「OTOÑO」-𝐊𝐲𝐨𝐒𝐡𝐢𝐧𝐨-

【02 𝑻𝒂𝒊𝒚ō】

ᑭᑌᗷᒪIᑕᗩᗪO: 6 03 2023

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𝘊𝘢𝘱 02

"𝐓𝐚𝐢𝐲ō"

𝘗𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢𝘴: 1054

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Estaba sentado en una de las camillas del consultorio dentro la finca mariposa siendo atendido por el pilar del insecto quien se encontraba revisando algunos cajones en busca de sus utensilios médicos, no tardó demasiado en encontrar lo que buscaba, puso una silla frente al pelirrubio tomando asiento y así empezó a tratar el malherido brazo del ya nombrado.

La pequeña pilar examinaba minuciosamente el par de lesiones, no eran profundas o graves que arriesgarán la vida del pilar pero aún así consideraba crucial encargarse de ellas para que no se tornarán en algo que comprometiera la salud de su paciente.

-¿No crees que tu labor es pesada?- Decidió sacar un corto tema para entablar una conversación con quien lo atendía, tras hacer la pregunta la oji-violeta se quedó pensativa buscando la manera de responder, selecciona una sencilla respuesta para después levantar su mirada y tranquilamente responder -Puede ser pesada pero me alegra poder ayudar a quienes lo requieren- Respondió con cierta serenidad y aquel melódico tono de voz. Para culminar tomó un pequeño pañuelo húmedo prosiguiendo a limpiar con suavidad el poco de sangre que había derramado la lesión, no se le dificultaba actuar con tanta precaución pues su toque era tenue y delicado.

Se escuchó un pequeño estornudo causante de una ligera comezón que atacó la nariz de la menor haciendo que esta se le pusiera roja, estornudó una vez más, tomó rápidamente un pañuelo y se tapó la nariz porque al parecer había algo en su entorno que le causaba tal alergia, por suerte era algo leve que no demoraría en pasársele. Se oyó un maullido causado por un un gatito de pelaje rubio y una pequeña nariz rosada el cual se hallaba sentado en la entrada al consultorio, este sin esperar a que lo llamasen entra maullando repentinas veces dirigiéndose al par de cazadores que le veían, uno con ternura y otra con miedo, la segunda retrocedía conforme al felino se les acercaba.

El peludo animal se acercó a la joven quien buscaba mantener su distancia pero el gato no la captaba dando el ya mencionado vueltas alrededor de ella frotándose su abundante pelaje con las piernas de la azabache, esta pegó un brinco del susto y se alejó lo más rápido que pudo del confundido felino que había inclinado su cabeza levemente hacía su costado mirándola extrañado, miro al gato y luego a su compañero, el pelirrubio también había inclinado su cabeza tal y como lo había hecho el peludo minino. No pudo contener el par de risas que se le escaparon al ver aquella icónica escena protagonizada por sus dos acompañantes, que casualidad que ambos fueran rubios.

-Rengoku-san, eres igualito al gato- Soltó otra escurridiza risita, el de ojos carmesí asintió con su contagiosa sonrisa y recogió al felino en sus manos reposándolo en su regazo mientras le acariciaba el abundante pelaje del que el consentido animal estaba cubierto -No entiendo porque le temes a esta adorable criatura- Pronunció el pilar levantando al gato con ambas manos acercándolo un poco a la chica mariposa quien permanece aún con su distancia estando algo retirada de los dos -él quiere un abrazo, ¿no mencionaste cuanto te gusta ayudar?- Había usado sus palabras en su contra, pronunció acercando al gatito a la pelinegra quien se seguía negando a acercarse al animal -El gatito es muy amigable, ¡confía en mi y verás que no te hará nada malo!- Hizo un puchero como si de un niño pequeño se tratase, era demasiado persistente, tanto así que la oji-púrpura a duras penas terminó cediendo ante tal petición.

Ciertamente temerosa se animó a dar un par de pasos acercándosele, estiró una de sus manos la cual se apreciaba como un pequeño temblor la sacudía, estando dudosa posó delicadamente su mano sobre la cabeza del felino acariciándole y este tiernamente ronroneó mostrándose a gusto con tal acción, aún le picaba un poco la nariz pero ya no era un ardor tan perdurable como hacía unos minutos previos, increíblemente ya no sentía miedo, su semblante inseguro se había tornado en uno más relajado y claramente una pequeña sonrisa había sido dibujada suavemente en sus rosáceos labios.

el simpático felino posicionó su par de pequeños ojos ambarinos dirigidos hacía el de hebras doradas queriendo que este también le brinde caricias recibiendo cariño por los dos jóvenes encantados por el lindo gato.

-¡Jajaja, este gato parece como si fuera hijo mío!- Afirmó enérgicamente el de rostro alegre y no se equivocaba eran demasiado semejantes no solo en su apariencia por las cabelleras rubias sino también su apacible y agradable forma de ser -Tienes razón Rengoku-san- No interactuaban muy seguido, no obstante, sus pocas interacciones eran divertidas que hasta el tiempo se pasaba volando, la fluidez y confianza con la que ellos hablaban los iba acercando cada vez más -Siempre le tuve un extraño temor a los gatos, no sé muy bien la razón, quizás un trauma de la infancia del que no me acuerde pero solo sé que me llegan a asustar un poco- Lo confesó con cierta confianza, no muchos sabían de aquel miedo que ella poseía pero tampoco es que fuese algo tan relevante, Kyōjurō le prestaba atención a cada palabra que ella expresaba, se le ocurrió una idea, no sería la más original pero ayudará -En ese caso, cada vez que veas un gato espera a que se acerque por voluntad propia y cuando busque ser amado bríndale cariño, ¡y no temas siempre sonríe! y verás que el miedo desaparecerá- Aquella voluntad que él tenía de ayudar a los demás hacía que un cálido sentimiento se formará poco a poco en el interior de cierta azabache que admiraba la valentía que demostraba -Pensé que verías este miedo como algo tonto o irracional, aprecio tu consejo Rengoku-san, espero que hayan gatos igual de lindos como este- Dijo una Kochō sonriente jugando con un mechón de su cabello.

__Aquel dócil gatito ha sido apodado "Taiyō"__

<< Asimilaba ser un sol porque para ella aquel pelirrubio irradiaba aquella brillante calidez como lo hacía el astro rey >>

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