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Me despierto abrazada a Pedri, estoy encima de su pecho, oigo su respiración y eso me relaja, el sol entra por la ventana de mi cuarto. No había pasado nada, solo le pedí que se quedara a dormir. Lo miro a la cara, él está despierto con el móvil y cuando lo ve lo deja en la cama.

- Buenos días cariño - me dice, la última palabra me hace sonreír.

- Buenos días mi amor - digo y lo beso.

- Vale no, eso ha dado mucho lache - río, yo había pensado lo mismo, no era muy cariñosa en ese aspecto.

- Oh, ¿ósea que solo tu me puedes llamar cariño? - digo riéndome y él se rie.

- Sip - me ofendo.

- Mi amor, cariño, mi vida - y un montón más de adjetivos cariñosos mientras lo beso.

- Vale vale vale - paro y levanto mis cejas, - hagamos un pacto - giro mi cabeza,- solo cariño, ¿vale? - rio.

- Si por favor, me estaba empezando a dar asco yo misma - ambos reímos y nos besamos.

Cuando me levanto con su camiseta y abro la puerta me doy cuenta de que los niños no están en casa. Lo miro, se está poniendo sus pantalones, me acerco a él.

- No están en casa - digo .

- Mejor - me empieza a hacer cosquillas y yo me intento escapar, pero no puedo, me pone de espaldas a él y me pega a él, no puedo parar de reír por sus dedos.

- ¡Para! - grito pero no lo hace, consigo escapar y corro a fuera de la habitación, el me persigue.

Corro escaleras abajo hasta llegar al salón, corro por él mientras Pedri me persigue, me pongo a un lado de la isla y el al otro.

- Aja, ¿ahora que eh? - digo desafiándolo, lo subestimé.

Pasa por encima de la isla y consigue cogerme de nuevo cuando está sentado en el borde de la isla, intento salir de sus brazos pero los entrenamientos se notan, los cojo e intento quitármelos pero es imposible. Meto mi mano por su pantalón y la meto por su calzoncillo, agarro su miembro y el para de inmediato, yo me doy la vuelta con una sonrisa, sabía que así pararía.

- ¿Qué haces Martina? - está tenso y yo río.

- Aja, ¿ahora quien se rie eh? - suelto su miembro y él se relaja, - oh vamos, no me digas que te pones nervioso después de las dos noches anteriores - el me sonríe.

- Tu siempre me pones nervioso cariño, como para no - me dice y yo lo beso avergonzada, con lo tímido que parecía y lo nerviosa que me ponía siempre en la intimidad.

Desayuno sentada en la isla, el apoya sus manos en ella haciendo que se vean las venas de sus brazos, eso hace que el calor de mi centro aparezca, más sus pectorales descubiertos imagínate. El me sonríe al darse cuenta y mis mejillas se enciendes, haciendo que mire a mi desayuno. El se rie y sube arriba, yo vuelvo a levantar la cabeza y lo veo subir por las escaleras, ¿Por qué cojones era tan sexy y mono a la vez?, era Pedri simplemente.


***


Estoy con Clara, habíamos quedado a comer ya que era finde y así podríamos tener un rato solas, aunque nos volveríamos a ver en la fiesta de esta noche, era sábado, sábado de fiesta. Estamos sentadas en el restaurante, ya habíamos comido y ahora nos íbamos de compras para coger algo para la noche.

- Clara - aparta la vista de su móvil.

- Uy, eso ha sonado a "tia te tengo que contar algo importante" - deja su móvil en la mesa poniendo toda la atención en mi y yo sonrío avergonzada.

- Es que - hago una pausa.

- ¿Es que que?, me estás poniendo de los nervios - rio pero ella está ansiosa, - cuéntalo por dios - dice y vuelvo a reir, ella rueda los ojos vacilona.

- Pedri me pidió salir antes ayer - digo desviando mi mirada, aunque puedo ver por el rabillo de mi ojo como su boca llega a cuenca, rio tapándome la boca.

- ¿Que? - suelta y yo río, asiento. - ¿Y que le has dicho? ¿Qué si no? ¿espera lo habéis solucionado ya? - dice cuando vuelve a tocar tierra, yo vuelvo a reir.

- Tranquila hija, tranquila - hago una pausa y ella coge aire, - el viernes por la noche me fui a un Starbucks cuando salí del trabajo, tenía demasiado estrés - ella asiente con los ojos saltones, - y recibí un mensaje de él diciéndome que donde nos veíamos, ya que cuando terminó su entrenamiento vino hacía mi que no había terminado y me dijo que teníamos que hablar, pero me negué porque no estaba preparada - ella da un golpe en la mesa.

- Si es que no te debería haber dejado sola - yo río.

- Shhh, calla - ella rie - entonces decidí quitármelo de en medio de una vez por todas y le dije de quedar en el centro, cuando llegué me puse a mirar el árbol tan bonito que han puesto en el centro y ahí surgió todo, hablamos del tema y terminamos besándonos y me lo pidió - me expreso avergonzada  con mis manos, mi amiga abre la boca.

- Amo a este chico de verdad, parece de película y todo, por la noche, con el árbol - se expresa dramáticamente con sus manos y yo río, - y tu que querías quitártelo de en medio - asiento.

- Ya ves - digo mirando mis uñas, - pero es que no se, con el es diferente, me hace sentir bien, y - digo cuando vuelvo a mirarla y hago una pausa, ella me mira - me ha enseñado a quererme y eso lo valoro - ella saca una pequeña sonrisa y coge mi mano, la aprieta con cariño.

- Pedri es lo mejor - asiento, mis ojos se aguan al recordar la suerte que tengo con el.

- Si - sonrío.

- ¡Ole que mi niña tiene novio! - celebra por lo alto y yo trato de callarla, pero es imposible, todo el restaurante nos mira, estoy roja.

- Calla hombre, nos está mirando todo el mundo - me tapo la cara al ver que no para, ella lo sigue celebrándolo, es una de las cosas que me gustaba de Clara, le daba igual el que dirán.

Cuando paso este tramo de vergüenza la regaño mientras ella rie, pagamos y salgo lo más rápido posible de ese restaurante. Vamos de compras por el centro, reímos por ropa que nos parece horrorosa y por estupideces, Clara y yo siempre éramos así. 

Después de miles de tiendas, de frustraciones, inseguridades, vestidos y consejos de Clara consigo comprarme un vestido chorizo, como lo llama mi hermana. Mis inseguridades por parte de mi culo, mis caderas, y mi tripa me estaban matando esa tarde, pero Clara me había poyado en todo momento y no se había quejado por ello. No me convencía del todo, pero era la mejor opción y en menos de cuatro horas sería la fiesta, por lo que para mí ya iba tarde. Haber que era lo que me esperaría en esa fiesta.

CONTIGO HASTA EL INFINITO - PEDRI GONZALEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora