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—Hola Eli— La castaña sostenia la grabadora que Derek le había regalado para su cumpleaños mientras filmaba al bebé que jugaba con su peluche.

Luego de muchas insistencias el mayor habia aceptado quedarse con Laia hasta que ella terminara sus exámenes y volver a Beacon Hills, por una parte era mejor, había ciertas cosas que Derek no sabia hacer con su hijo, cosas que Laia entendía a la perfección, pero, por otra parte, sabía que no era lo mejor. Los años habían pasado pero sus sentimientos por la menor de los Stilinski no habían pasado, y verla tan maternal con su hijo, tan dulce y tan llena de vida, lo enamoraba cada dia mas.

Si es que había forma de que Derek Hale amara mas a Laia Stilinski de lo que ya la amaba.

—¿Quién es el niño más lindo de este mundo?— Laia dejo muchos besos en el rostro del bebé haciéndolo reír.

Laia estaba totalmente embobada por el pequeño Hale, lo cuidaba siempre, incluso un día lo llevo con ella a la universidad, ya que solo tenia que recibir la nota de un exámen, y Derek tenía que ir a resolver unos temas sobre su nueva casa en Beacon Hills.

—¿Quieres hacer una maraton de Dr House con Laia?— El pequeño Hale rio sin entender lo que la mayor decia— Lo tomo como un sí.

La loba tomo al bebé en sus brazos y se sentó en el sofá, delante de ella se encontraba la mesa de café dónde estaba el biberon del niño con su fórmula, y a su lado unas papas fritas de espiral para Laia.

Ambos se pusieron a ver la televisión por horas, Eli no entendía nada de lo que pasaba, pero le divertia los colores y cambios de imagenes que había en la serie, mientras que Laia disfrutaba de ver su serie favorita acompañada de una de sus personas favoritas.

Ninguno de los dos se dio cuenta cuando Derek Hale entró al departamento, encontrandose con una de las escenas mas hermosas que habia visto en su vida, inevitablemente se apoyó en el marco de la sala y se quedó observando como Laia le daba su leche a Eli, y este no apartaba su vista de la television igual que la loba.

...

La menor de los Stilinski caminaba de un lado a otro demasiado nerviosa, solo faltaba que le entreguen un exámen, el cuál diría si ya era oficialmente una doctora, y los nervios se habían apoderado de ella. 

—Tranquila, lobita— Derek la tomó por los hombros haciendo que se quede quieta en su lugar— Todo irá bien, confía en mí, confía en ti.

—Estoy muy nerviosa— Confesó la menor.

No le habia dicho a nadie por ese mismo motivo, ¿Y si el exámen salia mal? ¿Y todos habían ido a Los Angeles a verla fracasar? Para no tener que lidiar con eso no le habia dicho a nadie, ni a su padre.

—Laia Stilinski— Dijo uno de los profesores asomandose por la puerta del salón.

La castaña abrió sus ojos alarmada y miro al pelinegro y había tomado a su hijo en brazos, quién anteriormente estaba en su carrito jugando con su peluche favorito.

—Tranquila, nosotros te esperaremos aqui.

La loba suspiro antes de entrar al salon donde se encontraban los 3 profesores encargados de la carrera, al verla lo primero que hicieron fue ojear unas cuántas veces mas su exámen poniendo aún más nerviosa a la chica Stilinski.

—Muy bien—Comenzó a decir el hombre que se encontraba en medio, y los tres se levantaron de sus asientos—Felicidades Dra Stilinski, su exámen fue un total éxito.

Laia no daba crédito a lo que escuchaba, lo había logrado, había logrado graduarse de la universidad, ser doctora. Ya era la doctora Stilinki, especialista en Cardiología e Inmunología.

—Muchas gracias— Dijo aún sin creer lo que oía, uno de los profesores le tendió su primer bata blanca, bordada con su nombre.

—Felicidades, señorita Stilinski.

Al salir del salon la castaña rapidamente busco con la mirada a los Hale, y allí estaban. Eli estaba nuevamente en su carrito con su peluche y Derek únicamente lo observaba jugar.

—¡Derek!

Al girarse el pelinegro se encontró con su castaña, quién ahora llevaba puesta una bata de doctora, sacandole una sonrisa de orgullo. Derek abrió sus brazos y Laia no tardó mucho en correr hacia él y abrazarlo con demasiada fuerza.

—Lo logré, lobito.

—Estoy muy orgulloso de ti, lobita— Le susurró Derek, Laia cerró sus ojos sintiendo la cálidez que él le brindaba en el abrazo, sin querer separarse de él.

—Estoy muy orgulloso de ti, lobita— Le susurró Derek, Laia cerró sus ojos sintiendo la cálidez que él le brindaba en el abrazo, sin querer separarse de él

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Labyrinth_ Derek HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora