Corazón y alma

Capítulo 80

Harry, alegre pero exhausto, salió de la habitación del hospital, reflexionando que nunca pensó que volvería a estar en esta situación. Las paredes de San Mungo estaban tan duras y desnudas como siempre, pero tenían un toque de hogar y felicidad para Harry, aunque había pasado algún tiempo desde la última vez que había estado aquí.

Fue recibido por Hermione, quien dio un paso hacia él y le acarició la mejilla con un beso afectuoso y una sonrisa, antes de volver su atención al bulto que sostenía en sus brazos.

"¿Puedo?" preguntó con una brillante sonrisa.

"Por supuesto, querida", respondió Harry, colocando al precioso niño en sus brazos.

"Así que este es el miembro más nuevo de nuestra familia", dijo, mientras arrullaba al niño que sostenía en sus brazos. "Simplemente hermoso."

Volvió su atención a él y con una sonrisa juguetona dijo: "Solo fue una pequeña sorpresa, ¿no?".

"Me lo estás diciendo", fue la sincera respuesta de Harry. "No esperaba otro , no después de lo que me dijo hace tantos años".

"Creo que todos están esperando ver a este pequeño. Pero me gustaría ver a mi hermana antes de irnos".

Asintiendo, Harry abrió la puerta de la habitación y entró detrás de su esposa. Fleur yacía allí con los ojos entrecerrados, como era de esperar. Después de todo, no había sido un parto fácil y ya no era tan joven como antes. Sin embargo, su belleza casi etérea no se había desvanecido ni un ápice, ya que parecía tan joven y atractiva como siempre. Y, por supuesto, para Harry, su impresionante belleza solo se veía realzada por el hecho de que tenía ese aspecto de madre primeriza, que acababa de dar a luz a su séptimo hijo.

En cuanto a Hermione, Harry casi podría jurar que la magia Veela de Fleur se le estaba contagiando. Harry siempre había tenido una opinión mucho mayor de la belleza de Hermione que la que ella misma tenía, pero ella no pudo discutir cuando él le dijo que, además de los cambios en su apariencia provocados por la madurez, había mantenido su aspecto juvenil incluso ahora, bien dentro de sí. treinta No era inusual ya que la magia parecía retardar significativamente el proceso de envejecimiento, pero en el caso de sus dos esposas, descubrió que era mucho más pronunciado que incluso con otras brujas.

"Hola Fleur," dijo Hermione, mirando con amor a su hermana.

Fleur abrió los ojos y les sonrió a ambos. "Hermione", saludó antes de cerrar los ojos una vez más, contenta y cansada a partes iguales, pensó Harry. Realmente había luchado mucho para traer a este niño al mundo, y su naturaleza Veela no había ayudado en nada. El proceso de parto había sido significativamente más fácil para Hermione que para Fleur: el trabajo de parto más largo de Hermione había sido de doce horas, el primero, y los partos posteriores habían sido mucho más rápidos. Por el contrario, Fleur siempre había tardado más, y la dificultad que tenía Veela para concebir parecía extenderse también al parto. O al menos lo había hecho en el caso de Fleur.

"Tu bebé es hermoso", dijo Hermione, sosteniendo su preciado paquete donde Fleur pudiera verlo.

"Por supuesto", respondió Fleur con un toque de suficiencia. "Va en contra de las reglas de la magia que los bebés Veela sean algo menos".

Era una vieja broma entre ellos, pero Harry y Hermione todavía se reían. De hecho, los hijos de Hermione también habían sido hermosos, aunque Harry admitiría fácilmente que no era exactamente un juez imparcial. Por supuesto, cualquiera que conociera a cualquiera de las mujeres no tendría problemas para diferenciar a sus hijos: los de Fleur eran todos rubios y hermosos como ella misma, mientras que los de Hermione eran más una mezcla de sus padres, aunque tendían a ser de color oscuro.