Los preparativos para el primer matrimonio comenzaron, los Velaryon regresaron temporalmente a Driftmark para arreglar lo necesario para Laenor y fue entonces que el Príncipe Canalla decidió actuar, al principio había tenido planeado presentarse con su propia propuesta en Dragonstone pero su sobrina regresó incluso antes de que terminara con sus labores como jefe de los Capas Doradas.
Comenzó a colmar a su amada sobrina con detalles y atenciones, robándola del resto de personas, incluído su otro prometido y guardián. La llevó al pueblo llano a conocer cosas nuevas, las bullucisas calles de Kings Landing eran todo un mundo a explorar para la muchacha y cuando las atenciones comenzaron a tornarse más peligrosas dejó ver sus intenciones acorralándola en un callejón, se besaron sin recato, tocando cada centímetro de piel disponible con la ropa puesta, ahí le susurró sus deseos de convertirse en suyo, el orgulloso Alfa rogó por sus afectos sin importar que no se convertiría en Rey consorte y ella aceptó.
Después de unos cuantos besos y caricias más regresaron a la Fortaleza envueltos por la noche, claro que simpre hay ojos en los rincones y los rumores no tardaron en esparcirse. Otto Hightower le dijo al rey lo sucedido y proto el conflicto estalló, Daemon fue llamado, sometido y golpeado por su hermano quien demandaba saber sus razones. La Mano había susurrado que todo eso era parte del plan del Príncipe Canalla para hacerse del trono de la princesa, que la había deshonrado y a su compromiso con Laenor Velaryon.
Ahí, bajo el pesado agarre del rey Daemon suplicó que lo casaran con ella, él sería su segundo esposo y no buscaría el trono, recordándole como le había prometido lo que deseara al dejar su corona hace un tiempo, no había nada que quisiera más que Rhaenyra.
Viserys aceptó con la condición de que tendría que esperar al nacimiento del primer hijo de Rhaenyra, que tomaría el lugar como heredero del trono de hierro. Daemon estuvo de acuerdo y después de que su compromiso fuera anunciado partió a Dragonstone, dónde debería cumplir su castigo alejado de su amada, al menos por un tiempo.
Se le permitió regresar de visita por la boda de su prometida, Rhaenyra lució deslumbrante en su vestido blanco bordado en hilos de oro, con pequeñas gemas rojas Targaryen en el tocado de su cabello, era la verdadera encarnación de una diosa Valyria. Laenor y ella fueron unidos bajo la luz de los Siete en el Septo y en la fiesta bailaron juntos el primer baile, girando y riendo alegremente. Cuando terminaron fue el turno de Daemon según el rango de su compromiso, la llevó al centro de la pista disfrutando de una balada lenta, al final besó su mejilla y se la entregó a Laena, quién tomaría el puesto de Concubina Oficial, el tercer rango según el nivel de estatus en el matrimonio de los herederos y reyes, al terminar fue el turno de Criston.
Mientras ella y el castaño bailaban un gran alboroto comenzó a formarse, unos bandidos irrumpieron el salón abalanzándose contra el Esposo Principal con espadas y dagas, fue ahí que Joffrey, el amante del moreno recibió una puñalada en su lugar mientras todos los caballeros y guardias se movían para proteger a la familia real, Daemon y Criston incluidos.
Entre el tumulto de gente Rhaenyra terminó sola y expuesta, fue entonces que el jefe de la Guardia Real intervino a puño limpio contra algunos atacantes para defender a la Princesa y luego cargarla sobre su hombro, alejándola del peligro mientras esta se quejaba por la vergonzosa demostración.
Cuando todo fue puesto bajo control y algunos de los malechores que quedaron con vida fueron llevados para interrogarlos y la gente comenzó a dispersarse, la celebración no terminó de buena manera y Rhaenyra consoló por horas a Laenor, quien lloraba amargamente en su hombro por la perdida de su amado. Cuando estuvo lo suficientemente calmado se retiró de la habitación por un pasadizo oculto que llevaba a la alcoba de al lado, una que habían preparado para no tener que dormir juntos sin levantar sospechas.
Cuando Laenor salió Criston Cole entró, le pidió disculpas a la rubia por haberse apartado de ella en el peligro. Esa noche compartieron el lecho por primera vez y se entregaron al deseo profesando su afecto, a la mañana siguiente él salió sigilosamente y todo continuó su rumbo. Dos meses después Laena Velaryon cruzó el umbrar junto a Rhaenyra, compartieron un meloso beso frente a todos en el Septo haciendo que Alicent sacara sangre de su lecho ungueal, después de todo ella deseaba lo que la Omega morena había conseguido.
Laena desfilaba de blanco en telas vaporosas cubierta con la capa negra y roja que Rhaenyra había puesto en sus hombros mientras la Alfa lucía un hermoso vestido negro con detalles rojos, Laena pasó la mayor parte de la celebración apegada al brazo de su esposa, para disgusto total de Alicent.
En esa ocasión la celebración fue todo un éxito sin otro turbio accidente, al terminar todo la pareja se retiró al cuarto de la Alfa y apenas se cerró la puerta la menor se lanzó a estampar sus labios contra los de Rhaenyra, las manos de ambas comenzaron a deshacer sus vestuarios, dejando los costosos vestidos regados por el suelo. La Alfa recorrió cada parte de la tersa piel oscura de su amante, la complació de todas las maneras que conocía, derritendo a la Omega en un charco de placer.
Pocos días después nació el tercer hijo del Rey Viserys y Alicent, Aemond llegó una mañana de primavera con los mismos rasgos de sus hermanos, Rhaenyra esa misma tarde llegó para conocerlo y cargarlo con alegría.
Para ese entonces ya se había confirmado el primer embarazo de Rhaenyra, Laena aún no deseaba un hijo pues tenía pocos años de haberse enlazado con Vaghar y no quería dejar de montar a la dragona, al menos no hasta que su lazo fuera lo suficientemente fuerte y la Heredera no tenía problemas con seguir los deseos de la Omega.
De nuevo dos meses después la tercera boda se celebró, Criston se unió oficialmente a Rhaenyra en otra alegre celebración y seis meses después nació el primogénito de Rhaenyra, Jacaerys Velaryon tomó el apellido del primer esposo como dictaba la tradición. El pequeño bebé de cabello oscuro y ojos morados fue la adoración de todos, sus padres lo mimaban irremediablemente al igual que su abuelo, los pequeños Aegon de cuatro años y Helaena de dos estaban encantados con el bebé por lo que pasaban horas en las habitaciones de su hermana mayor jugando con el pequeño o siendo mimados por Rhaenyra, quién estaba más que contenta con darles afecto y perfumarlos cómo lo hacía con su propio hijo, algo que jamás recibían de Alicent.
Viserys gustaba de pasar horas escuchando las peticiones del pueblo sentado en el trono con su pequeño nieto sobre su regazo, Jacaerys era muy bien portado y no lloraba mucho por lo que era muy raro que interrumpiera la labor de su abuelo peor vaya que despertaba la curiosidad de las personas que veían al viejo Alfa arrullar al niño.
Corlys y Rhaenys también se mostraban dichosos con el niño, lo colmaban de regalos y atenciones cada vez que iban de visita, sabían que el niño no tenía sangre Velaryon pero al estar casada Rhaenyra con Laenor cualquier hijo nacido de ella sería políticamente su nieto, además, Jacaerys y el futuro heredero que le dieran a Driftmark serían los únicos nietos oficiales con el apellido Velaryon que ellos tendrían, después de todo cualquier bebé nacido de Laena pasaría a ser Targaryen y el resto obtendrían el apellido de su progenitor, después de todo sabían que Laenor no haría mucho además de darle un solo heredero.
ESTÁS LEYENDO
X&Y
FanfictionLa princesa Rhaenyra Targaryen toma a varios esposos, tiene muchos hijos y asume su papel como heredera del reino rodeada de personas que la aman. Primera parte de una historia con dos fases, la primera centrada en la generación de los padres, la se...