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Después de ese día, la semana transcurrió con normalidad, al menos para el mayor de los hermanos Ryuguji.

Por su parte, Takemichi había tenido una semana bastante movida, el día para presentar la obra se encontraba cada vez más cerca y el pequeño azabache no podía evitar sentirse nervioso. En esos momento se arrepentía de haber aceptado hacer de príncipe y no de un árbol o arbusto, aunque comparado con Takuya, él casi no tenía líneas por lo que al menos no sufría memorizando diálogos.

En cuanto al padre de ambos, Masaway se encargaba de buscar una escuela primaria para Ken, así que optó por pedirle ayuda a Yume para los preparativos de la obra de Takemichi, fue así como la castaña y los niños habían acordado ese fin de semana para recorrer algunas tiendas de tela para el disfraz de príncipe de Takemichi.

El pequeño azabache observaba con curiosidad los distintos tipos de telas, algunas eran brillantes, otras tenían patrones interesantes y otras tantas eran semi-transparentes, aunque sin dudas las mejores eran las que tenían el estampado de su héroe favorito. Por su parte Ken se encontraba cansado, habían visitado ya cuatro tiendas y sus acompañantes aún no se decidían por el color para el traje de su hermano, a sus ojos las telas no parecían ser diferentes unas de las otras salvo por el color.

-¿Pueden recordarme por qué vine con ustedes?- preguntó intentando despejar su mente, de lo que lo rodeaba.

Takemichi miró a Ken con obviedad.

-Por que no tenías nada que hacer- respondió, recibiendo una mirada avergonzada por parte del mayor.

-¿Ah? Si tenía cosas que hacer-se defendió ante lo dicho por su hermano menor.

Takemichi entrecerró los ojos mientras miraba al rubio, Ken no iba a dejarse por él más pequeño así que hizo lo mismo comenzando así una corta pelea de miradas que a los ojos de las personas que pasaban por ahí se veía como una escena cómica de hermanos peleando.

-Papá dice que ver un maratón de anime en la televisión no cuenta como algo que hacer-

Ken no pudo argumentar nada ante aquello y desvió la mirada. Si existía alguien a quien no podía ganar en una discusión, ese era Takemichi.

Yume pareció compadecer al mayor de los niños, por lo que decidió que era un buen momento para un descanso. Tal vez a los niños les vendría bien un poco de helado.

-Bien pequeños, vamos a tomar un descanso. ¿Quieren un helado?- ante aquello ambos hermanos asintieron rápidamente. La castaña los tomó de la mano y caminaron rumbo a la heladería más cercana, al llegar fueron atendidos por una joven, la cual tomó su orden amablemente al ver los rostros emocionados de ambos niños.

Ya con los helados, los tres comenzaron a comer en una de las mesas del local. Ambos infantes disfrutando del postre como si fuera lo más delicioso del mundo.

-Nee, Yume- la castaña miró al pequeño esperando a que terminara de hablar- ¿Puedo ir a jugar a los columpios un rato?

-Micchi, primero tenemos que terminar de comprar las cosas para tu traje- le dolía un poco tener que negarse a la petición del niño, pero ya se estaba haciendo algo tarde y aún no conseguían ni la mitad de las cosas de la lista.

Takemichi hizo un puchero al recibir la negativa de la castaña, Ken sólo suspiró al ver aquello.

-Ah, necesito ir al baño- el rubio se levantó de donde estaban sentados- Creo que tardaré un poco, aprovechen y vayan a los juegos, después los alcanzo.

Yume no pudo hacer más que resignarse y acompañar a Takemichi a los columpios, más tarde hablaría con Ken para que deje de consentir tanto a Micchi o podría volverlo un niño malcriado.

Little BrotherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora