“ Me dijeron que separarnos me haría fuerte, pero nunca nadie mencionó que hacerme fuerte me destruía el doble.”
Su pecho no había dejado de doler desde el suceso del día anterior, sus ojos hinchados y cansados de tanto llorar.
Había perdido a la persona que lo acompañó desde que era un niño, la que lo apoyo a pesar de todos los errores que cometía, la que estuvo a su lado sosteniéndolo.
Había perdido a la que siempre consideró y considerará su hermana.Escuchó el sonido de la puerta siendo golpeada y luego abierta, sabía que era Juan, podía sentir su aroma.
— Spreen, ¿te sientes mejor? — le habló suave y se acercó, abrazándolo por detrás.
— No — fue un susurro lleno de dolor que logro clavarse en el pecho del omega.
— Hablé con los chicos y me dijeron que sería una buena idea hacerle una despedida — se sentó frente al alfa tomando sus manos — solo si tú quieres.
Spreen no respondió, se negaba a la idea de que su prima había fallecido.
»— ¿Amor? — buscó la mirada del alfa — ¿Quieres que te deje descansar?, puedo decirle a los chicos que no te molesten.
— No sé ni cómo murió, Juan — al fin levantó su mirada, encontrándose con los ojos de su omega — no quiero despedirme, no quiero…
El alfa empezó a llorar, como lo había hecho desde que el mensaje de que Rubí había muerto fue enviado. Juan no pudo hacer nada más que abrazarlo fuertemente, sintiendo como Spreen se aferraba a su cuerpo, como si no quisiera perderlo a él también.
»— No me dejes, Juan, por favor — habla entre hipidos y suspiros — No quiero estar solo.
— No voy a dejarte nunca, Spreen, estaré a tu lado siempre.
Y como si fuera posible, el alfa se aferró más a él.
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Estaban casi listos para empezar la despedida de Rubí, esperando a Spreen y a Juan, hace más de media hora que el omega había ido a buscar al alfa y aún no llegaban al lugar que habían acordado.— ¿Y si no viene? — estaba preocupado por la tardanza del alfa.
— Claro que vendrá, Missa, ella fue muy importante para Spreen — le respondió aun viendo al omega triste que estaba al frente de él.
Quackity estaba sentado en una esquina de la sala, no había hablado después de lo sucedido, se sentía culpable por la muerte de su amada, deseaba poder haber tenido el tiempo de arreglar las cosas y decirle cuanto la amaba. Quería volver a tener a su chica de vuelta, volver a abrazarla, al menos una última vez.
La puerta fue abierta y por esta entró Spreen de la mano de Juan, ambos con lágrimas en los ojos.
— ¿Spreen, cómo estás? — se acercó al alfa, tocando su hombro.
— ¿Podemos empezar? — su voz rota acuchilló al francés.
— Sí, amigo, podemos empezar.
Todos caminaron a la tumba, dónde había una gran cruz y en medio resaltaban el nombre de la osa que tanto quisieron.
No lo soporto más, Spreen se tumbó de rodillas, temblando por el llanto, Juan lo abrazo y poco a poco todo el team se fueron uniendo, tratando de absorber el dolor del alfa, les dolía verlo sufrir de esa manera.
Quackity seguía sentado, mirando a los demás, no se atrevía a ser parte de ese duelo, la culpa lo consumía y todas las preguntas de “¿qué hubiera pasado sí…?” lo atormentaban.
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Había llegado la noche en EXTREMO y la lluvia acompañaba al triste alfa que estaba sentado en el tejado de su hogar, mirando al cielo, buscando a la que ahora sería su estrella favorita.Sintió que había alguien a sus espaldas, sabía bien quien era, también sabia que tal vez aquella persona estaba sintiendo el mismo dolor que él.
— Tengo que decirte algo importante — toco el hombro del alfa, sentándose a un lado — es sobre la muerte de Rubí.
— No quiero hablar de eso ahora.
— Es importante, es sobre cómo murió — recibió la mirada del alfa, así que decidió continuar — fue un flechazo.
— Eso es imposible, ella llevaba un peto chetad…
— Eso es a lo que vengo y es que no me siento bien si no lo sabes — respiró hondo, dándose fuerzas — yo no llevaba un peto, ella me dio el suyo, algo le disparó de lejos y…
No pudo continuar, el nudo en su garganta no le permitió continuar.
— ¿Murió por salvarte?
— Yo no quería…
— Se murió por tu culpa — escupió con rabia, levantándose y mirando acusadoramente al omega — ¡se murió por ti!
— Yo no quise que eso pas…
— ¿QUÉ ESTABAS PENSANDO AL NO LLEVAR PROTECCIÓN? — sujeto al omega de la camisa, levantándolo.
Debido a los gritos, Shadoune y Juan habían decidido subir a ver lo que pasaba, encontrando a un molesto Spreen que sujetaba fuertemente el cuello de Quackity. Rápidamente, ambos se acercaron a separarlos.
— ¡Spreen, suéltalo! — trató de alejar las manos de su alfa del otro omega.
— ¡Rubí está muerta por su culpa, Juan!
— ¿Qué dices? Spreen, la muerte de Rubí no fue culpa de nadie.
— ¡Anda! ¡Decile! — gritó viendo enfadado al omega que estaba tirado en el piso, tratando de recuperar el aire — ¡Decile!
— ¡Spreen, basta ya! No fue culpa de Quackity.
El alfa solo se marchó, más que molesto, se sentía herido, sabía que no había sido culpa de Quackity, pero, no pudo evitar escupir la rabia que creció dentro de él al escuchar lo que el omega le dijo.
Quackity se levantó y corrió por la dirección donde se había ido el alfa. Juan y Shadoune solo se miraron, decidiendo seguirlo, manteniéndose a distancia, pero, siempre alerta.
— ¡Perdón! — gritó y el alfa detuvo sus pasos — Es mi culpa y no sabes cuánto me está doliendo, apenas pasó un día y siento que ya no puedo más.
Spreen se dio la vuelta, viéndolo. Alzo sus brazos y el omega corrió hacia él, abrazándolo.
— Perdóname tú a mí, no fue tu culpa, no fue culpa de nadie.
No querían soltarse, en ese abrazo sentían la presencia de Rubí en el cuerpo del otro y tal vez eso era lo que ambos necesitaban, para de alguna forma, ir cerrando la gran herida que tanto daño les hacía.
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El siguiente es el final y luego el epílogo.
Por cierto, no se asusten, Rubí será la única muerta, es la primera historia que escribo y no quiero que tenga un final tan triste, pero, igual alguien debía morir.
Gracias por tanto apoyo :D
Ganó Shadoune el maicra extremo :D