UNO: "La ley de Chanyeol y una hembra humana"

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Pudiera ser que Chanyeol, no fuera precisamente el tipo de hombre ideal que estereotipan las mujeres de su edad, pero era un buen partido, ¿porque era un partido? ¿Quién no querría salir con un hombre con su propio negocio? ¿Con su propio auto? Quizá no un auto de lujo, pero un auto al final de cuentas, había ido a la universidad, se llevaba bien con sus padres y sus amigos, incluso podía fingir que le caía bien tu mascota con tal de agradarte a ti como su cita.

Hacía mucho que había abandonado el enfoque de las citas, porque las probabilidades de éxito no justificaban el esfuerzo ni las experiencias negativas (Como esa mujer que les dijo a sus hijos que lo llamarán papá en la primera cita, porque sí, los había llevado con ella a la cita).

Era alto, inteligente y sano, tenía treinta y cinco años, un estatus relativamente elevado y unos ingresos mayor a la media con su restaurante bar en el centro hipster de la ciudad; lo lógico sería que le resultase atractivo a una amplia gama de mujeres.

En el reino animal, conseguiría reproducirse sin problemas.

Sin embargo, algo en él, no le atraía al género femenino. Nunca se le había facilitado hacer amistades y, al parecer, los defectos que originan este problema también habían afectado sus intentos de establecer relaciones románticas. El desastre con el helado de chocolate era un buen ejemplo, el mejor ejemplo, mejor dicho.

Su amigo SeHun, le había presentado a una de las amigas de su hermana menor, Jeong Yeon era una informática muy inteligente con un problema de visión que corregía con unas gafas. Mencionaba lo de las gafas porque SeHun le había enseñado una fotografía y le preguntó si eran un problema ¡Una pregunta increíble, viniendo de alguien que según no juzgaba por cosas como esas! A la hora de hablar de la idoneidad de Jeong como compañera potencial.

–Alguien capaz de proporcionar estímulo intelectual, comparar actividades y quizás llegar a tener sexo- la primera preocupación de Jeong era su reacción ante la montura elegida, que seguramente respondía a la recomendación del óptico, Chanyeol pensó que para nada era una montura linda, en realidad creía que seguramente ella había elegido la más fea que pudo encontrar en todo el local, pero no estaba en sus manos decidir lo que era lindo o lo que no, aunque le encantaría.

Ese era el mundo donde le había tocado vivir. Luego SeHun le dijo, como si fuera un problema: -Es de ideas muy firmes.-

-¿De base científica?-

-Supongo.-

Creyó que era perfecta en ese momento, pero se equivocó, como la mayoría de veces en citas a ciegas que siempre salen mal.

Se citaron en un restaurante tailandés. Los restaurantes son campos de minas para los ineptos sociales y él estaba nervioso, como suele ocurrir en situaciones semejantes. Pero tuvieron un inicio excelente: ambos llegaron justo a las 19.00 horas, según lo acordado. La mala sincronización acarrea enormes pérdidas de tiempo y no había nada que Chanyeol odiará más que perder el tiempo, más a su edad, creía que cada segundo era importante.

Sobrevivieron a la comida sin que ella lo criticara por ningún error social. Era difícil mantener una conversación mientras se preguntaba si estaba mirando la zona corporal adecuada, pero siguiendo la recomendación de SeHun se concentró en sus gafas, lo que derivó en cierta imprecisión en el proceso de ingesta de alimentos que ella no pareció advertir. Muy al contrario, mantuvieron una conversación muy productiva sobre los algoritmos de simulación. ¡Era una mujer tan interesante!

Chanyeol ya empezaba a plantearse la posibilidad de una relación permanente. El camarero trajo la carta de postres y JeongYeon declaró: —No me gustan los postres asiáticos.

Yeol's LawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora