Hoy era el día, me iría a la universidad y siendo sincera, tenía algo de miedo por lo que pasaría estos años. Sin mí familia conmigo y tratando de sobrevivir esto.
Termine de preparar las cajas con toda mi ropa y estaba lista para irme pero mi perra Nina no me dejaba salir porque se había tirado arriba mío.
Me costaba moverme del piso por lo pesada que era, y de la nada escuche la voz de mí mamá que gritaba desde la puerta de mí casa.
—¡Nina, deja a Lucia en paz!—vino corriendo e intento sacarla de mí pero era imposible, no se movía.
—Dejala ma, unos segundos y me la saco de encima. —me miro algo desconfiada pero asintió y se alejo hasta desaparecer por la puerta.
Y tenía razón, luego de casi cinco minutos se aburrió de darme amor y se alejo a comer un poco. Me levante algo adolorida pero no me importo, tome las cajas que estaban sobre la mesa y llevé mis cosas al auto.
No llevaba muchas cosas que digamos, solo mi ropa y mis libros favoritos para el viaje. Antes de subir al auto me despedí de mi hermana Sofía que se encontraba sentada viendo la tele en su cuarto.
—Adios rata, ni se te ocurra quedarte con mi cuarto.—le golpee el hombro como advertencia.
—Tu no estarás, será un desperdicio sino.
Mi mamá volvió para tomar las llaves y entro con nosotras al escucharnos hablar. La señaló con esa mirada amenazante que siempre usaba con las dos.
—Sofia no te vas a quedar el cuarto de tu hermana y punto.
Nos despedimos chocando los cinco y salí para poder irme, subí al auto de mi mamá y dejé las cajas en la parte de atrás y entre con mí libro en la mano, intento arrancar un par de veces pero como siempre, le costó un rato poder.
El auto era camioneta negra algo gastada y con un golpe en el costado por un accidente que tuvo el año pasado. Puso la radio y por fin logro arrancar.
Mientras ella conducía me puse a leer ya que tenía como dos horas hasta llegar. Hubo un silencio por casi media hora donde solo se escuchaban suspiros por su parte y de los autos que pasaban por nuestro lado, pero mi mamá lo cortó luego de un rato.
—Escúchame Lu, no te veremos por un tiempo y no quiero que te pase lo mismo que en la secundaria, solo quiero que me llames si pasa algo o si queres volver a casa ¿Si?
Sentia su mirada en mi por unos segundos pero no quería voltear a verla, además su voz se escuchaba como preocupación.
—Ma, descuida que nadie me molestará, no es la secundaria es la universidad y además intentaré hacer amigos. No te preocupes.
Despues de eso que dije mi mamá se mantuvo callada todo el viaje mientras que yo seguía leyendo. Pero las palabras de mi mamá me dejaron pensando¿Y si tenía razón?, quisas no haga amigos o se burlen de mi como antes.
Luego de pensar por un rato deje de sobrepensar las cosas y me calle todo el viaje. Sentia que había un silencio algo incómodo entre ambas, eso no era algo común entre las dos.
Comunmente somos de hablar todo el tiempo cuando vamos en el auto, o para ir a lo súper o cuando solo damos una vuelta. Pero ahora que me voy era complicado decirnos aunque sea algo.
Quería romper el silencio de ambas para no ser más incómodo esto, por lo que deje mí libro sobre mis piernas y tome el disco de AC/DC que guardamos en el compartimento del auto. Lo puse en el reproductor y comenzó a sonar T.N.T a todo volumen.
Ella cruzo una mirada conmigo y se le formó una sonrisa gigante. Apenas sonó la voz del cantante ambas nos pusimos a cantar a todo pulmón esa canción. Ya no estábamos incómodas.
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Perdida en su sonrisa
RomanceLa vida te puede dar algunos problemas y algunas soluciones al querer iniciar de nuevo con todo lo que conoces, no es la excepción de Lucia Miller. Al querer iniciar de nuevo con su vida en la universidad podría tener en cuenta un par de cosas. Lo p...