El señor

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El chico terminó de escuchar a la señorita kocho

Al terminar de escucharla se limitó a levantarse de su asiento en silencio y salir de aquella habitación, camino por la mansión de las mariposas para salir del lugar viendo a algunas niñas entrar y salir del lugar, en cuanto salió se mantuvo firme y continuó con sus deberes, al llegar la noche, camino en dirección a su casa, por el bosque tan oscuro como era noche, pero la luna alumbraba el lugar con su luz, el chico abrió la puerta de su casa con tranquilidad y la serró de la misma manera, pera quedarse parado mirando frente a él, había un espejo de marco dorado, que lo reflejaba, se veía su silueta con la puerta de fondo y como la luz de la luna alumbraba su cuerpo solo de la parte derecha, dejando ver uno de sus ojos azules oscuro, gracias a eso empezó a recordar todo lo que le contó la señorita kocho y se enfureció, soltó un grito de la ira y volteó a su lado derecho viendo un estante con jarrones, fotos, libros etc y los tumbó, quebró los jarrones, pisoteó las flores que estaban dentro de aquellos jarrones con diseño de mármol, al poco tiempo ya estaba destruyendo toda la casa mientras lloraba con dolor, miro el espejo y se dirigió a él, lo tomó y estaba  apunto de darle un puñetazo pero se vio en el reflejo y vio sangre en sus manos, con vidrios clavados en ellas, su rostro lleno de lágrimas, sus ojos rojos e inflados por el llanto y solo se puso de rodillas en el suelo y se acosto en posición fetal si dejar de llorar, su cuerpo estaba en dirección al espejo mientras lloraba y escondía su cara.

Después de algo de tiempo sin dejar de llorar el chico escuchó el sonido de la puerta abriéndose, no sabía quién era y no quería saber—largo...—dijo el chico aún con un nudo en la garganta ya que decido aguantar su llanto un poco.

Un hombre de ojos rojos, pelo negro, sombrero blanco, pantalones blancos de traje, zapatos negros de vestir, y la parte de superior un traje negro con diseños dorados en el cuello del traje lo miraba con curiosidad y atención sin demostrar emoción alguna, aquel hombre miro al rededor viendo la casa destrozada, supuso que se trató de un demonio pero, no había aura de algún demonio cerca, y tampoco ningún humano devorado, dispuso que el de ojos azules se estaba convirtiendo en demonio y había echo todo eso pero no se comportaba como tal ,tampoco había aura de demonio que viviera de él así que el echo de la presencia de un demonio que no fuera de él estaba descartada.—un poco más de respeto hacia tu futuro rey—dijo aquel hombre de ojos rojos, en cuanto giyuu escucho aquella voz miro al espejo aun triste y cansado y logró ver al demonio atravez del espejo, gracias a eso el demonio también se había dado cuenta de que el ojiazul se había dado cuenta de su presencia.

El de ojos azules se levantó con rapides e intentó atacarlo una y otra y otra vez, muzan por su rapidez esquiaba todo, usó una técnica, Gracias a que muzan usó tal técnica el chico salió lastimado y calló la suelo sangrando, casi no tenía energía por llorar tanto y destruir todo, por lo que le costaba levantarse, muzan le puso un pie en el pecho para evitar que se levantara y lo miro con superioridad—tienes talento...tienes hambre de vengarte...de quien?...de tus compañeros?...eres un pilar...te hicieron sentir mal...no es así?...—dijo el mayor de ojos rojos

El de menor estatura quedó atónito,¿como el podía saver eso? Pensaba, y se hacía preguntas en su cabeza—conviértete en demonio...tienes gran potencial, no sufrirás, y te vengarás de los que te hicieron daño, serás más fuerte...¿que dices?—dijo el mayor de ojos rojos, el azabache de ojos azules o pensó un poco no quería que lo volvieran a lastimar, y empezó a recordar todo, le daba amucha rabia y acepto.

El desalmadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora