𝚁𝚎𝚗𝚐𝚘𝚔𝚞 𝙺𝚢𝚘𝚓𝚞𝚛𝚘 𝚡 𝚂𝚑𝚒𝚗𝚘𝚋𝚞 𝙺𝚘𝚌𝚑𝚘𝚞
Los fuertes vientos chocaban contra las rubias hebras del mas alto, una que otra hoja que descendía de aquellos frondosos arboles aterrizaba en la despeinada cabellera del ya mencionado y...
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𝘊𝘢𝘱 03
"𝐀 𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐥𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚 𝐞𝐥 𝐩𝐢𝐥𝐚𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐠𝐮𝐚"
𝘗𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢𝘴: 1286
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El armonioso cántico de las aves se oía pues el clima ameritaba tranquilidad, así se encontraba cierta azabache de tarareando con su melodiosa voz, siendo pronunciadas suaves melodías por sus tenues y rosáceos labios.
Limpiaba cuidadosamente la hoja de su nichirin ya que las espadas requieren de cuidado para que no se lleguen a oxidar o mellar. Con delicadeza guardó su espada en la funda dejándole a su costado, su par de orbes color obsidiana se detuvieron por uos segundos para admirar parte de su entorno, se sentía algo cansada probablemente por el templado clima cerrando así sus ojos para tomarse un poco duradero descanso.
-Maestra, disculpe la interrumpo- Dijo una tímida voz que no tardó en reconocer, era su tsuguko. La mayor de las hermanas miró a su aprendiz con una tierna sonrisa -Hola Kanao, dime, ¿Qué pasa?- Preguntó la pilar aún con su apacible sonrisa -El pilar de la flama, la está esperando, quiere hablar con usted- Eso la hizo asombrase un poco, lo había atendido recientemente, exactamente hace poco menos de un par de días, ¿se había vuelto a lastimar? si fuera así no le sorprendería pues ella lo conoce y sabe cuan arriesgado suele ser su intrépido compañero -Claro, gracias por avisarme Kanao, voy enseguida, ya te puedes retirar- la contraria asintió retirándose de allí -(¿estará herido? no creo, aun sigue en recuperación)- No podía ser tan descuidado ¿cierto?, se levantó dejando de lado sus preocupaciones dirigiéndose así a atender al pelirrubio quien la estaba esperando.
Llegó a la puerta principal y se dispuso a abrir y recibir con una calmada sonrisa al joven, este le devolvió el gesto y enérgicamente la saludó, la menor le miró con su usual sonrisa haciendo que el contrario se pusiera algo nervioso.
-Señorita Kochō, buen día- Ella asintió al alegre saludo que le era dedicado -Tengo algo que me gustaría regalarte- Algo penoso levantó su mano en donde sostenía un par de flores color lavanda que desprendían un agradable y dulce olor, la azabache gustosa las recibió, teniendolas en sus manos se tomó un momento para apreciarlas, tras esto las acercó a su rostro para olerlas, realmente olían bastante bien -Gracias Rengoku-san, son hermosas- ambos sonrieron pues se veían ciertamente alegres-Y ¿dónde las has conseguido?- Preguntó la de menor estatura sin quitar su vista del par de flores, él se quedó pensativo, decidió mostrarselo a ella con sus propios ojos -En un lugar muy especial que me trae buenos recuerdos- Pronunció con una leve sonrisa.
