresar a mi antigua vida, pero Margot me ha dicho que los dioses tienen algo preparado para mí, por lo tanto serían los designios de ellos y no mi voluntad. Já, las decisiones las tomo yo misma, yo seré quien marque mi propio camino.

De repente, algo me saca de mis cavilaciones cuando escucho en la entrada de la ciudad gritos y relincho de caballos, y por las inmensas puertas comienzan a ingresar soldados los cuales comienzan a incendiar el lugar. Esto hace que salga de mi trance y salgo corriendo en busca de Margot.

Mis pulmones comienzan a arder y mis piernas están tensas, en eso logro visualizar la cabellera blanquecina de la anciana Margot ingresando a nuestra cabaña; me dirijo lo más rápido que puedo para alcanzarla y lograr estar a salvo.

-Margot- la llamo al ingresar, pero ella me toma de sorpresa y me tapa la boca.

-Shhh- me susurra- Están atacando la ciudad, son los macedonios haciéndose del poder e instaurando el terror en las personas- me informa.

- Margot, debemos irnos, me dijiste que si nos capturan seremos esclavizadas y vendidas a quién sabe- le susurro desesperadamente.

-Lo sé, mi niña- dice mientras me abraza- Debes huir lo más pronto posible.

-Debemos- le respondo, pero queda un silencio entre nosotras- Margot, vamos, no me puedes hacer esto; tú y yo juntas, lo prometiste- le digo derramando unas cuantas lágrimas.

-Lo sé, pero ya estoy vieja para andar cabalgando, y seré una carga- me dice mientras sus ojos sabios se ponen húmedos a punto de llorar.

-Margot, tú eres importante para mí, no te voy a dejar, vamos....sin objeción alguna- le digo mientras preparo en una manta suministros para algunos días.

Alejandro MagnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora