El constante sonido de algo vibrando fue lo que lo despertó, y no pudo evitar fruncir el ceño porque lo último que quería era levantarse, estaba tan cálido envuelto entre las mantas que deseaba quedarse ahí por unas cuantas horas más, sin embargo, no pudo hacerlo, no cuando después de que el ruido se callara, comenzó otra vez.
Obligó a sus ojos a abrirse, pasando sus ojos por la habitación, porque esa no era la suya, y tuvo que recordarse lo que hizo la noche anterior y en dónde estaba, aunque ver todo pulcramente ordenado le hizo el trabajo fácil.
Apartó las mantas y caminó hacia el sillón que estaba junto a la ventana, en donde estaba su ropa doblada y su móvil sobre esta, registrando una llamada que no quería contestar porque casi podía sentir la furia al otro lado de la línea.
Cuando la llamada finalizó, rápidamente tomó su móvil y escribió un rápido y corto mensaje que decía: cuida a Soo Hyun, y sin esperar una respuesta apagó el móvil, porque podía escuchar la serie de llamadas que recibiría luego de su mensaje, pero no quería responder.
Sí, sabía que podía ser irresponsable de su parte sólo enviar un mensaje y estar seguro de que Woo Sik cumpliría lo que dijo, pero confiaba tanto en la debilidad que el alfa tenía por su hijo como para no pensar que lo iba a dejar solo en el apartamento, o que no podría preparar o comprarle el desayuno.
Dejó su móvil sobre su ropa mientras su mirada pasaba a su alrededor, posándose en el pequeño reloj sobre la mesita de noche que marcaban las siete y media de la mañana, y se podría decir que era un poco temprano, sin embargo, el alfa con el que había compartido la cama la noche anterior, no estaba por ningún lado de esa habitación.
Han Do no podía decir que sabía exactamente la rutina del alfa, como la hora de despertarse o su horario de trabajo, pero estaba seguro de que la mayoría de personas no trabajarían en un domingo por la mañana. Dudó solo por un momento entre si debía de tomar su ropa y vestirse para regresar a su apartamento, o si podía quedarse un poco más, y realmente sabía que no deseaba irse, no por Soo Hyun, sino por Woo Sik, que seguramente estaría furioso, y sólo no deseaba enfrentarse a él.
Ignoró la idea de ponerse su ropa, no quería que si el alfa, que debería de estar en algún lugar del apartamento, lo viera con ella, creyera que había decidido irse a casa en cuanto despertó, y tampoco era como que se pasearía desnudo por ahí, porque estaba vistiendo un suéter azul oscuro, lo suficientemente largo como para cubrir un poco más abajo de sus glúteos, y un par de bóxer que le quedaban algo grandes, dejando en evidencia que no era suyo.
Han Do ni siquiera recordaba cuando le había sido colocada esa ropa, porque había estado tan exhausto que sus ojos apenas y pudieron mantenerse abiertos el tiempo suficiente para la sesión de besos que compartió con el alfa luego de que el sexo terminara, pero al no sentir su cuerpo pegajoso en ningún sentido, podría decir que incluso después de que él se durmió, Ji Hoon había tomado ciertos cuidados de él, como limpiarlo y vestirlo, incluso había cambiado las sábanas y no se había despertado.
Woo Sik nunca hacía algo así por él, parecía volverse un animal difícil de controlar, y realmente tampoco le importaba demasiado porque no podía pensar con claridad, no cuando su cuerpo ardía en deseo y sólo quería que el alfa nunca se detuviera de acariciarlo y besarlo.
Cuando salió de la habitación, fue fácil encontrar a la persona que buscaba, porque un bajo sonido llegaba desde la cocina, dejando claro que alguien estaba en ella cocinando, y al acercarse a la puerta, vio a Ji Hoon parado frente a la encimera, vestía un pantalón deportivo negro y una camiseta de algodón azul marino, quizás esa era la ropa más informal que le había visto usar después del pijama de la noche anterior. El alfa estaba picando verduras tan concentrado y silencioso como podía hacerlo, que no notó la presencia del omega.
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Inestable o Café (Completa en Joyread, Dreame)
Roman pour AdolescentsWoo Sik nunca había pensado que estaría rogando por el amor de su omega, pero este simplemente no parecía querer saber de él, y cada vez que su relación parecía que podía avanzar un paso, siempre retrocedían diez. Han Do ya no era el mismo de años a...