Serendipia | Pedri & Gavi

VI

Habían pasado ya algunas semanas desde aquel echo, ninguno de los dos le hablaba al otro ni siquiera podían verse porque se evitaban constantemente, nadie sabía el porqué a excepción de sus amigos cercanos como lo eran Ferran Y Ansu.

Este distanciamiento no fue pasado por alto por sus compañeros y mucho menos por la gente que claramente se daba cuenta de lo que pasaba, normalmente Pedri solía llegar a lo entrenamientos con el menor en su auto pero ya no era así, se habían acostumbrado tanto a esto que se les hacía extraño.

Se lo preguntaban a ambos constantemente pero respondían con un "todo marcha bien entre ambos" para finalizar aquella pregunta incómoda.

Por parte del canario las cosas no fueron tan complicadas como él pensó, de un momento a otro se daba cuenta que lo estaba olvidando poco a poco, evitaba constantemente de saber de su vida a través de las redes sociales, viendo algunas historias pero salteando las además y un día dejó de entrar al chat del castaño repetidas veces recordando aquellos pequeños buenos momentos que alguna vez tuvieron. Y un día se dio cuenta que no necesitaba más de él, no como antes, no estando detrás de él con la urgencia de poder tenerlo cerca a pesar de lo mal que lo tratase, al pasar de los días no lo busco mas por redes sociales para saber de su vida y se dio cuenta que ya no estaba pensando en el, que su recuerdo ya no estaba doliendo y al otro dolía menos hasta que llegó el momento donde ese recuerdo no dolió más. Ya no sentía ese vuelco en su corazón cada que lo veía, aquella sonrisa que en algún momento le generó mil cosas pero que ahora era una más del montón porque si, en eso se había convertido Gavi "uno más del montón".

Los momentos malos invadían la mente del pelinegro constantemente pero no, él no quería que fuese así, quería que solo se quedasen los buenos a pesar de todo, no pudo negar que con el castaño tuvo momentos buenos y que solo esos recerbaría por siempre en su corazón. ¿Quería volver a estar cerca de él? Definitivamente no, pero marcó mucho en su vida y no sería capaz de hablar mal en algún momento de la persona que tanto amó.

El castaño más que dolor le dio una lección, nunca volvería a cometer el mismo error, nunca volvería a amar con la intensidad que amo a Gavi, nunca mas.

Y es que al castaño tenías que amarlo con distancia y prudencia, no sabías en qué momento te dañaría y es que solo de esta forma podrías amar sanamente, porque algo en su forma de ser dolía. Aquella mirada que no transmitía nada, pero con el tiempo el pelinegro logró descifrar hasta los más mínimos gestos que el menor hacía, porque fue la única persona que pudo conocer tanto al castaño.

Pero era demasiado tarde, no solucionaría nada un simple perdón, sus sentimientos no los tenía claro, supone que con nadie los tuvo así, todo era tan confuso, no sabía realmente porque se sentía tan mal, ¿Por qué con él sin y con otros no? ¿Qué cosa de especial tenía Pedri?.

Los problemas en la cabeza del castaño eran un lío, su reciente ruptura, el distanciamiento de su mejor amigo, la noticia de la separación de sus padres todo lo abrumaba y demasiado, no tenía a esa persona que siempre estuvo para él cuando más lo necesitó él ya no estaba ahí para él y todo se tornaba más complicado.

Estuvo en el banquillo los recientes partidos, no podía concentrarse ni en lo que más le gustaba, estaba fracasando, lo estaba haciendo y estaba fallando a las personas que tanto confiaron en él.

Las últimas semanas las paso fatal y la falta de expresión de sus sentimientos que tenía hacía que la pase peor, no podía hablar con nadie, no con alguien que no sea Pedri, pero él ya no estaba y todo por su culpa.

Las risas en los vestidores lograron sacar de sus pensamientos al menor que volteó para ver de qué se trataba la risa de sus compañeros, todos miraban al canario a lo que supuso que habría dicho alguna que otra tontería causando que todos rieran ante eso.