La Chica de mis sueños

Capítulo Final: La Notita

Sábado por la mañana.

Tras una semana llena de pasión y lujuria compartida, el momento de despedirme de Moa ha llegado, aunque mi corazón se resiste. Estoy en su cama, entre las sábanas que aún guardan el aroma de nuestras pieles y los ecos de nuestras noches. Como siempre, Moa despertó antes que yo y me dejó una tierna notita en la mesita de noche.

La leí despacio, saboreando cada palabra, imaginando su voz dulce y la calidez de su sonrisa al escribirla:

Amor, me fui a comprar algunas cosas al mercado porque nos comimos absolutamente todo y no queda nada.
Regreso enseguida.
Te dejé el desayuno preparado, bebé.
Nos vemos en un ratito.
¡Te amo mucho! :)
Moa

Sus pequeños gestos siempre me desarman. Ella es tan dulce, tan tierna, tan Moa... La amo con locura, con cada fibra de mi ser.

Es precisamente por eso que he decidido no presionarla como lo hice durante nuestra cita del sábado pasado. No quiero forzarla a elegir entre dos amores. Hoy, como todos los fines de semana, Moa se verá con ella. La rutina dicta que estos días son para cosas importantes, pero sé que este fin de semana será distinto.

Moa me lo prometió. Tendrá una charla seria con La Reina. No mencionó su nombre, pero no hacía falta. Sé perfectamente a quién se refería. Ellas dos debatirán sobre los pasos que darán con respecto a esta enredada situación en la que estamos inmersas.

A mí solo me queda esperar. He tomado la decisión de no volver a presionarla como lo hice sin intención durante nuestra inolvidable cita de la semana pasada. Moa y La Reina decidan juntas, y confiaré en su amor por mí, y en que tomarán la mejor decisión para todas.

Si soy completamente sincera, el hecho de que oculte su relación con La Reina no me molesta. Desde el principio supe que Moa jamás dejaría de amarla, ni a ella ni a Ella. Lo único que realmente me duele es verla sufrir, atrapada entre dos amores que no sabe cómo equilibrar.

Tal vez debería confesarle que ya lo sé todo, que no me importa que ame a otra persona siempre y cuando también me ame a mí, como bien sé que lo hace. Pero una parte de mí quiere que sea Moa quien me lo diga, no por orgullo, sino porque deseo que me demuestre que nuestra relación tiene tanto peso como sus otras dos historias de amor, con La Reina y con Ella.

Solo quiero eso. Un gesto sincero. Siempre he creído que no existe un único "amor de nuestras vidas". El problema es que la mayoría de las personas apenas encuentra uno, si es que lo hacen. Muchas ni siquiera tienen esa suerte, y eso... eso me parece desgarrador.

Yo fui afortunada y encontré el mío. Moa por su parte, fue mucho más afortunada que el resto y pudo encontrar a dos amores, a dos ángeles guardianes a lo largo de su vida. Yo, solo deseo poder ser su tercer ángel guardián. Esa es mi verdad. Ese es mi más profundo deseo.

Con esos pensamientos todavía revoloteando en mi mente, tomé mi bata, dejando que el suave tejido rozara mi piel desnuda, y me dirigí a la cocina. Allí, en la penumbra tranquila de la mañana, encontré el desayuno que Moa había preparado para mí. Su dedicación, hasta en los pequeños detalles, me llenó el pecho de una calidez indescriptible.

Por primera vez desde que estamos juntas, decidí no esperar a que regresara del mercado. Comí lentamente al principio, como si saborear su comida pudiera acercarme más a ella. Pero mi hambre ganó la partida, y devoré el abundante desayuno en cuestión de segundos.

Satisfecha y todavía con su dulce presencia en mi mente, dejé yo por primera vez una notita para ella, escrita con letras temblorosas pero llenas de cariño. La coloqué cuidadosamente sobre la mesa, junto a los restos de mi desayuno, me vestí rápidamente y me retiré de nuestro nidito de amor.