𝑳𝒐𝒗𝒆 𝑶𝒇 𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒆𝒂 / 𝑨𝒐'𝒏𝒖𝒏𝒈

014

Bienvenida a casa

Mi'te sintió que ya había vuelto, la brisa fresca chocaba contra su rostro y viendo cómo una luz le calaba en los ojos podía deducir que aún era de día.

Al abrir sus ojos lo primero que vio fue la espalda de su hermano Neteyam quién al parecer estaba cortando pedazos de fruta pero lo estaba haciendo mal, después de todo a su hermano jamás se le había dado la cocina.

— lo estás haciendo mal, además esa no es la manera correcta de agarrar un cuchillo — dijo Mi'te para levantarse con cuidado.

Todo su cuerpo le dolía, ahora sí que había dormido más que la última vez, ya no sentía nisiquiera sus pompas.

— ¿Mi'te? Mi'te!!! — dijo Neteyam para abrazarla y hacerla caer nuevamente.

— Auch! Ahora sí que me rompí la columna — se quejo con un poco de exageración.

Su mellizo estaba más que feliz y podía notarlo por medio de su cola que se movía rápidamente y además las orejas de su hermano también lo hacían.

— perdón Mi'te, es solo que estoy feliz. Pensé que no volverías a abrir tus ojos — dijo Neteyam con pena.

— ¿Cuánto dormí? — preguntó con curiosidad.

— 4 días seguidos, la Tsahik estuvo viniendo cada día a verte para ver si tenías mejoras — explico Neteyam acercando una hoja con agua.

Mi'te estaba incrédula ante lo que le había dicho su hermano, no podía ser cierto, está vez si había excedido el límite.

— ¿Y dónde están los demás? — preguntó Mi'te al no ver a nadie más que a Neteyam.

— ellos siguen afuera, yo decidí detener todas mis tareas para poder cuidarte y si un día abrías los ojos estar aquí para recibirte — dijo Neteyam para sonreírle amablemente.

Neteyam tomó un plato con la poca fruta que había cortado y la coloco frente a Mi'te, esperaba que fuera de su agrado ya que no la había cortado muy bien que digamos.

— mango, fresa y coco. Se ve delicioso. — dijo Mi'te para tomar un trozo de fruta.

Pero al contacto de la fruta con su boca sintió que no las había cortado bien y logró sentir la cáscara entre sus dientes pero al ver cómo Neteyam se preocupo por él, decidió dejarlo pasar.

— están deliciosas y muy frescas —

Neteyam sonrió y después se quedó pensando, las últimas veces que Mi'te quedó atada al árbol de las almas no había logrado salir sola, necesitaba ayuda pero ahora sí lo había logrado.

— espera hay algo que no me termina de cerrar, ¿Cómo lograste salir? — preguntó con curiosidad.

No es que no se sintiera feliz por su melliza pero había algo diferente en ella, el rostro de Mi'te ya no se veía demacrado y ahora lucia más tranquilo y natural.

Era cómo si ese dolor que había guardado durante años hubiera desaparecido.

— pues recibí un poco de ayuda — respondió Mi'te para mirar a Neteyam sonriendo.