Todo por un idiota.

Capítulo treinta.

Capítulo treinta.

Evelyn 's pov.

8 meses después.

—Me parece genial que hayas decidido hacer esto, de verdad, es lo mejor que puedes hacer para cerrar por fin el pasado.

Las manos de Brandon acarician mis brazos, dándome fuerza.

Yo respiro hondamente, todavía no me puedo creer que haya hecho esto.

Después de tanto tiempo, por fin me atreví a denunciar a Oliver hace siete meses, y hoy es el juicio. Hoy es el día en el que espero que se haga justicia por todo lo que me ha hecho pasar.

Brandon me ayuda a ponerme bien la chaqueta y me sonríe con orgullo.

—Estás haciendo lo correcto, Evelyn, ganarás este juicio.

Deja un pequeño beso en mi frente y yo sonrío, cogiendo la furgoneta de Tessa para conducir hacia el lugar.

Hace apenas un par de meses que me he sacado el carnet de conducir, y Tessa me ha dejado su furgoneta con la única condición de que no se la estrelle.

Me planto en la puerta con algo de nerviosismo al llegar, espero que esté toda la gente a la que he citado para testificar a mi favor, incluyendo a Brandon, que ha llegado apenas un par de minutos antes que yo.

Miro la hora.

Ya es la hora.

Respiro hondo, y entro en el juzgado.

Dylan's pov.

La carta me había llegado hacía dos días.

Una carta de parte del abogado de Evelyn, pidiéndome que fuera al juzgado a testificar a su favor en la denuncia que le había hecho a Oliver.

Y aquí estamos.

Esperando a que aparezca el demandado, la demandante y la jueza.

Estaba claro que yo iba a venir.

Después de lo mal que la traté y el daño que le hice esto es lo mínimo que puedo hacer por ella.

Me avergonzaba de ella, nunca le dije a nadie que estábamos juntos, no la escuchaba, siempre que contaba algo le solía interrumpir para contar algo yo, algo que probablemente no fuera más importante que lo que ella contara. La engañé con otra chica en una fiesta, y cuando me dijo que su ex intentó abusar de ella nuevamente en esa fiesta, pensé que estaba mintiendo y me había engañado con él.

Todavía recuerdo cuando Brandon vino a aclararme quién era Oliver y que le había hecho a Evelyn, justo antes de pegarme un puñetazo por haberme portado como el capullo que era.

Elimino todos mis pensamientos en cuanto escucho la puerta abrirse de golpe.

Ha llegado Oliver.

Él ni siquiera tiene a quien testifique a su favor, nadie quiere defender a un violador.

Cuando pasa por mi lado me sonríe con diversión, a lo que yo le pongo una mala cara apretando mis puños con enfado.

Y él se sienta donde debe.

No pasa mucho tiempo, y la puerta vuelve a abrirse.

Es Evelyn.

Y está preciosa.

Lleva unos simples pantalones vaqueros, una camisa blanca abrochada con botones y una chaqueta elegante de color rojo, su color. Todo conjuntado con unos tacones rojos.