8-Separados

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Todo ocurrió muy deprisa y sin poder hacer nada fueron sacudidos. Ahora, el joven yacía sobre la orilla de la playa de la isla, volviendo en sí. Abrió los ojos despacio, la boca le sabía a tierra mojada. Vio el inmenso mar y el cielo azul.

—¿Qué ha pasado?.

Se levantó, se sacudió la arena de la ropa y vio que estaba varado en la isla. Cuando su vista se aclaró, vio mejor los árboles y vegetación enfrente suya. No muy lejos, unos trozos del barco estaban esparcidos por la orilla, pero ninguno de sus amigos estaba allí, ni tampoco Erza.

—No recuerdo nada—solo recordaba que se golpeaba la cabeza. Del resto nada.

Fue hasta la sombra de unas palmeras a sentarse un poco y recuperar de todo el sentido. Le costó acercarse pues parecía que sus pies tardaban en reaccionar a sus órdenes. 

Sentado sobre la arena, miró a todos lados, en busca de alguno de sus amigos. Pero allí estaba él solo, su mente por un momento se puso en lo peor, pero conociendo a sus amigos, estarían bien. Su olfato no detectaba a nadie, seguramente estarían en otra parte.

Cuando se encontró con suficientes fuerzas, buscó entre los restos y encontró su mochila, tenía comida y una cantimplora. Se la cargó a la espalda y decidió adentrarse en el bosque, esperando toparse con alguno de sus amigos.

Tras un buen rato caminando, se encontró a varios animales salvajes, nada que no pudiera manejar. Los derrotó con sencillez. Pudo alimentarse de varios frutos que encontró en los árboles y que le llenaron el estómago.

—Un río—se alegró de ver uno y pudo comprobar que el agua era limpia—que sed tenía.

En aquel momento recordó un consejo que le dieron cuando se perdiese en el bosque y era que siguiera río arriba, ya que seguramente encontraría un poblado. Y así hizo, continuar el camino, a veces tenía que subir unas rocas pero notaba que cerca había alguna clase de energía, o mejor dicho, magia.

—¿Natsu?—era Lucy que estaba atendiendo unas heridas en el brazo.

—¡Lucy!—gritó feliz de verla.

Ambos se abrazaron de felicidad.

—¿Dónde están los demás?—pero ella tampoco lo sabía.

—Bueno, estamos ahora juntos.

Siguieron el río arriba, aunque ahora el joven estaba mucho más animado. Al parecer, ella fue arrastrada hasta el bosque ya que salió disparada, usando su magia pudo evitar la muerte en la caída pero si que quedó herida al ser atacada por algunos animales.

Montaron un pequeño campamento sobre una de las zonas que vieron que era perfecta para poder descansar un poco. Teniendo el río cerca, rellenaron las cantimploras y recogieron fruta para poder comerla, era tan fresca, que les llenaba de energía.

—Estoy preocupada por el resto—dijo Lucy encendiendo un fuego.

—Yo no, son fuertes, y seguro que están bien.

—Conociendo a Erza, igual ya han derrotado a esos malechores—ambos rieron al pensar en la situación.

Los dos estaban sentados sobre una roca para mirar el fuego, disfrutando un poco de la tranquilidad tras tanto andar y el accidente con el barco. 

—Wendy es la que me preocupa, espero que no esté sola—dijo.

—Es una dragon slayer Lucy, seguro que está bien.

—¿Cómo puedes estar tan seguro?

—Porque los conozco, conozco su fuerza...debo ser positivo.

—Tienes razón.

Cuando llegó la noche, decidieron adentrarse en sus tiendas de campaña cuando escucharon un ruido cercano. La figura se mostró pronto, reconocían la voz. Era Levy quien se dejó caer sobre la hierba herida. Enseguida Lucy le atendió los cortes, no habían enemigos cerca, simplemente pasó por unos matorrales y plantas.

—Tranquila, toma un poco de agua.

—Gracias.

La tumbaron tras curarla y limpiar las heridas.

—Bueno, ya estamos tres juntos—comentó Natsu.

Levy descansaba en la tienda de campaña de Lucy. Ella colocó unos sellos protectores que darían la voz de alarma cuando alguien pisase esos sellos.

—Ahora tenemos que descansar para tener fuerzas, mañana seguiremos.

Natsu se quedó dormido al poco tiempo, estaba cansado de tanto andar y necesitaba estar fresco si quería volver a ver a todos, los encontraría, especialmente a Erza de quien tenía ganas de abrazar de nuevo.

Ninguno de los sellos dio la alarma y eso les ayudó a poder dormir mucho más tiempo. Levy estuvo levantada antes que ellos e hizo un pequeño desayuno, se le daba muy bien y les llenó de energías.

—Debemos ir allí—dijo Levy—me ha parecido ver una aldea.

—Pues en marcha, hay mucho que hacer—dijo Natsu.

Recogido el campamento, emprendieron la marcha mientras trataban de recordar lo sucedido en el barco, pero ninguno de los tres lo sabía, era como si ese recuerdo se negase a volver a sus cerebros. Esperaban que Wendy, Gray o Erza lo supieran.

Natsu estaba feliz de ver a las dos sanas y salvas, ahora encontrarían al resto. Subieron un par de rocas, atravesaron el bosque y tuvieron que dar rodeos mientras combatían contra animales que eran fáciles de derrotar ya que eran tres.

—Ya veo la aldea—dijo Natsu señalando adelante.

—Muy bien, a ver que saben de esta isla—antes de llegar se detuvo—esperad, notó algo maligno—dijo Levy.

—Yo también—Lucy sentía algo de frío.

—Veamos que sucede.

Cuando se acercaron más, vieron que los aldeanos estaban tirados en el suelo, y cerca de estos, unas pequeñas criaturas de color negro que eran controlados por un hombre con túnica y capucha, evitando ver su rostro.

—Tenemos que ayudarlos—dijo Natsu.

—Venga, te seguimos—asintió Lucy.

Los tres salieron al paso, dispuestos a enfrentar a estas criaturas.

Continuará...

La lujuria de Titania-Natsu x Erza (Narza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora