3-De nuevo de aventura

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Las cosas iban muy bien para Erza quien daba saltos de alegría e incluso parecía otra, una persona mucho más alegre. De hecho se percataron en el gremio pues normalmente siempre que estaba sentada y bebiendo, no paraba de dar órdenes a todos los demás para que se comportasen como personas y no como animales.

—Veo a Erza muy contenta—dijo Lucy mirando a la pelirroja—¿deberíamos preguntarle?.

—Igual por fin esta saliendo con Jerall—comentó Gray en calzoncillos.

Wendy, Gray y Lucy se imaginaron la escena de ambos. Y entonces se echaron a reír, era imposible que eso sucediera.

—Oi—dijo Erza con una mirada seria—dejen de parlotear sobre mí.

Los tres dieron un grito asustados mientras se juntaron en una esquina como ratones.

—¿Acaso tiene el oído de un dragón?—preguntó Wendy llorando.

La puerta se abrió como siempre, era Natsu quien saludó a todos.

—¡Ey chicos!—dijo—¡vamos a hacer una misión, hace mucho que no vamos todos juntos!—su sonrisa hizo que Erza se sonrojase, era aquella sonrisa que tanto le gustaba.

Ya más calmados, fueron hasta el tablón de anuncios y buscaron una que se ajustase a ellos, aunque al dragon slayer le daba igual.

Decidida la misión por la enorme recompensa, marcharon rumbo al pueblo. No había tren hasta allí así que Natsu estaba feliz pues prefería andar. Salieron del gremio, luego de Magnolia y tomaron el sendero que les llevaría al sitio de la misión.

—Que ganas de conseguir dinero para comprar toneladas de comida—Natsu iba delante feliz.

—Yo me lo gastaré en libros—Lucy parecía Levy.

—Yo ahorraré—Wendy quería tener ahorros de cara al futuro.

—La cantidad de pasteles que podré comprar—la joven titania se imaginaba una montaña de pasteles de fresa y nata.

—Yo en ropa.

—Pero si siempre vas desnudo—dijo Natsu.

—¿Qué has dicho?.

—Ahí van otra vez—Wendy y Lucy agacharon la cabeza.

Mientras las tres caminaban tranquilamente, disfrutando del paisaje, eran seguidos por una pequeña nube de polvo. Ambos seguían peleando hasta que Erza los separó de un golpe.

—Dejen de pelear de una vez.

Caminaron ya tranquilos, mirando las montañas lejanas y los increíbles senderos y paisajes que se extendían ante ellos. Erza trataba de no tomar la mano de Natsu, es por eso que se ponía al lado contrario de donde estaba.

Lucy y Wendy hablaban de algún libro mientras que Gray vigilaba todo. Al cabo de una hora y poco el cielo se volvió gris, se avecinaban lluvias, lo podía oler Wendy. Todos apresuraron el paso para avanzar lo máximo posible antes de montar un campamento.

—¡Mirad!—avisó Lucy.

No muy lejos, una cabaña muy grande. Tenía dos plantas y por su aspecto debía ser un hostal. Corrieron cuando notaron las primeras gotas y fue entrar al lugar cuando la lluvia fue mucho más intensa.

—Por poco—dijo Wendy de rodillas.

Una señora mayor les recibió encantada. Luego rellenaron el formulario y pillaron las habitaciones. Estaban solos ya que según la mujer, gracias al paisaje, muchos aventureros preferían acampar fuera.

Una chica joven, la nieta de la anciana les llevó hasta su cuarto. El lugar era muy bonito, todo hecho de madera bien cuidada y cortada, no parecía gran cosa desde fuera. Subieron las escaleras, entraron a los cuartos, dejaron las cosas y bajaron a comer algo.

—Que aproveche—dijo la anciana repartiendo la comida.

Todos empezaron a comer y sabía delicioso.

—Comida caliente y lluvia de fondo, me encanta—dijo Lucy.

Luego de la cena, se sentaron en el comedor a contemplar como caía la lluvia por el cristal. Todos sentados cerca de la chimenea. Lucy miró a Natsu extrañado.

—No sabía que podías sentir frío—comentó.

—Soy humano después de todo.

Erza aprovechó que estaba cerca de Natsu para juntar sus manos durante un breve momento.

—Bueno, ¿cuantos nos queda?—preguntó Gray.

—Al menos dos días a pie—respondió Lucy mirando el mapa.

—Bueno, lo mejor es la aventura—dijo Natsu feliz.

Cuando estuvieron agotados, fueron a dormir, cada uno en una habitación mientras la tormenta sacudía la tierra. Erza aquella noche se metió en la habitación de Natsu con mucho cuidado, o eso era la idea cuando vio a Wendy en mitad del pasillo.

—Erza-san, ¿qué hace?—preguntó—es la habitación de Natsu.

—Ah, cierto, me confundí.

Regresó a su habitación y supo que con Wendy allí, no iba a poder estar con él. La joven lloró un poco al estilo anime pensando en ello hasta que se durmió.

Tras pasar la noche, se despidieron de las mujeres y comenzaron sus andanzas de nuevo. El aire era fresco por la lluvia.

—Venga, nos queda mucho por andar—dijo el dragon slayer.

Los cinco caminaron rumbo a su destino. Erza pensaba cuando tendría la posibilidad de estar a solas con él, sin imaginar que muy pronto se daría la ocasión.

Wendy miró extrañada a Erza, quien parecía otra.

—¿Acaso estarán juntos?—preguntó en su cabeza ella.

Erza quería comunicarlo, pero la vergüenza se lo impedía.

Pronto, las cosas iban a cambiar mucho para ellos.


Continuará...

Este es un capítulo introductorio a lo que está por venir. 

La lujuria de Titania-Natsu x Erza (Narza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora