5 - Manjiro Manila.

338 47 4
                                    

Desde que Mikey durmió contigo pensaste que nunca más lo volvería a hacer pero con el tiempo lo siguió haciendo. Al principio le daba mucha pena o vergüenza ir hasta tu habitación y pedirte de dormir juntos pero luego de dormir unas tres veces la vergüenza se le pasó y se abrió mucho contigo hasta el punto de que a veces aparecía en mitad de la noche durmiendo en tu cama.

No te molestaba pero habían dos personas a las que si les molestaba, Baji y Shinichiro.

Shinichiro un día al ir a despertarte ya que tú se lo habías pedido por si te quedabas dormida e ignorabas todas las alarmas, le pediste que te vaya a despertar a cierta hora en específico la cual acepto sin ningún problema.

Al entrar a la habitación se encontró con la sorpresa de que su hermano estaba durmiendo contigo y eso lo puso ligeramente celoso y molesto a la vez.

A ti te daba igual pero para él era como si se estuviera acostando con la mujer con la que querría concretar algo, mientras que por otra parte, Baji al escuchar los gritos se acercó y a ver que sucedía viendo como Mikey dormía contigo y se molesto.

Él te sentía como una amiga o hermana menor a la cual tenía que cuidar y Mikey era el amigo que quería robársela por lo que esos dos estuvieron unos días peleándose para ver quién dormía contigo y un día en medio de la discusión se quedaron durmiendo contigo.

Volviendo con Shinichiro le dijiste si quería dormir un día contigo pero de los nervios que tenía simplemente no pudo y se fue corriendo. ¿Volvió? Por supuesto. No iba a dejar pasar ese momento pero tú siempre le aclaraste que no era como pareja ni nada por el estilo, era una forma de que el también pueda tener esa oportunidad que en silencio pedía.

Esa noche Mikey y Baji se quedaron en el sofá de la habitación mirando cada movimiento que Shinichiro hacia como si te estuvieran cuidándote mientras tú te reías y Shinichiro temblaba de los nervios.

Pero luego de eso no sucedió nada más. Seguías con tu trabajo y cuidando de esos tres en una casa enorme.

Habías preparado unos bocetos y diálogos que querías que sucedan si o si en los próximos capítulos pero cuando hiciste la escena donde Mikey muere, simplemente no podías.

No podías hacerlo. Te dolía en el alma tener que matar a uno de tus personajes favoritos y de esa forma tan dolorosa pero debías hacerlo. Después de todo era tu trabajo.

Estuviste prácticamente todo el día intentando dibujar ese capítulo sin que las lagrimas salgan pero era inevitable.

Tock Tock.

Se escuchó como golpeaban a la puerta. Tu simplemente emitiste un murmullo escuchando a Mikey del otro lado.

Dios, la vida es muy cruel. Estás mal y viene el a buscarte.

—Mei, ¿Puedo pasar? – escuchó como murmuraste en forma de respuesta y sin más entro. – Te traje algo para que tomes... ¿Qué tienes? – pregunto preocupado acercándose rápidamente a ti dejando el café en un costado tomando tu mejilla.

No respondiste solo elevaste tus manos hacia arriba y el entendió lo que querías. Giro un poco la silla y te tomó en brazos para sentarse en la silla contigo arriba. La forma en que lo abrazabas le daba a entender que algo había sucedido por lo que te pregunto pero simplemente lo abrazabas en silencio hasta que decidió ver que estabas dibujando y se dio cuenta. 

-Tonta.. - te abrazo con fuerza acariciando tu espalda. 

En eso escuchaste un ruido como de algo caer, levantaste un poco la mirada y ahí lo viste. Al Manjiro de Manila como muchos le decían. Sabias que no te conocía y que eras una completa extraña para el pero te daba igual en el momento que simplemente te levantaste de arriba de mikey y corriste hacia el abrazándolo con fuerza.

Ese Mikey (pelinegro) estaba estático ante tu repentino abrazo y mas al ver una versión suya enfrente suyo, pero no era el único sorprendido, el otro mikey (rubio) también lo estaba. Ambos se miraban fijamente como si en cualquier momento uno de los dos haga algún tipo de movimiento brusco y comiencen a pelearse entre ellos como locos pero solo se miraban.

Hasta que el Mikey (Manila) parpadeo mirando de reojo como aun seguías abrazándolo. No sabia porque pero por alguna razón sentía calidez en el abrazo pero se preocupo un poco al ver como una lagrima recorriendo su rostro.

No sabía porque pero lentamente levantó una mano suya poniendo en tu espalda mientras palmeaba está intentando calmarte, todo mientras era observando por el otro Mikey en todo momento.

Unos segundos después te alejaste de él algo avergonzada por haberlo abrazado sin su consentimiento y sin que sepa quién eres.

—Gomen... – te disculpaste secándote las lágrimas.

—Esta bien... – aún seguía algo sorprendido y perdido. – ¿Quién eres?

Sonreíste y te presentaste diciéndole tu nombre ayudándolo a levantarse del suelo.

—¿Creadora? – murmuro sin entender.

El otro Mikey fue quien te ayudo a explicarle para que entienda. Le pareció aún todos muy extraño y nuevo, aún si vio los dibujos. Era normal, nadie muere y al despertar le dicen que son un dibujito.

Te quedaste con Mikey (rubio) abrazada ya que aún seguías algo sensible al haber dibujado aquello y ese Mikey te iba consolando mientras le respondías las dudas al Mikey de Manila.

—¿Hay alguien más aparte de nosotros dos? – esa pregunta te hizo recordar a Baji y Shinichiro.

Suspiraste profundamente mirando a Manjiro en busca de ayuda.

—Estará bien. – respondió acariciando tu mejilla con una leve sonrisa.

Asentiste para luego darle un beso en la mejilla bajándote de arriba suyo acercándote al otro quién estaba sentando en el sillón y le extendiste tu mano.

—Ven. – sonreíste.

—¿A dónde vamos? – pregunto tomando tu mano.

—A ver a alguien~ – dijiste caminando con esos dos a la salida de la habitación donde escuchabas ya gritos en la cocina. Mikey y tu suspiraron al saber el porqué de esos gritos, esos dos estaban cocinando o intentando.

Una vez que llegaron sentiste como Mikey se detuvo y te giraste a verlo viendo como lágrimas recorrían sus ojos al ver a esos dos quienes creía muertos pero ahora los tenía a escasos centímetros.

Podía ver como Baji y Shinichiro estaban a los gritos intentando apagar un pequeño fuego que había en un repasador mientras se iban gritando echándole la culpa al otro. 

El otro mikey fue hacia esos dos a ayudarlos a apagar el pequeño incendio, mientras tu te dedicabas a calmar al otro mikey quien estaba en completo silencio dejando escapar gruesas lagrimas de sus ojos. 

Suavemente acariciaste su mano haciendo que este se gire a verte aun con sorpresa.

No eran necesarias las palabras para saber que podría llegar a estar pensando, pero aun así eso no dejaba de lado que aun te siga preocupando su estado mental y físico. No sabias si era el mejor momento para que los vea cuando hace una hora atrás había muerto o eso creía. Debería estar tan confundido que simplemente no sabría que hacer o decir.

-¿Mikey? - te giraste viendo a Shinichiro acercándose de apoco hacia donde estaban. Al estar en ese mundo ya era normal para el por lo que no le sorprendió ver a otro mikey ya que le dijiste que podría llegar a suceder y sucedió. 

Se acerco con una leve sonrisa a su hermano, querías alejarte para que tengan un momento pero mikey apretó el agarre que tenia con tu mano dándote al entender que no querría quedarse solo. 

-¿E-estoy soñando...? - te pregunto viendo como negabas. Volvió su vista a la de su hermano viendo como este tomo su otra mano libre apretándola. 

-Soy real, Mikey. - sonrió - No estas soñando.

Mikey se soltó de tu agarre y corrió a su hermano abrazándolo con fuerza como si tuviera miedo de despertar y no verlo mas. Sonreías ante lo que viste pero aun te sentías medio incomoda. Para ti no debían verse tan rápido, no después de todo lo que paso Mikey.

Sería demasiado para el ver a dos personas que habían muerto enfrente suyo y a eso agregarle que se vio literalmente a si mismo pero con diferente color de cabello.

Creadora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora