"Anunciaban una tormenta, decían que venía un gran huracán. Mucha gente tenía miedo, no sabían qué iba a pasar.Temían perder la vida, y temían perder su hogar. Al parecer nunca había pasado esto en esta ciudad.
A mí me ofrecieron un refugio, lejos de mi casa, para que no me fuera a mojar, por si se caía la casa donde suelo morar.
Estaba muy preocupada, porque no quería irme a otro lado, no quería ser una carga, ni que mi familia lo fuera, por eso quería quedarme, y también para evitar la incomodidad.
Te oré a ti, mi Dios, el Gran Jehová, que por favor hicieras que no llegara el huracán, a este lugar, y también que nos protegieras en nuestro hogar, el que tú nos proveíste para morar.
Yo confío en ti, oh, Gran Jehová, y sé que sólo si tú quieres, puedes hacer lo que sea que te pidamos, conforme a tu voluntad.
Me escuchaste, oh, Gran Jehová, nos salvaste de la tormenta, nos libraste del huracán. Muchas gracias por eso y por todo, y por tu inmensa bondad."