¡A por él! [Hiro Hamada x Male!Reader]

Chapter two

Pov: Omnisciente

Hiro entró al laboratorio y quedó sorprendido.
Las creaciones de los estudiantes universitarios que se encontraban ahí eran simplemente maravillosas.

Se acercó lentamente hacia donde se encontraba la bicicleta de la chica anterior.
Y al verla más de cerca, la tocó.

—¿Suspensión electromagnética?—

—¡Oye!—habló la chica con un casco puesto—¿Tú quién eres?—

—Ahh, um-—soltó Hiro.

—GoGo, el es mi hermano, Hiro—interrumpió Tadashi.

GoGo se quitó el casco y respondió:

—Bienvenido a la tierra de los nerds—

—Sí. Nunca ví una suspensión electromagnética en una bicicleta—habló Hiro.

—Cero resistencia, más velocidad. Pero, no la suficiente—contestó tirando lo que llegaría a ser una rueda de la bicicleta a un montón de estas—Aún—

Luego de lo dicho, GoGo se fue y Hiro se dirigió a otro lado.

—Wow wow, no te muevas, parate atras de la línea—advirtió un chico de tez oscura al ver al menor.

—Hola Wasabi. Él es mi hermano, Hiro—habló Tadashi.

—Hola, Hiro. Prepárate para sorprenderte—habló Wasabi—Ten esto—

El mencionado le lanzó una manzana a través de lo que parecían ser unos "láseres invisibles", la cual se cortó en rodajas muy finas.

—Wow. ¿Plasma inducido por láser?—

—Así es—respondió Wasabi acercándose a una mesa—Con un leve confinamiento magnético para ultra presición—

La mesa a la que Wasabi se acercó tenía herramientas.
Completamente ordenadas, cada una en su lugar.

—Wow. No pierdes nada aquí jamás—habló Hiro tomando una lupa de la mesa, haciendo que Wasabi lo mirara y le quitara la lupa para ponerla en su lugar.

—Tengo un sistema. Cada objeto tiene su lugar, y un lugar cada objeto—

Hasta que se acercó GoGo y tomó una llave inglesa, desordenando toda la mesa.

—Gracias—habló GoGo.

—¡No hagas eso, es anarquía! ¡La sociedad tiene reglas!—exclamó Wasabi persiguiendo a GoGo.

—Discuuulpen, avanzando—habló una rubia que pasaba por ahí con una "bola" gigante—¡Tadashi! ¡No me digas, tú debes ser Hiro! ¡He oído mucho sobre tí!—exclamó al tener audífonos con música al máximo puestos para luego quitarselos, depositar un beso en cada mejilla de Hiro y seguir hablando—Que bueno que vienes, que bueno que vienes—

La chica presionó un botón en el piso, y la "bola" gigante que llevaba desde un principio se elevó un poco gracias a una plataforma debajo de esta.

—Eso es carburo de tungsteno a
morir—habló Hiro al verla.

—Doscientos kilos completitos—contestó la chica—Ven, ven, ven—continuó llevando a Hiro hacia la mesa—Esto te encantará. Unas gotas de ácido perclórico, una pizca de cobalto, un rastro de peróxido de hidrógeno, se sobrecalienta a quinientos grados kelvin y...—explicó mientras le mostraba a Hiro casa una de las sustancias, para luego conseguir una sustancia rosada que le roció al tungsteno volviéndolo completamente rosa—¡Voilá! ¿No es fascinante?—