"En medio de la noche, un ruido me despertó, ¿pensaba que era el coche que estaba sonando?, no era eso, sino otro suceso, era un grito que anunciaba un incendio.
No lo podía creer, estaba sorprendida y paralizada, sabía que no era un sueño, pero lo parecía.
Parecía que no había salida, me invadía el temor pero al mismo tiempo la indignación, como tanta envidia puede causar querer acabar con una vida. En realidad varias, varias vidas.
Tenía frío, era una noche fría, mis hermanos dormían, no se despertaban rápido y las llamas ya consumían.
Me refugie en ti, te pedí ayuda, y apagaste el fuego. No permitiste que se quemara la casa que nos diste, que nos proveíste, para vivir.
Te di las gracias, me sentí aliviada, antes de eso estaba tan angustiada, que sentía que temblaba.
Aquella noche no pude seguir durmiendo, me preguntaba por qué habían hecho eso, ¿habrían sido esas personas?, porque el que causó el incendio entró a su terreno, y nunca salió.
Esa era la prueba de que había sido uno de ellos, de los que me odian sin razón valida, sin motivo razonable. No me vengue, te esperé.
Espere a ver cómo tú hacías justicia, porque a ti, Dios mío, te pertenece la venganza. Yo estaba cansada, hastiada de las maldades de esas personas, pero tenía esperanza, en ti, Jehová.
Tú eres bueno, me amas, y siempre me rescatas, Dios mío, siempre me salvas. Seguire confiando en ti, y veré por fín, como te los llevas de aquí.
Todo solo si tú quieres, Dios mío, Jehová bendito, tú eres bueno y misericordioso, eres santo, veraz, y justo. Yo sé que nunca me dejarás, y que siempre me salvarás, de quien quiera hacerme daño.
Muchas gracias por haberme salvado, y no solo a mí, también salvaste a mi familia, nos salvaste de los actos causados por la envidia, y por la codicia.
Me diste esperanza, y me la sigues dando, muchas gracias por siempre demostrarme tu gran amor, y tu gran bondad, a mí, que soy polvo, y muy imperfecta.
Por eso, yo siempre confiaré en ti, y siempre te amaré, siempre me sentiré segura, porque sé que estás a mi lado.
Alabado sea tu nombre, Dios mío, ¡alabado seas por siempre, Jehová! Y muchísimas gracias ilimitadas eternas por ser tan bueno, y porque tu amor leal, dura para siempre."
