FINAL: "Eres extraño"

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Como no se había terminado el vino en el restaurante, decidió compensar el déficit de alcohol resultante sirviéndose un vaso de tequila. Después encendió el televisor y el ordenador y accionó el avance rápido para dar una última oportunidad a Casablanca. Observó a Humphrey Bogart mientras hablaba de la relativa insignificancia de su relación con Ingrid Bergman en el ancho mundo y finalmente anteponía la lógica y la decencia a sus egoístas deseos emocionales.

El dilema y la decisión subsiguiente la convertían en una película fascinante, pero la gente no lloraba por eso. «Se amaban pero nunca podrían estar juntos.» Se repitió la frase para forzar una reacción emocional. No lo consiguió. No le importó. Ya tenía bastantes problemas propios.

Sonó el timbre y de inmediato pensó en BaekHyun, pero cuando pulsó el botón del circuito cerrado de televisión la que apareció fue la cara de SeHun.

—Yeol, ¿estás bien? ¿Podemos subir?

—Ya es demasiado tarde.

—¡¿Qué has hecho, Chanyeol?!—exclamó SeHun, aterrorizado.

—Son las diez horas, treinta y un minutos, demasiado tarde para recibir visitas.

—¿Estás bien? —repitió.

—Estoy bien. La experiencia ha sido sumamente útil. Nuevas aptitudes sociales. Y solución definitiva al Problema Esposa. Demostración clara de que soy incompatible con las mujeres porque me gustan los chicos.

La cara de LuHan apareció en la pantalla.

—Yeol. ¿Podemos subir a tomar una copa?

—El alcohol sería una mala idea. —Todavía tenía medio vaso de tequila en la mano. Había dicho una mentira educada para evitar el contacto social. Desconectó el portero automático.

La luz del contestador parpadeaba. Eran sus padres y su hermano, que le deseaban un feliz cumpleaños porque ese día era su maldito cumpleaños. Ya había hablado con su madre hacía dos días, en la llamada habitual del domingo por la noche. Las últimas tres semanas también había intentado contarle algunas cosas, pero no había mencionado a Baekhyun. Usaban el altavoz del teléfono para cantarle colectivamente cumpleaños feliz, o al menos su madre cantaba mientras animaba a mis otros dos familiares a participar.

«Llama si vuelves a casa antes de las diez y media», decía su madre en el mensaje. Eran las 22.38, pero decidió no ser puntilloso.

—Son las diez y treinta y nueve, me sorprende que hayas llamado—reconoció su madre. Era evidente que esperaba que se mostrase puntilloso, algo razonable dado su historial, pero parecía contenta.

—Oye —dijo JongIn en la misma línea —la hermana de Gary Parkinson te vio en Facebook. ¿Quién es el chico castaño?

—Sólo un chico con quien salía.

—Anda ya —dijo su hermano.

Lo que le había dicho también le había sonado raro, pero no estaba bromeando.

—Ya no nos vemos.

—Lo suponía. —Se echó a reír.

—Basta ya, JongIn —lo interrumpió su madre —Chanyeol, no nos habías dicho que salías con alguien. Ya sabes que siempre que...

—Te tomaba el pelo, mamá —terció su hermano.

—Como iba diciendo —recalcó su madre —Siempre que quieras traer a alguien para que lo conozcamos, sea ella o él...

—Déjalo en paz, los dos —intervino su padre.

Hubo una pausa y conversaciones de fondo.

—Lo siento, Chanyeol—dijo al cabo su hermano —sólo quería pincharte un poco. Sé que me tomas por palurdo, pero acepto lo que eres. No quiero que a tu edad pienses que todavía me molesta.

Yeol's LawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora