Capítulo 4: A dónde vamos

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Que, siendo un extraño, te dije te amo. Te he estado buscando por más de mil años. Y tú respondiste; ¿A dónde vamos?

Claire

Hurgo en mi mochila buscando las llaves del apartamento. Cuando logro atraparla entre el montón de cosas que llevo en mi mochila la cual es un desastre, se la entregó a Lale. Mi amiga abre la puerta y me ayuda a llevar a dentro la canasta. Cuelgo la mochila y mi abrigo en el perchero. Las flores amarillas las coloco en un jarrón que la madre de Lale nos regaló cuando nos mudamos aquí. Nosotras la cuestionamos por su regalo y ella muy confiada nos respondió que era para que conservar frescas las flores que nuestros futuros novios nos regalaran.

Enciendo el televisor de pantalla plana y pongo a reproducir The Propostal, una de mis comedias románticas favoritas de todos los tiempos. Lale se sienta a mi lado y juntas no la pasamos el resto de la tarde viendo películas hasta que recibo un mensaje de parte de Michael avisándome que en una hora pasara por Lale para llevarla a su celebración.

Apago el televisor justo cuando la parte más importante de la película estaba por concluir y Lale se queja molesta.

—Estaban a punto de besarse —la escucho quejarse mientras me levanto del sofá—. Ahora moriré con la incógnita de si se besaron o no —toda una dramática. Esa es mi amiga.

—Se besan y viven felices para siempre —respondo burlesca.

—Eso no es Disney, es la vida real, Claire —me reprocha.

—Eso es solo cine. La vida real es la nuestra. Tu novio llegara en una hora por ti y tú te encuentras despeinada, con las mejillas llenas de chocolates y por no decir que llevas el pijama más viejo que tienes y con más helado del que puedes encontrar en una heladería.

—¡Y hasta ahora me avisas! —como un resorte se pone de pie y corre a su habitación.

Detrás de ella la sigo. De su habitación sale con varios de sus productos de higiene personal y una toalla de baño colgando en su hombro.

—Me voy a bañar —apenas y si entiendo lo que dice antes de que cierre la puerta del baño que compartimos ambas en el departamento.

Ingreso a mi habitación.

En mi guarda ropa comienzo a buscar un atuendo para esta noche. No prometí que iría a la fiesta con los chicos, pero no es tarde para aceptar divertirme con mis amigos. La sorpresa de Michael para Lale no los demorara más de una hora y seguramente Ander no dudara en acompañarme a la fiesta.

Selecciono las prendas que me parecen correctas y salgo de mi habitación cuando el timbre en el departamento se escucha.

Abro la puerta y veo a Michael en la puerta.

—¿Dónde está? —pregunta en un susurro.

—En el baño —respondo de igual manera.

—Hablemos aquí afuera —cierro la puerta detrás de mí y hago una seña para que comience a hablar—: Traje esto para Lale —me entrega una bolsa y un par de cajas—. No le días que fui yo, quiero decírselo cuando venga por ella.

—Está bien —tomo la bolsa y las cajas.

Nos despedimos. Regreso adentro. La bolsa y cajas las dejo en la cama de mi amiga. Ingreso a mi habitación y tomo mis pertenencias de higiene para darme un baño.

Lale sale del baño e ingreso enseguida que ella lo desocupa.

Abro la ducha dejando que mi cabello rubio se empape de agua. Coloco champú por todo mi cuero cabelludo, después enjuago mi cabello. Tomo el gel de baño y con ayuda de una esponja ayudo a esparcirlo por todo mi cuerpo, enjabono cada rincón de mi cuerpo y finalizo bajo la lluvia artificial, mojando todo mi cuerpo. Cierro la llave. Envuelvo mi cuerpo con la bata azul y salgo del baño.

El amor está en el aireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora