Capítulo 2: A quien tú decidiste amar

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Te prometo que no vuelvo a llorar. Sé lo felices que están y cuiden; Lo que yo soné, siempre quise para mí. De corazón. Ámense.

Claire

Después de que el ramo de flores amarillas que llego a mis manos de parte de un admirador secreto tuve que despedirme de mis amigos ya que mis clases se encontraban próximas a iniciar. Durante el camino al salón de clases la mayoría de las universitarias se encontraban elogiando el hermoso ramo de rosas e incluso algunas llegaron a mencionar que sentían envidia de la buena, de que estando soltera recibiera un bonito detalle en San Valentine.

Al ingresar al salón de fotografía el ramo de rosas amarillas se volvió el objeto más fotografiado por la mayoría de mis compañeros en clase, pues como se trataba de capturar objetos o situaciones al azar para que nuestro ojo artístico nos abriera a nuevas posibilidades de como se pueden expresar las ideas y pensamientos que surgen en nuestro cerebro.

La clase de fotografía evoluciona convirtiendo el salón de clases en una discoteca, ya que en clases todos nos comenzamos a divertir usando pelucas, disfraces y joyería de fantasía que encontramos en un baúl con objetos de utilería que seguramente olvidaron los estudiantes de teatro.

Cantando a los Jonas Brothers las clases culminan después de la divertida sesión que tuvimos.

—Hola, Claire —menciona una chica rubia cuando salgo del salón de clases.

—Hola, Summer —respondo con una sonrisa.

—Vendrás a la fiesta de esta noche —pregunta buscando algo de su bolsa.

—No lo sé —respondí indecisa—. Tengo un maratón de películas románticas y es la noche perfecta para verlo.

De su bolso saca una caja en forma de corazón.

—El romance por delante —bromea—. Ven. Te aseguro que la fiesta estará muy tranquila, además de que casi no muchas personas vendrán.

—Lo pensare.

—Me pidieron que te entregara esto —me extiende la caja—. Y esto —me entrega una nota.

Veo a la chica con una sonrisa y yo le lanzo una mirada interrogante.

—¿Quién te dio eso? —pregunto viendo la caja de corazón.

—Es un secreto —me guiña el ojo—. Nos vemos —se despide—. Te espero en la fiesta.

La rubia se marcha despidiéndose con la mano.

Mi teléfono comienza a timbrar en mi mochila. Con el ramo de flores y la caja de corazón en las manos, hago un movimiento descuidado que termina haciendo que me tambaleé un poco intentando sacar mi móvil. Pero termino que siento que caigo al suelo cuando logro llegar al cierre de la mochila y recibo un empujón que provoca que me tambaleé con más fuerza, pero alguien o algo me logra retener, evitando que de esa manera terminé en el suelo.

—Gracias —respondo cuando vuelvo a estar en equilibrio, sin ver aun a la persona que me ayudado.

—No hay de qué —responde un chico que seguramente he visto convivir con Michael. Es más alto que yo, tiene el pelo negro y va vestido con ropa bastante elegante—. Solamente previne que terminaras en el suelo.

—Gracias por evitar que terminara aplastada por la manada de ñus —bromeo con el chico.

—Fan de Disney ¿cierto?

—No es una película de romance, pero es una de mis favoritas —respondo mientras mi teléfono no ha parado de sonar.

—Seguramente eres fan de Cinderella —pronuncia el tipo después de analizarme durante unos segundos.

El amor está en el aireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora