Helaena nació a finales del tercer mes del año entre gritos y lágrimas, una niña sana de cabello platinado a la cual su madre tampoco pudo amar del todo. El Rey la visitó unas horas después de su nacimiento, la cargó en sus brazos y felicitó a Alicent por su esfuerzo, no fue hasta una semana después de su llegada que Rhaenyra por fin se presentó en la habitación de la Segunda Esposa para dar sus felicitaciones y conocer a su hermana.
La pelirroja sintió deseos de llorar por la dicha de ver la dulce sonrisa de su amada nuevamente surcar su bello rostro, no era dirigida a ella por supuesto, la muchacha solo veía a la pequeña bebé en sus brazos que estiraba sus manitas para intentar tomar las largas hebras blanquecinas de la mayor. Era una imagen hermosa, Alicent no pudo evitar fantasear nuevamente con un mundo en el que no se dejara manipular por su padre, ahí se casaría con Rhaenyra y tendría a sus hijos, todos con cabellos plateados y tan hermosos como la heredera, por desgracia sus fantasías se rompieron al escucharla decir que debía irse para después besar la mejilla regordeta de la bebé y colocarla en sus brazos antes de salir.
En la reunión del consejo la Princesa escuchó a varios sugerir que era momento de que buscara un matrimonio o todos cuantos deseara, de cualquier manera era necesario puesto que ya había cumplido los dieciocho años, era una adulta y necesitaba a sus propios herederos así como afianzar alguna buena alianza con una casa poderosa.
No podía negarse, era mayor de edad y una de sus obligaciones como la siguiente al trono era tener sus propios descendientes, Viserys la abrazó diciendo que lo haría un abuelo orgulloso, prometiéndole dejarla escoger a cualquier Lord o dama de su gusto así como de darles un rango en su harén si deseaba formar uno.
Los días siguientes esperó a que los preparativos para su viaje a Dragonstone fueran completados, pues ahí recibiría las propuestas de todos los candidatos, ella disfrutaba su tiempo libre leyendo para su pequeño hermano menor, acomodados sobre un montón de almohadas en una esquina de la biblioteca o paseado con su pequeña hermana en brazos.
Quizá no pueda perdonar aún a Alicent por traicionarla pero esos niños no eran culpables, solo dos dulces bebés deseosos de atención que saltaban a sus brazos apenas la veían y ella no podía resistirse a mimarlos, menos cuando notó que ninguno de los cachorros estaba perfimado con la esencia de sus padres, había solo vestigios del aroma de Viserys y su esposa pero no lo suficiente para impregnarlos para su consuelo y seguridad, ningún niño merecía eso así que ella se dedicó a vertir su aroma sobre los pequeños cuerpos, deleitándose con lo cómodos que se veían.
Cuando llegó la hora de zarpar su padre la despidió con besos y abrazos, Daemon sacudió su cabello y depositó un delicado beso en su mejilla. Rhaenyra se despidió educadamente de Alicent sin tocarla siquiera y antes de partir dejó besos dulces en los rostros llorosos de los niños que extendían sus brazos para ella.
Sentada en el trono de roca cubierto con pieles para su comodidad, la Princesa escuchó a nobles hombres y mujeres, Betas, Alfas y Omegas por igual que presentaban palabras elocuentes y regalos costosos en busca de su favor, no tenía mucho interés en ninguno pero acató la cortesía con todos y agradeció sus visitas declinando las ofertas. Pero hubo algunos que si llamaron su atención, Laenor Velaryon y su hermana menor Laena también llegaron cómo candidatos y ante esto la rubia los invitó a un paseo privado por las costas de Dragonstone, causando una punzada de dolor a su fiel caballero que había estado más que prendado a ella desde que lo reconoció y a su talento a pesar de su baja cuna.
Rhaenyra caminó con un brazo entrelazado con cada hermano Velaryon, conversando alegremente con ambos. Eran familia y se habían logrado unir bastante gracias a la pelea de los Peldaños, en especial ella y Laenor. La heredera era consciente de que la propuesta del muchacho no era más que la voz de su padre hablando pues hacía un tiempo él le confesó sus gustos e intereses, ella no juzgaba y en varias ocasiones cubrió sus escapadas con su escudero Joffrey, un Beta.
Laena era una historia aparte, una hermosa y vivaz Omega que siempre la trataba con familiaridad, había coquetería en sus movimientos y palabras, Rhaenyra no era nada reacia a aceptarlas y devolver cada una.
Sabía que si aceptaba a Laena como su esposa todo iría bien, al menos para ella, pero Laenor al ser el primer hijo y heredero de Lord Corlys se vería obligado a desposar a alguien más, una mujer que no lo entendería ni aceptaría, es por eso que ambos vinieron en busca de matrimonio, si Laenor se casaba con ella como primer esposo podría disfrutar de los privilegios que la corona tendría para ofrecer, conservaría su puesto de heredero de Driftmark con más fuerza, solo tenía que darle un heredero a su casa e incluso tendría derecho de tomar concubinas del género que escogiera al ser rey consorte varón.
Rhaenyra adoraba a Laenor, era su amigo más preciado ahora que Alicent la había abandonado, estaba segura de que tomarlo como primer esposo era la opción más viable y luego ella podría tomar más consortes, incluyendo a una muy interesada Laena.
El compromiso de la Princesa Rhaenyra Targaryen con Laenor Velaryon y su hermana Laena Velaryon no se hizo esperar, apenas llegaron a Kings Landing la corte los recibió con un gran banquete, las felicitaciones no tardaron aunque las propuestas tampoco cesaron, después de todo la Princesa podía tener a siete consortes en total si lo deseara. Alicent no pudo hacer más que tragarse su dolor mientras veía a la alegre Alfa pasearse del brazo de sus prometidos.
Esa noche, cuando todos se habían retirado y la princesa se disponía a descansar Criston Cole pidió unas palabras a solas con ella, resguardados en la seguridad de las habitaciones reales de la muchacha el caballero se hincó rogando por una oportunidad para unirse a su harén, él sabía que alguien de baja cuna y además jurado a la guardia no era digno de tal honor pero aún así le expresó sus ardiertes sentimientos deseando ser correspondido. Esa noche Rhaenyra besó por primera vez a alguien, ella sentía algo por el castaño así que lo aceptó ofreciéndole un matrimonio en el cual tomaría un lugar como Concubino, un puesto mucho más alto de lo que alguien sin títulos podría recibir.
Compartieron besos ardientes esa noche y a la mañana siguiente en el consejo ella expuso sus deseos, a pesar de las protestas de algunos la moción fue aceptada, Criston Cole sería tomado como Concubino de Segundo Rango y se le permitiría mantener su puesto como guardia jurado a la Princesa.
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X&Y
FanfictionLa princesa Rhaenyra Targaryen toma a varios esposos, tiene muchos hijos y asume su papel como heredera del reino rodeada de personas que la aman. Primera parte de una historia con dos fases, la primera centrada en la generación de los padres, la se...