13 - Pesadilla.

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[ - Mei - ]

¿Qué pensarías si un adulto te dice
que tuvo una pesadilla? ¿Te reías o pensarías que es un niño?

Muchos creen que las pesadillas sólo aparecen en una etapa en específico de nuestra vida y esa es la niñez. Una vez que creces esas pesadillas desaparecen o por decirlo de otra forma, te vuelves más fuerte con los años y esos sueños pasan a segundo plano.

Pero, ¿y si te digo que la realidad es otra? ¿Y si te digo que la edad no tiene nada que ver?

Siempre desee ser mayor de edad, no sólo para poder salir sin tener que pedir permiso, sino también para poder ser independizarme y ser fuerte en todos los sentidos de la palabra y uno de esos 'sentidos' era que las pesadillas se acaben. Creía firmemente que una vez que crecías, acababan y no volvían nunca más, ya que de pequeña siempre fui muy miedosa, desde aterrarme al ver una araña, hasta una película de terror donde un muñeco puede matarte. Aterrada sacaba todos los juguetes, en específico las muñecas de la habitación por si se movían en mitad de la noche o suceda algo paranormal, cuando en realidad era yo creandome falsas escenas en mi cabeza.

Antes tenía a alguien quién dormía conmigo y me rodeaba con sus brazos como si me protegiera de cualquier mal o peligro que haya fuera de la cama, así podía dormir cómodamente sin tener que despertarme en mitad de la noche sudada y con miedo de que al cerrar los ojos vuelva a tener la misma pesadilla hasta el cansancio, pero ahora que crecí, creía inconscientemente que ya era más fuerte que de pequeña, pero la vida te pone pruebas cada día demostrándote lo contrario. Como si te tirará algo en el rostro y te dijera "Eres débil" una y otra vez hasta que tú mismo te lo terminas creyendo, preguntándote día y noche que hacer para volverte más fuerte y dejar que todos esos miedos se vayan de una vez por todas pero no, aquí estoy, otra vez en mitad de la noche despierta, sentada en la cama mirando un punto fijo pensando en ¿Cuándo acabará todo esto? ¿Cuándo podré dormir bien aunque sea una noche?

Estás preguntas me molestan demasiado hasta el punto en el que no me dejan dormir, como si la mente no pudiera dejar de trabajar ni un solo minuto. Es frustrante pero sé que la culpa de todo la tengo yo, porque yo hago que estos pensamientos sigan y sigan sin parar como una locomotora.

Otra pesadilla más tenía y otra noche donde volvería a desvelarme. Era algo tan normal en mi que simplemente comenzó a ser mi día a día.

Lo sé.

Se que está mal y no es bueno para la salud pero ¿Qué más puedo hacer? Intenté de todo, incluso hablarlo con algún profesional quienes me dieron unas pastillas para dormir pero no las quiero tomar. No quiero volverme adicta a unas pastillas que quizás ni me hagan efecto y quiera tomarme 20 pastillas de una. Todo me parecía tan inútil que me termine resignando.

Aun si estoy con una sonrisa vivo día y noche cansada. Se que trabajo mucho pero es lo único que me ayuda a seguir adelante y no recaer una vez mas como sucedió en el pasado. No quiero volver a ser esa Mei de antes, quiero ser alguien en la vida y que me valoren y respeten por eso, no por ser una niña débil que sufre pesadillas. Suena muy rudo pero es la única forma que tengo yo misma para levantarte y seguir sino ¿Quién lo hará por mi?

Si. Tengo amigos que siempre me intentan ayudar pero se que hasta ellos se cansan de tener que aguantar todo una y otra vez. Los entiendo, por eso mismo deje de contarles lo que me sucedía hace años. 

Con respecto a los chicos, aun si ellos duermen conmigo no cambia en nada, sigo despertándome a la misma hora, obviamente salgo en silencio para que no me escuchen pero no son idiotas y saben que me pasa algo y me preguntan pero el manga esta en el final y la verdad es que se acerca su día de partida y cuando vuelvan a su mundo, no me recordaran por lo que simplemente prefiero seguir como si nada y tampoco encariñarme mucho con ellos. 

Sin duda es algo frustrante pero ¿Qué mas puedo hacer? 

...

[ - Escritora - ]

-¡¿Quién les dio permiso de tomar esa decisión?! - grito un hombre de cabello castaño.

-Señor, por favor tranquilícese. - Hablo una enfermera intentando calmarlo. 

-¿Qué me calme? ¡¿QUÉ ME CALME?! ¿ACASO SABES LO QUE ACABA DE OCURRIR? ¡PUEDO HACER QUE LOS DESPIDAN POR ESTO!

Varias personas que habían alrededor veían al hombre con lastima por lo que acababa de suceder, entendían por completo el gran error que esa doctora tomo sin el consentimiento de los familiares.

-¿Qué sucedió? - Preguntaste llegando algo agitada. 

-Mei... - el tono de voz del hombre disminuyo considerablemente mirándote con tristeza. - Narumi... ella... - Las lagrimas salían de sus ojos sin poder aguantarlas mas.

No entendías lo que estaba sucediendo, lo único que sabias era que te llamaron del hospital para que vayas lo mas rápido posible. Una enfermera al reconocerte, te llamo y te informo lo que había sucedido y no podías creerlo, simplemente no podías. Hace tan solo unas horas la habías visto bien y con una sonrisa y ahora ya no estaba. 

-¿Tía Mei? - se escucho la voz de una pequeña. - ¿Qué sucede? ¿Dónde esta mamá? ¿Por qué papá esta llorando...?

-Lo siento, Mei. No pude retenerla. - Hablo una señora.

Se notaba por el tono de voz que la menor que estaba comenzando a asustarse al verlos a todos llorando y gritando. 

-Esta bien... - dijiste con todo el dolor del mundo. Querías llorar, querías gritar pero no podías aunque quieras, debías ser el sostén en este momento de dolor y sufrimiento, no solo por tu cuñado, sino por la menor y amigos de tu ahora, difunta hermana.

...


-¡AHH! - gritaste sentándote en la cama rápidamente. Lagrimas salían de tus ojos, tu respiración era muy agitada y tu cuerpo estaba algo transpirado debido debido a la pesadilla que tuviste.

Mirabas a tu alrededor viendo que solo fue una pesadilla y que estabas en tu casa, acostada en tu cama pero aun si sabias que estabas en un lugar seguro seguías agitada y asustada pero mas que nada con un nudo enorme en el pecho. 

-A-aire... Ne-necesito aire... - te decías a ti misma. Te levantaste de la cama y fuiste por el mueble a ponerte una calza negra al igual que el buzo, unas zapatillas y saliste de la habitación bajando las escaleras caminando directo al garaje donde tomaste las llaves de la moto, abriste el portón electrónico y te fuiste lo mas rápido que podías de ahí a dar una vuelta y despejarte.

La noche estaba tranquila no había ni un alma vagando por las calles. Podía escucharse el motor de la moto a varias cuadras a la redonda pero por primera vez te daba igual, solo querías sentir esa adrenalina que tanto te gustaba y hace tiempo no podías sentir. El viento en tu cuerpo era algo que te encantaba combinado con la velocidad.

Estuviste una hora dando vuelvas sin dirección alguna hasta que llegaste a un puerto donde se podía apreciar una hermosa vista del mar y la luna reflejada en ella. Apagaste el motor cerrando los ojos dejándote llevar por el ruido de las olas.

-Linda noche, ¿Verdad? 

-¿Shinichiro?

Creadora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora