2 de Agosto de 1912
No importa lo mucho que luchase Albus para aferrarse a la ira, para continuar odiando a Gellert, el tirón de los buenos recuerdos acabó por encontrar un camino hasta su corazón y mente. La realidad de que Gellert sería siempre parte de Albus era ineludible. Nadie es del todo bueno o del todo malo, se repetía mentalmente mientras aparecía en medio del bosque prohibido para encontrarse con él.
-Necesito que tomes esto-. Susurró tras sacar un pequeño frasco del bolso y entregarle en las manos
-Hola Albus
-Bébelo de inmediato
-¿Como estás?
-Bebe de esto rápido, no quiero que me vean con el mago más tenebroso del último siglo.
-Estamos en el medio del bosque prohibido, dudo que alguien nos vea.
-¿Te olvidas que hay criaturas como los centauros que saben quien soy? Ahora bebetelo -. Ordenó Albus, frunciendo el entrecejo-. ¡Rápido!
-¿En quien me voy a convertir?
-Solo bebelo no tengo tiempo que perder -.Dijo tras rebuscar en su bolso otro frasco parecido al que tenia su compañero, lo abrió y se bebió la poción en dos grandes tragos.
Inmediatamente, Albus se agarró fuertemente de la corteza de un árbol al sentir unos terribles retortijones en el estómago. Cerró fuertemente los ojos mientras que sus brazos y piernas se encojian, su cabello de color marrón cambio por un castaño claro y ondulado con un serquillo que caía en su ojo derecho; sus labios se hicieron más delgado y su nariz mas refinada. Ya no tenía barba. Era otra persona: su cuerpo se transformó en un joven que rondaba los veinte años. Todo terminó tan rápido: Albus se encontró tirado en el suelo, sobre los pies de su compañero oyéndolo hablar.
-Te ves sexy
-Ni lo digas -.Su voz ya no era grave, era aguda y fina.
-Tus ojos marrones te quedan mejor.
-Es tu turno, bebelo de inmediato.
-Vale -.Dijo al tragar de inmediato la pocion.
De igual modo, Gellert sintió un dolor intenso en el estómago que le hizo quedar en cuclillas en el suelo. La musculatura de sus brazos y piernas se hincharon. Sus pies se hicieron dos tallas más grandes. Su cabello rubio fue reemplazado por un negro azabache y con un peinado en punta. Sus ojos se pusieron de color negro y tanto como su nariz como sus labios se hicieron un poco más grande.
-¿Estas bien? -.Preguntó Albus
-En verdad te lo digo, la poción multijugos sabe a orín de duende. ¿No me dijiste que iba a tener la apariencia de un hombre entrando a la adultez mientras tu eres mi amante o algo por el estilo? -. Su voz cambió por una más grave.
-Piensa lo que quieras pero toma estas identidades y aprendetelo de memoria
-Soy Percival Graves, de cuarenta años, de origen estadounidense, auror, director de seguridad mágica de la Macusa. Sabes, de esta forma no me importaría hacer el pacto contigo -.Dijo él, lascivo.
-Deja de fantasear Gellert y apresurate en vestirte -.Le dijo, tendiendole ropa elegante de color negro, con unos zapatos de color marrón oscuros.
-Fantástico -,dijo tras desnudarse y mirar su nuevo cuerpo -:¿Qué opinas de mi nuevo miembro? ¿Te gustaría tocarlo? -.Gellert empezó a reírse.
Albus no le miró a los ojos, sólo gruño y se apresuró a cambiarse también la ropa: reemplazó su conjunto de traje gris por un pantalón negro, chaleco de color amarillo con un viejo abrigo azul.
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Hasta el final
RandomCada cinco años, el pacto de sangre exige mínimo un contacto sexual entre los participantes o si no la propia magia se volvería contra ellos. Tanto Albus como Gellert deben luchar contra sus sentimiento y adversidades para verse. Albus Dumbledore...