DIEZ: "Imposible"

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Estaban en la etapa final de nuestro descenso al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. Miró a BaekHyun. Hacía ya varias horas que le había formulado la pregunta y había reflexionado bastante al respecto. ¿Cómo se encontraba?

—Confundido —contestó al fin.

Supuso que ya había olvidado la pregunta, pero aun así la respuesta tenía sentido.

—Bienvenido al mundo real.

Consiguió permanecer despierto las primeras seis horas de las quince que duraba el vuelo de Los Ángeles a casa para reprogramar su reloj interno, aunque no fue fácil. Baekhyun durmió unas horas y luego se puso a ver una película. Más tarde reparó en que estaba llorando. Se quitó los auriculares y se enjugó las lágrimas.

—Estás llorando, ¿te pasa algo? —le preguntó.

—El amor. Es una historia triste. Los puentes de Madison. Supongo que no lloras en el cine.

—Correcto. —Al darse cuenta de que podría interpretarse negativamente, añadió en su defensa —Parece ser una conducta predominantemente en la gente joven.

—Gracias por decirlo. —Guardó silencio, pero parecía haberse repuesto de la tristeza que la película había provocado —Dime, ¿sientes algo cuando ves una película? ¿Has visto Casablanca?

Estaba familiarizado con esa pregunta. LuHan y SeHun se lo habían planteado después de que vieran juntos un DVD, por lo que había meditado la respuesta.

—He visto varias películas románticas. La respuesta es no. A diferencia de LuHan y SeHun, por lo visto, la mayor parte de la raza humana, las historias de amor no me afectan emocionalmente. Al parecer, no estoy configurado para esa reacción.

El domingo por la noche fue a cenar a casa de LuHan y SeHun. Tenía más jet lag del habitual y como resultado le fue difícil ofrecer un relato coherente del viaje. Intentó hablar de lo que había visto en los museos y la cena en el Momofuku Ko, pero ellos lo acribillaron obsesivamente a preguntas sobre su interacción con BaekHyun. Era ilógico que esperasen de él que recordara todos los detalles. Además, no podía mencionar las actividades del Proyecto.

SeHun se mostró muy satisfecho con el pañuelo, pero le proporcionó una nueva oportunidad para interrogarlo:

—¿Te ayudó a escoger BaekHyun?

BaekHyun, BaekHyun, BaekHyun.

—Lo recomendó la vendedora. Fue muy sencillo y directo.

—¿Piensas volver a ver a BaekHyun, Yeol? —le preguntó cuándo se iba.

—El próximo sábado y en sus turnos —respondió con toda sinceridad, sin molestarse en aclarar que no era una cita social.

LuHan pareció complacido.

Almorzaba solo en el restaurante mientras revisaba la carpeta del Proyecto cuando LuHan, cargado con su comida y una copa de vino, se sentó frente a él. Intentó decirle que dejará de comer gratis en su local y escondió la carpeta, pero lo único que consiguió fue darle la acertada impresión de esconder algo. De pronto, LuHan miró al mostrador de la cafetería que estaba a su espalda.

—¡Oh, Dios! —exclamó. Chanyeol se volvió para mirar y LuHan me quitó la carpeta, riendo.

—Es privado —dijo, pero él ya la había abierto.

La fotografía de BaekHyun estaba arriba de todo.

—Dios mío, ¿de dónde has sacado esto? —exclamó. Parecía sinceramente sorprendido —¡Tiene solo veintiún años! ¿Y todos esos garabatos?

Yeol's LawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora