Querido Wile...

CAPÍTULO 5

SLANDER & Kayzo - Without You (ft. Dylan Matthew)
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No imaginé lo que me esperaba, mis ojos no creían lo que veía, mi mente aún procesaba lo sucedido, mi cuerpo no poseía reacción alguna, solo... estaba allí y...

... eras tú...

Allí estabas, después de mucho tiempo, finalmente te encontré, quería llorar, quería festejar, sentía una gran cantidad de emociones en ese instante, no saber de ti me causaba esto, pero... algo no estaba bien.

Tu estado no era para nada bien, estabas más flaco, más pálido y sucio, supe que debía ayudarte de inmediato, como pude, trate de levantarte, llevándote apoyado en mi, noté como abrías los ojos con dificultad y me veías, luego hiciste algo que nunca en mi vida escuché, el sonido de tu voz...

- Eres tú... -

Claramente no supe como responder, en todos estos años nunca te escuché hablar, me acostumbré a que te comunicaras por medio de los carteles.

Tras decirme aquello, casi te desplomas, por suerte te sujete con fuerza, estabas muy débil y sabía que debía hacer algo rápido, por lo que me dirigí a la salida con rumbo a un sitio, rogando para que resistieras un poco más...

Estaba cansado, pero finalmente llegamos a nuestro destino, te deje en el suelo y me encargué que ingirieras líquidos, te había traído a mi hogar.

Intentaba de alguna forma hacer que bebieras el agua, pero era imposible, no te movías y eso hacía que me temiera lo peor, suplicaba que aún estuvieras conmigo, estaba desesperado que asi fuera. Sostenía el agua entre mis alas y rogaba que aún siguieras aquí, no pude evitar sentir como mi garganta se formaba un nudo mientras repetía la misma oración una y otra vez.

- Por favor Wile... -

Sentía que mis lágrimas caerían, me negaba a creer que ya no estuvieras conmigo, pero pasó algo que me llenó de alegría de nuevo, comenzaste a beber el agua que te ofrecía, rápidamente iba por más y te lo daba, mi prioridad era salvarte.

Al saber que ya estabas mejor, haría lo posible por buscar comida, salí de mi cueva y fui en busca de algo. Pase el día con ello, pero lastimosamente no hallé nada, me sentía frustado por ello.

Caída la noche, procure brindarte más agua, no me importaba si esta se acababa, lo importante es que te recuperaras y que estuvieras bien. Te mantuve asi durante dos días, realmente me esforzaba por hacer que mejoraras.

La mañana del día siguiente fue distinta, recién despertaba y mi primera impresión fue que no te encontrabas, me pareció extraño eso, quizás después de todo, te sentías con mejor salud que decidiste regresar a tu hogar.

Creyendo eso, me dispuse a salir, estaba decidido a buscar algo de comida primero, realmente tenía mucha hambre.

No sabía cuando tiempo pasó, por lo que tras una búsqueda fallida, regresaba a mi hogar, mientras lo hacía, pensaba el tiempo en que me dedique a cuidarte, fue una experiencia muy bella después de todo, aunque rara al mismo tiempo.

Habiendo llegado ya, me encontré con una sorpresa, estabas allí, sentado a un costado, por lo que al verme, inmediatamente te levantaste y te dirigiste a mí, al verte a los ojos, vi reflejada esa mirada penetrante que poseías antes, retrocedí lentamente hasta toparme contra la pared, no podía correr aunque lo quisiera, estaba cansado para hacerlo, después de todo, siempre pensé que esto sucedería, finalmente cumplirías con tu anhelo.

Cerré mis ojos y esperé a que dieras el primer movimiento; sin embargo, lo que vino fue algo que no esperé...

... me abrazaste...

Me quedé sin reacción alguna, no me esperé que hicieras algo asi, siempre dedicaste tu vida a solo atraparme, pero esto era totalmente diferente, jamás recibí algún tipo de afecto de parte tuya.

Al separarte, me dedicaste unas palabras...

- Gracias... por ayudarme... -

Lo único que escuché, tu expresión cambio a una más calmada y pacifista, yo por mi parte, solo asentí ante tu declaración.

Era extraño que ambos estuvieramos frente a frente sin hacernos algún tipo de mal, en especial tú, el ambiente se podía sentir más ligero y libre de tensión.

Seguido de ello, me indicaste que te acompañara afuera, yo con algo de cautela te seguí, no tenía idea de a donde me llevabas, pero confiaba en ti.

Caminamos una larga instancia hasta que llegamos al punto que tú mencionabas, mi sorpresa fue encontrar una cantidad de cactus que poseían en su superficie aquel fruto que a mi me agradaba comer, por lo que no desaproveché la oportunidad.

Decidí ofrecerte un poco, tu reacción fue clara, me cedías todo a mi, estabas seguro de tu decisión, después de todo, me indicabas que con ello, era una forma de devolverme la ayuda que te brinde.

Desde ese día, las cosas cambiaron entre tú y yo, sería difícil acostumbrarnos a este nuevo estilo de vida, pero supimos manejarlo...

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8 de Enero, 2023