- 25 -

497 14 0
                                    

Abro mis ojos, me cuesta, siento que me pesan. Al abrirlos me quejo por el dolor de cabeza, miro hacía abajo y mi madre y yo cruzamos miradas, ella se sorprende.

- ¡Cariño! ¿Cómo estás? - dice mie madre acercándose a mi y viendo si tengo algún daño en la cara, cojo sus manos.

- Mamá por favor no grites tanto, me duele muchísimo la cabeza -

- Normal, después del golpetazo que te metiste - ella vuelve a revisar y no lo intento porque se que no lo va a dejar de hacer.

- ¿Qué ha pasado? - me duele la boca y los brazos, tubos están metidos en el.

- Te has desmayado, no habías comido nada y te faltaban nutrientes - dice mi madre un poco enfadada, me maldigo por lo despistada que soy, al estudiar no había ni comido por ver a mi hermana.

- Lo siento mamá - 

- ¿No estarás haciendo tonterías verdad? - me extraño.

- ¡No! mamá claro que no - digo al instante.

- ¿Seguro? - dice

- ¡Claro que si! - no lo puedo creer.

- Vale hija, lo siento, es que no quiero que volvamos al pasado - cojo su mano.

- Mamá estoy perfectamente, solo soy despistada - ella resopla.

- Vaya cabecita - da un beso en ella y sonrío.

- A quien habré salido -

- A tu padre - dice volviendo a sentarse en un sillón y yo río.

- Completamente - ambas reímos, mi padre era igual que yo.

Paso el día allí ingresada, me hacen pruebas y cuando por fin me dejan tranquila me llama Clara por videollamada, justo en el mejor momento. Cojo la videollamada y ella se sorprende al verme ingresada.

- ¿¡Qué te ha pasado!? - cierro mis ojos al oírla tan fuerte, se mete en su despacho.

- Me he desmayado por no comer - río y ella se tapa la boca.

- Eres la leche de verdad - río, - ¿Bueno y que tal ahí? -

- Estoy hasta el coño de las pruebas - ella ríe.

- Pues aquí hay uno que está ansioso por verte hija mía, esta donde Cristo perdió la chancla - una pequeña sonrisa sale y mis mejillas se encienden.

- Pff, es que no se que hacer, ayer estuvo llamándome horas y dejándome mensajes, pero no le he contestado - rasco mi barbilla.

- Así está, que en los entrenamientos no da ni una - resoplo.

- ¿Crees que debería volver a Barcelona? - ella piensa.

- Hombre por mí si, pero por él... - ladea su cabeza dudando.

- Ya - 

- No se tía, creo que por una parte si porque deberías aclarar las cosas con él, eso es lo que le dije a él cuando me vino a preguntar - resoplo.

- Ya veré -

Continuamos hablando y cuando cuelga abro notas y escribo todo lo que me ha pasado, necesito desahogarme de alguna manera. Tras comer me dan el alta y me dan unas pautas para recuperar nutrientes, espero no saltármelas porque son de vital importancia. Me visto y vuelvo a casa, gracias a que he estado en el hospital he atrasado mi planning de estudio. Por lo que en cuanto llego a casa me pongo a estudiar, no sin antes ponerme una alarma para cenar, si no se me va el santo al cielo.

Cuando la alarma suena dejo de estudiar y caliento el pollo que había comprado antes de venir y un huevo. Ceno viendo la que se avecina, un poco de distracción me viene bien para mi mente llena de información de otras. Mi padre entra por la puerta mientras como, mi madre se queda en el hospital. Me revuelve el pelo y yo hago una mueca de desagrado, el se ríe. Se sienta conmigo a cenar.

- ¿Vas a seguir estudiando? - asiento.

- Si, este tema me está costando un poco más - digo mientras pincho pollo y el asiente.

- ¿Y que tal por Barcelona sola? - recuerdo a Pedri.

- Eh, bien bien, bueno, se os echa de menos pero no tanto - me da una colleja y río.

- ¡Oye! - rio aún más y acabamos riendo los dos.

- Es que podéis ser demasiado pesados a veces - ladea su cabeza.

- Eso tu madre - asiento riéndome, si.

- Si - reímos los dos.

Me encantaba estar con mi padre, era como estar con un  niño pequeño y eso me hacía feliz, siempre estábamos riendo y como era igual que yo era aún más divertido, lo quería mucho.

Cuando termino de cenar vuelvo a mi habitación y veo mensajes de Pedri, esta vez si que los abro.

                                                                                     Canario

¿Martina estás bien?

Clara me lo ha contado

Perdón por lo de ayer pero necesito hablar contigo

                                                                                                                                                                  Estoy bien gracias

No quiero contestarle más, no quiero decirle que si, que tenemos que hablar, porque no se que pasaría. Vuelvo a mis estudios, aunque menos concentrada la verdad, el Pavlov ese me tiene hasta los huevos ya, creo que me duermo en la mesa.

CONTIGO HASTA EL INFINITO - PEDRI GONZALEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora