Una extraña puerta ha aparecido en Santa Terra, y de ella un ejército invasor a intentado usurpar el mundo del trono dorado del Dios Emperador.
Este extraño enemigo había atacado al Imperio de la Humanidad y es la obligación de los leales al imperio...
Historia situada antes de la caída de Cadia y la última cruzada negra de abbadon (Antes de la Era indomitus para entendernos mejor)
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La hermana Atilia sabía que debía estar mil y un millón de veces más agradecida con su situación. Ya no solo por tener el privilegio de poder vivir en el mundo del trono dorado del emperador, por no decir que debía agradecer por cada segundo que pudiese estar ahí al lado de sus hermanas codo con codo sea en el frente de batalla o sirviendo al emperador. Transcribía nuevamente la palabra del emperador, una labor que ella había tomado voluntariamente, y semanalmente escribía en su habitación en el templo de su orden. Alejada del resto de sus hermanas que por el contrario; podrían estar en el campo de batalla, dando algunas ayudas a los habitantes de terra o cuidando los mundos sagrados de la humanidad
La pluma se rompe ante la presión, por incomodidad en su cuerpo. aquel día despertó como si en su nuca le picasen con miles de agujas; advirtiéndole del peligro inminente. Como si el emperador le susurrase que debía estar atenta ya que el peligro asechaba en cada esquina, cualquiera de sus hermanas diría que eso era común entre ellas... pero esto era distinto, esta vez el emperador quería que se enterase de algo, podía estar segura...
¿Pero que clase de peligro podría haber en terra? El mundo protegido por excelencia. La cuna que vio nacer a la humanidad y que vio en más de una ocasión su caída al abismo, para posteriormente intentar salir de este.
No, ella tampoco podía dejarse caer por suposiciones locas dignas de cualquiera de los herejes a los que antes había purgado, debía meditarlo, rezarlo e incluso hablarlo con sus superioras. De nuevo, las punzadas en la nuca ocurren, mas sin embargo vez con una intensidad mayor... ¿y ha escuchado algo? ¿Visto algo?...
"Xenos..." cientos o miles de ellos, Junto a xenos que sólo podría definir como Orkos y grandes criaturas aladas que jamás había visto en su vida... acompañados por humanos, todos caminando por un sendero oscuro, pero acercándose lentamente a una puerta luminosa
Cuando la visión terminó, tuvo una mezcla de emociones, el extasis de la premonición, asco y repulsión por los xenos que vio en ello... y ira... ¿humanos acompañando xenos como si fuesen aliados?
¿Qué clase de herejía burlesca era esa?
Con una rapidez sorprendente incluso aún sorprendente para un hermana de batalla, dejó todo lo que había en la mesa a un lado y comenzó a escribir. Todo lo que vio y todo lo que se avecinaba
-¡Debo... debo avisar a la eclesiarquia sobre esto!
Y con la misma rapidez con la que terminó, simplemente dejó todo ahí y salió corriendo. Tan rápido que las demás hermanas solo vieron un as pasar al lado de ellas, sin saber muy bien quien o que fue tan rápido
