“Por una vez en tu vida, podrías ponerte en mi lugar para saber cuánto daño me has hecho.”
Ya estaban todos listos para iniciar el evento. Juan sentía su cuerpo lleno de adrenalina, había decidido ir solo y así tratar de ganarlo. Aun así tenía a su cuñado y mejor amigo apoyándolo y dándole ánimos, se sentía bien, pero, también sentía la mirada de Spreen en cada paso que daba, eso lo ponía mal, Juan no sé atrevía a voltear, no quería ver al dueño de sus sueños y pesadillas, temía volver a encontrarse con aquellos ojos llenos de desagrado con los que lo miraba años atrás.
— ¿Estás bien? Te veo tenso.
— Estoy bien, Zorman.
— No te ves bien.
— ¿Qué significa eso?
— Que no te ves bien — Zorman sabía que Spreen no le quitaba la vista de encima, pero, tampoco quería mencionarlo y hacer que Juan se sienta peor — ¿Te sientes nervioso?
— Algo, realmente no sé cómo me siento ahora.
— Tranquilo, seremos cómo un team, pero, de cada quien por su lado, te ayudaré en todo lo que pueda, Drako me dijo que tratemos de estar el mayor tiempo posible juntos para evitar cualquier desgracia.
A pesar de que su hermano y él no tenían una buena relación, siempre trataban de protegerse y mostrarse cariño sin tener que realmente hacerlo. Sus muestras de afecto casi siempre tenían que ver con Zorman, era como una especie de mensajero para ellos.
— Drako dice puras mamadas, no le hagas caso.
— Tiene razón, Juanito, necesitamos protegernos entre nosotros y así ganar, luego regresaremos a casa como unos campeones y al fin me casaré con tu hermano, formaremos una familia…
— Firmirimis ini fimilii — interrumpió el menor, no soportaba escuchar a su amigo, hablar sobre su perfecta relación — no digas mamadas Zorman, probablemente no duremos ni dos días ahí adentro, al menos mi idea es hacer una casa apartada de todas las demás, así como Shrek en su pantano, así no tendré gente que me moleste, además de sufrir con mis pesadillas en las noches, solo esperaré mi muerte pacientemente.
— No digas esas cosas, Juan — Juan sabía lo mucho que a Zorman le afectaba las “bromas” que hacía con querer morirse, pero, en ese punto de su vida, ya no le importaba nada, o al menos eso aparentaba — saldremos de esto juntos y tú serás mi dama de honor para mi casamiento, ¿Está bien?
— Está bien, Zorman el Anos
No era muy común que Juan haga algún tipo de chiste, pero, cuando lo hacía, Zorman realmente lo disfrutaba.
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Rubí miraba fijamente a Shadoune coquetear con su novio, apenas habían llegado y Quackity ya le estaba siendo infiel, no podía creerlo, ¿Qué tenía el francés? ¿A caso era ese acento poco entendible con el que hablaba?
— Ay, Shadoune, dime algo romántico.
— Quackity, Alex, ensemble devant la tour Eiffel on va faire plein de choses (Quackity, Alex, juntos frente a la torre Eiffel vamos a hacer muchas cosas)
— Ay, que la tienes más …
— ¡Quackity!
— Ya valió madres, nos escuchó mi vieja.
Era el team perfecto, a pesar de las bromas y lo que los demás puedan pensar de ellos, pero, Spreen no podía evitar pensar en aquel castaño y sus hermosos ojos color esmeralda. Quería ayudarlo, esta vez no quería dejarlo solo, tenía que hacer algo para protegerlo, si le pasará algo a Juan… Ni siquiera quiere suponerlo.
A pesar de que el otro muchacho no lo quería cerca, él planeaba estar ahí por si algo malo le pasara, ya había pedido su ubicación y la tenía puesta en el mapa, solo faltaba que llegará el momento perfecto para hacerle una visita, solo esperaba no ser echado.
